Los humanos somos seres con múltiples necesidades: espirituales, morales, sociales, económicas, de afecto, cariño, amistad, de reconocimiento, y cualquiera que venga a tu mente, amable lector. Aunque muchos lo nieguen, la más importante y difícil de llenar, es la necesidad espiritual, de creer en algo. En occidente, que es donde vivimos, los hay, en su mayoría, aquellos que dicen creer en Dios, lo cual no es cierto, porque virgen o santo que nos inventan, es venerado con devoción ferviente y casi celestial, la pregunta aquí es ¿Por qué, si Dios es la máxima figura en todas las religiones (aunque cambien su denominación, al final es lo mismo), veneras a individuos creados, inventados por los hombres?
Aquí hago una acotación, porque para muchos, Dios también es un invento de los antiguos, no voy a entrar en discusión, porque tengo la certeza que debe existir un algo supremo sin cuerpo, sin nombre, que en este análisis mencionaré como Dios.Todos, absolutamente todos, creemos en algo, es irreal e ilógico negarlo (pero muchos lo hacen), creemos en Dios, en la virgen, en los santos, en la ciencia, en los demás, en uno mismo, etcétera.
En ese nivel de creencia, es donde se va haciendo el distanciamiento y, sobretodo, la esclavitud moderna de las mayorías, formadas en grupos, frente a unos cuantos vivales, mercenarios de la religión. Cómo en mis anteriores entregas, me voy a referir a mi país, no quiero ir allende las fronteras.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, establece en su artículo 24 la libertad de culto y creencias religiosas, por lo que dentro del Poder Ejecutivo federal, existe una dependencia gubernamental que se encarga de otorgar los registros a las denominadas asociaciones religiosas (artículo 130 y su correspondiente Ley reglamentaria), son aquellas que se ocupan preponderantemente de la observancia, práctica, propagación o instrucción de una doctrina religiosa o de un cuerpo de creencias religiosas, teniendo personalidad jurídica y completa libertad, cuando obtienen su registro.
De ahí que a lo largo y ancho de la región, del estado y del país, existen miles de templos, iglesias o casas de oración, con disímbolas nomenclaturas: Católica apostólica y romana, Ortodoxa patriarcado, tradicionalista, Protestante luterano, anglicana, presbiteriana, Evangélica metodista, ejército de salvación, adventista, Espiritualista no evangélica, La luz del mundo, Smirna, Cristiana bíblica de los testigos de Jehová, mormones, Pentecostés, Bautistas, Philadelfia, Judía, Islámica, Hinduista, Budista, Krishna, nuevas expresiones, etcétera.
En sí la integración o formación, no está mal, lo que sí es peligroso, y motivo de observación y análisis, es la real finalidad por la que existen esas agrupaciones, primeramente, amigo que me lees, si te das a la tarea de, primero detectarlas y después a observarlas, te darás cuenta que en su mayoría, sus fundadores, jerarcas, dirigentes, pastores o como se hagan llamar, son extranjeros o dependen del extranjero, de las pocas mexicanas presumo puede ser La nueva Jerusalén, aunque ignoro tenga su registro, pero ahí está. Todas, absolutamente todas, desde hace tiempo, si no es que desde siempre, vienen cayendo dentro de lo abusivo, por llamarlo de una manera sutil, y esto no es su culpa, sino la necesidad espiritual de la gente de creer en algo, lo que provoca que se propicie un enorme y jugoso negocio, lucrando con la fe de los mexicanos, todos hemos visto o hemos sido alcanzados, más de una ocasión, por gentes vestidas elegantemente, sobre todo los días domingo, que nos ofrecen revistas llamadas Despertad, Atalaya, etcétera, y nos intentan persuadir, convencer para que nos volvamos ovejas como ellos, cada día es más frecuente, encontrar a personas de diferentes edades, en la calle, escuchando en sus celulares con alto volumen, canciones cristianas, incluso negocios o empresas, tocando todo el día este tipo de música. Los pastores los tienen enajenados, convencidos a tal grado que los utilizan, de una u otra forma, para ganar más adeptos para su negocio.
(La Biblia dice: que tu mano izquierda no sepa lo que hizo tu mano derecha, pero estos al contrario, buscan mayores reflectores y publicidad) Y esto no es privativo de la gente pobre, ignorante, cada día hay más profesionistas, empresarios, políticos encumbrados, porque es más fuerte la necesidad de creer que el razonamiento, que la reflexión, los convencen tan bien que cada determinada ocasión entregan el diezmo o las ofrendas, como ahora les llaman, Dios no tiene cuerpo, no tiene forma, por lo tanto no necesita dinero, entonces pregúntate ¿En dónde se queda ese dinero?, si eres de las ovejas ávidas de espiritualidad, observa a tu pastor, cómo se ha transformado durante el tiempo que tienes de pertenecer a su agrupación (donde vive, como viste, que auto trae, que mujeres usa), pero hazlo con la razón y no con el corazón, si es que puedes liberarte de tu propio fanatismo religioso que tantos nuevos ricos a creado y piensa, cuántas familias, se han quedado sin lo básico los últimos días de la semana, de la quincena o del mes, por entregar lo que tienen, con la falacia de que se les va a multiplicar. Hágame el favor.