25 enero, 2025
ROTATIVO DIGITAL

LA NATURALEZA DE LAS MENTIRAS…

Rollos verbales, mentiras piadosas, embustes, chismes (incluso hace dos sexenios un ex secretario de Gobernación dijo ser víctima de “sospechosismo” –estoy seguro que esa palabra no existe—seguro se trató de otro tipo de mentira). Sin importar cómo les llamemos o el contexto en el que ocurran, todos tenemos una opinión sobre qué son las mentiras y hay un sinfín de maneras de describir el acto de mentir.

Para mí, una mentira es una acción corporal, una acción verbal o una omisión que se usa para engañar a otra persona. Por ejemplo, un ladrón miente con el cuerpo al simular que no hace nada malo, cuando en realidad guarda cosas en sus bolsillos. A su vez, una persona puede engañar a otra al decir, o no decir, ciertas palabras. En ambos casos, se busca engañar acerca de lo que es verdadero.

La gran mayoría de las personas coincide en que mentir es un acto deshonesto. Por ello, debido a la connotación negativa que lleva implícita, cuando son interrogadas, muchas personas dicen que rara vez mienten. En la mayoría de los casos esto es incorrecto. A lo largo de los años se han hecho muchos estudios sobre la frecuencia con que se miente.

Algunos concluyen que la gente dice por lo menos dos mentiras al día (¡tan sólo 730 veces al año!) mientras que estudios más recientes sostienen que las personas comunes pueden llegar a mentir al menos tres veces en cada conversación que dure aproximadamente 10 minutos. El punto medio se encuentra en una investigación de Robert Feldman, de la Universidad de Massachusetts, en la cual se halló que 60 por ciento de las personas mienten por lo menos dos veces en conversaciones de 10 minutos.

A la mayoría de las personas les sorprenden estas estadísticas, que rayan en lo increíble. Esto es comprensible ya que una de las mayores ofensas que se puede hacer a alguien es acusarlo de mentiroso. Sin embargo, los múltiples estudios llevados a cabo en diferentes grupos sociales y culturales demuestran un hecho innegable: la mentira es universal y cotidiana.

Al principio, cuando las personas escuchan o leen esto, tienden a no estar de acuerdo. Admito que en un inicio suena escalofriante. La única manera de que dichas estadísticas tengan sentido para nosotros es conociendo la naturaleza de la mentira y aceptando que se trata de un elemento normal de la interacción entre los seres humanos. Sólo cuando entiendas la naturaleza de las mentiras y puedas identificar cuándo alguien te dice una, serás capaz de calcular el motivo por el cual te quiere engañar.

En términos generales, hay dos tipos de mentiras: las que se dicen en beneficio propio y las que benefician a alguien más. Como su nombre lo indica, las mentiras en beneficio propio se usan para ayudar a la persona que las dice, mientras las que benefician a alguien más ayudan a otra persona. Las segundas suelen ser innocuas y rara vez resultan dañinas. Son las llamadas mentiras piadosas y son políticamente correctas, ya que su intención es beneficiar o proteger a alguien más. En cambio las mentiras en beneficio propio tienen un potencial para dañar a quienes les son dichas. Porque dan ventaja o protegen a quien las dice. Las cuatro razones principales por las cuales se miente en beneficio propio son:

• Protegerse de la vergüenza.

• Dar una impresión positiva.

• Ganar ventaja.

• Evitar un castigo.

En muchos casos mentir puede ser muy dañino para otras personas y arruinar nuestras relaciones, y a nosotros mismos. Así que hay que aprender a moderarse.

*Analista