22 diciembre, 2024
ROTATIVO DIGITAL

La ignorancia es muy atrevida…

Lic. Alfredo Castañeda Flores      ANALISTA

3 marzo 2024.-México, es un país sui géneris, raro, surrealista, diría Miguel Bosé, esto porque a lo largo y ancho del país, pasando por las localidades más grandes, medianas y pequeñas, encontramos cada espécimen que nos irrita, nos hace reír y más.

 

El mexicano, con sus salvedades respectivas, es una copia fiel de lo que en general somos como país, lo que a nivel mundial no es digno de ser tomado como ejemplo por ningún otro estado o Nación. No es necesario irse lejos para averiguarlo, basta verlo con nuestros vecinos, el país más poderoso del mundo, dicen ellos, los Estados Unidos; están cansados, hastiados de tanto latino (y mexicanos en el caso particular) que logra cruzar la frontera e internarse en ese país. Aunque solo Donald Trump lo externó públicamente hace ocho años cuando buscaba ser candidato y presidente de la República.

 

La mayoría de nacionales, sobretodo los empleados de medios de comunicación, se indignaron con sus comentarios en contra de los indocumentados o legales que residen allá. Esto porque así es el mexicano promedio, se enoja, se molesta con la verdad. Después de él, otros políticos de allende la frontera, lo han repetido en innumerables ocasiones.

 

Siendo objetivos, lo vivimos día a día, en el hogar, en el trabajo, en la calle, en las áreas donde acudimos por X o Y trámites, pagos o servicios. La gente, en su mayoría es muy estúpida, no cumple las expectativas promedio de los países económica y culturalmente mejor posicionados que nosotros. Y vaya que son demasiados, los que están, son y viven mejor que el pueblo mexicano.

 

Estamos acostumbrados a la ausencia de reglas y si las hay, como es normal en cualquier Nación, no son respetadas, de inmediato se protesta, se pretende darles otro significado, con la finalidad de salir bien librados de lo que ellos mismos, provocaron. Porque no hay el valor suficiente de afrontar los problemas, los accidentes, lo que cada uno hace mal diariamente. Eso conlleva a que conforme avanza el tiempo y la edad, se hace más difícil, cuando no hay una mentalidad abierta y fuerte, modificar los hábitos, las conductas y actitudes negativas. Lo que se vuelve un caos, donde si no se tiene la debida madurez, solo provoca peores escenarios que perjudican a todos.

 

Otro de los factores que frenan el mejor desarrollo del país es la falta de compromiso para hacer las cosas, aquí prevalecen las influencias, recomendaciones, el dinero, la corrupción. Algo que otros países, sobretodo americanos, siempre sacan a relucir, cuando hay confrontación en las redes sociales, es de que no hay figuras deportivas nacionales. De que cualquier victoria pírrica que se logre, porque ya el otro equipo, no tiene nada que perder, perdiendo, o porque así está acordado previamente, pero en el siguiente encuentro, se pierde y de una fea manera. Pues, esos ciudadanos, argentinos, por ejemplo, la nación que menos nos estima, y que aquí los medios quieren obligarnos a sentir sus triunfos como nuestros, señalan que en México somos más de ciento treinta millones de habitantes y no tenemos ninguna figura futbolística, cuando ellos son cuarenta y cinco millones y ya tienen tres mundiales (aunque sabemos cómo los han obtenido, pero ni para eso servimos), o que Uruguay solo cuenta con tres millones de habitantes y ya han sido dos veces campeones del mundo.

 

¿Y qué crees? Tienen razón, porque los dueños de los equipos, quieren formar jugadores, pero recibiendo un pago por ello. Sí, amable lector, así funciona nuestro balompié, no llegan a la primera división los mejores futbolistas, sino aquellos que tuvieron un padrino, sea familiar o patrocinador externo, que les pagó por que algún equipo nacional, los “formara”. Todo es dinero. Y algo similar, sucede en el basquetbol y en el beisbol, que son deportes que también se practican en muchos lugares del país. Por el contrario, hay deportes, totalmente elitistas, que de por si se requiere más dinero para practicarlos: tenis, golf, carreras de autos, natación, clavados, gimnasia, donde se necesita algo más que un balón, una pelota y un campo para practicarlos. Pretextos, siempre sobran, pero en las olimpiadas, la pobreza en medallas obtenidas es manifiesta. En los mundiales de cada especialidad, ocurre lo mismo, ¿de que sirve ser uno de los países más poblados y con más extensión superficial del mundo? De nada, de absolutamente nada, si no hay la suficiente capacidad en los dirigentes políticos y deportivos para encaminar a la niñez y juventud, por otro camino de éxitos, y eso puede desencadenar una mejor economía, una mejor calidad de vida para todos.

 

El mexicano es flojo, no le gusta esforzarse en nada, vaya ni en la escuela, cuando tienen la oportunidad de seguir estudiando. Somos el país del ya merito, pero cada vez más alejados del primer lugar, en cualquier área, dependencia o institución que me digas, hay mucho ignorante ocupando los puestos claves, que impiden un mejor desempeño de los demás. El mexicano, no tiene expectativas importantes, si logra concluir una carrera universitaria, lo que busca es tener un pronto acomodo en cualquier dependencia gubernamental, para la mayoría, ese es su maravilloso futuro. Gran error. No tienen ambiciones, el dinero es importante y se debe perseguir siempre, pero al mexicano se le manipula con lo contrario. Frenándolos desde su nacimiento en una familia fanática religiosa, porque hará lo que, según la religión católica les dicta. No es posible.

 

Así vivimos, desafortunadamente, no hay ganas de sobresalir, en el área que sea, la apatía se apodera de la mayoría, el conformismo ronda por todos lados, la negatividad está en los pensamientos de muchos, lo mismo que actuar de mala manera, abusar, robar, tranzar, corromper a otros y así no se puede crecer, a pesar de ser tantos habitantes. Las mayorías, no siempre tienen la razón. Una máxima de la filosofía popular, tan real, que se aplica en México todos los días. Así vivimos, estancados, y retrocediendo conforme avanza el tiempo y las nuevas tecnologías. Los políticos nos manipulan a diestra y siniestra y nosotros (o la mayoría) siempre contenta. ¡No es posible!