Hoy quiero tratar un tema de una minoría, pero que muchos hemos tenido cercanía con más de alguno de sus integrantes. Los famosos hippies. La característica más relevante es el rechazo por las convenciones sociales, políticas y económicas que regían en la vida estadounidense: el materialismo, el capitalismo, el consumismo y las clases sociales.
El movimiento hippie surgió en las universidades de los Estados Unidos entre los años 50 y 60. De allí se expandió hacia otros países, como Canadá y Reino Unido.
En un principio, este movimiento se presentó como una oposición a la intervención del gobierno estadounidense en la Guerra de Vietnam. Pero como cualquier movimiento, nació para quedarse. Y México, como país imitador, también está inmerso en esta subcultura hasta la actualidad.
En los años siguientes los hippies evitaron involucrarse en asuntos políticos. Este aspecto los distinguía de los miembros de otros grupos de la época como los activistas políticos “yippies”.
Entre sus características más importantes, encontramos: el rechazo a las convenciones presentes de la sociedad contemporánea. De esta característica se derivaron otros aspectos importantes que definen a esta subcultura.
Por ejemplo, la concepción del amor que tienen los hippies se opone a la idea monógama y restringida que se tenía en aquella época y en la actualidad.
Del mismo modo, rechazan la idea de una doctrina religiosa, puesto que ata el espíritu y disminuía la creatividad. Por último, se oponen a las políticas de los gobiernos orientadas a las prácticas bélicas.
Una de las formas en las que los hippies rechazan las convenciones es a través de su apariencia. La mayoría de estos tienen un aspecto descuidado: cabello largo, barbas, ropa poco ajustada con estampados psicodélicos hechos a mano, y sandalias, rastas, tatuajes y piercings.
A pesar de que los miembros de este movimiento visten más o menos la misma ropa, consideran que la vestimenta no es una definición de quién se es. Al contrario, son las actitudes lo que define a una persona. Por lo tanto, una persona no es hippie por llevar ropa colorida y cabello largo, sino por sus acciones.
Uno de los slogans del movimiento hippie es “si se siente bien, ¡hazlo!”. Este lema puede ser aplicado a cualquier área de la vida, pero principalmente se refiere a las relaciones amorosas.
Con estas palabras, quieren decir que las personas son libres de amar a quién quisieran, cuándo quisieran y cómo quisieran.
El amor no está limitado a una sola persona. En cambio, es algo que se puede compartir con todos, no sólo en el plano sexual sino también entre amigos y familiares.
Para los hippies no existen tabúes en cuanto a las prácticas sexuales. De hecho, promueven la experimentación, tanto que las relaciones abiertas y las orgías pasaron a ser parte del estilo de vida de los miembros del movimiento.
Los hippies se distinguen por el uso de ciertos símbolos. El más reconocido es el símbolo de paz y amor (una circunferencia cruzada por tres segmentos de línea).
Durante los años 60, las ciudades estadounidenses tenían problemas de contaminación terrestre y acuática, mucho más graves que los de hoy en día.
Muchas industrias desechaban químicos tóxicos en el agua o los enterraban, causando daños irreparables en el ecosistema. A esto se le añadía la contaminación del aire generada por el humo de los vehículos (smog).
Los hippies fueron uno de los pocos grupos que hicieron notar los problemas de la contaminación ambiental. Hicieron movimientos y protestas que dieron a conocer la gravedad del asunto.
Gracias a este grupo, el para entonces presidente Nixon tomó medidas con el objeto de mejorar las condiciones de los espacios del país. Por ejemplo, se crearon organizaciones que regularon el desecho de sustancias tóxicas.
En los años 70, Estados Unidos experimentó un crecimiento demográfico e industrial. De no ser por la concienciación de los hippies y las medidas del gobierno, este crecimiento habría generado problemas mucho más acuciantes. Por lo que en la actualidad, cualquier movimiento ecologista, está encabezado por ellos. No utilizan plásticos y a sus hijos jamás les ponen pañales desechables.
Los hippies se caracterizan por hacer autostop/aventones para viajar. Rara vez planifican un viaje con antelación, no se preocupan por el dinero ni por las reservaciones en un hotel. Esto es porque saben que serán recibidos por otros compañeros hippies allá donde vayan.
Muchos de los miembros de este movimiento tienen una vida nómada. Con el objeto de sustentar este modo de vida, algunos construyen casas rodantes modificando un autobús, una van o un camión.
Es común ver cientos de estas “casas” en las carreteras de los Estados Unidos.
En general, el movimiento hippie está en contra de las organizaciones religiosas convencionales. En cambio, prefieren las experiencias espirituales personales, como las promovidas por el hinduismo y el budismo.
Estas dos religiones han sido vistas con buenos ojos ya que sus reglas son menos estrictas y su práctica es más restringida en las sociedades occidentales.
Gracias al hinduismo, se propagó la práctica de yoga entre los hippies y la creación de escuelas neo-hindúes orientadas a un público occidental.
Algunos hippies también pertenecen a sectas neo-paganas como Wicca, mientras que otros prefieren el ocultismo.
También es notoria la creación de grupos espirituales, organizados por un líder denominado “sacerdote”.
Estos sacerdotes instruyen a sus seguidores en las enseñanzas extraídas del cristianismo, del budismo y del hinduismo, así como las enseñanzas aprendidas gracias a la experiencia. En muchas ocasiones, estas lecciones van de la mano del consumo de drogas.
La mayoría de los hippies consumen cannabis (marihuana). Estos consideran que el consumo de esta droga resulta beneficioso para el desarrollo del espíritu humano.
Asimismo, piensan que las sustancias psicotrópicas constituyen una sicoterapia que permite explorar el “yo” y expandir la conciencia.
La marihuana es la droga más popular entre los hippies. Sin embargo, también incluyen otros alucinógenos como algunas especies de hongos setas, el ancestral peyote y el LSD.
Las sustancias sicotrópicas más fuertes como la cocaína, la anfetamina y la heroína no eran muy populares entre los miembros del movimiento ya que se sabía lo dañinas y adictivas que eran, además de caras, pero en la actualidad los que tienen posibilidades, si las usan. Porque son trabajadores y la mayoría, tienen negocios de productos orgánicos.
Como notarás, amable lector, tienen interesantes ideas, aunque también su cerrazón en los temas generales, no los ha dejado destacar, además de que su estilo de vida, les impide tener una larga vida. Como decían los antiguos, todos los excesos son malos, lo mismo sucede con los extremos, siempre debe haber un equilibrio entre mente, cuerpo y alma (espíritu o como le quieras llamar). Una mente abierta y flexible, es mejor siempre, que una cerrada.