Estando ya próximos a celebrar la Fiesta de La Misericordia el domingo 12 de abril de 2015, y haciendo un recuento de los años que me ha tocado escribir un poquito sobre este tema, les quiero compartir la forma que realizamos esta sencilla, pero profunda preparación.
Inciamos la novena desde el Viernes Santo a las tres de la tarde, ese día siempre hay mucha gente, y los demás días acuden las personas que año con año nos acompañan; sabemos que la hora del rezo de la coronilla de la misericordia es un poco complicada, porque están comiendo.Pero sugiero que hagan un pequeño esfuerzo, ya que la novena es solo una vez cada año, si no pueden acudir a un templo, o a una capilla, pueden hacerlo desde su casas. Solo dura unos minutos.
Esperamos contar con su presencia en la capilla, o templo que les quede más cerca a su casa, por eso, aquí en Tacámbaro se llevará a cabo en los templos y capillas de costumbre.
Iniciamos con la siguiente Instrucción que viene en el Diario de Santa Faustina.
A las tres, ruega por mi Misericordia, en especial por los pecadores y aunque solo sea por un brevísimo momento, sumérgete en mi pasión, especialmente en mi abandono en el momento de mi agonía. Esta es la hora de la gran misericordia para el mundo entero. Te permitiré penetrar en mi tristeza mortal. En esta hora nada le será negada al alma que lo pida por los méritos de mi pasión… (Diario, 1320).
Cuantas veces oigas el reloj dando las tres, sumérgete totalmente en Misericordia, adorándola y glorificándola; suplica su omnipotencia para el mundo entero y especialmente para los pobres pecadores, ya que en ese momento se abrió de par en par para cada alma. En esa hora puedes obtener todo lo que pides para ti y para los demás. En esa hora se estableció la gracia para el mundo entero: la Misericordia triunfó sobre la justicia.
En esa hora procura rezar el viacrucis, en cuanto te lo permita, los deberes; si no puedes rezar el viacrucis, por lo menos entra un momento en la capilla y adora en el santísimo sacramento a mi corazón que está lleno de Misericordia. Y si no puedes entrar en la capilla, sumérgete en oración ahí donde estés, aunque sea por un brevísimo instante.
En el Libro del Génesis (18, 16-32), Abraham rogó a Dios que redujera los requisitos necesarios para que él pudiese ser misericordioso con la gente de Sodoma y Gomorra. Aquí, Cristo mismo ofrece una reducción de requisitos por las varias exigencias de nuestros deberes cotidianos y él nos ruega que pidamos su misericordia, aunque sea de la manera más insignificante, para que él pueda derramarla sobre nosotros.
Quizá no todos podemos rezar las estaciones del vía crucis o adorar a Jesus en el santísimo sacramento. Pero sí podemos mentalmente, durante un brevísimo instante. Pensar en su abandono total a la hora de la agonía en el huerto y rezar una breve oración; por ejemplo, Jesús Misericordia, O Jesus por su dolorosa pasión ten Misericordia de nosotros y del mundo entero.
A continuación se hace un ofrecimiento especial en cada día de la Novena.
Día primero. Hoy tráeme a toda la humanidad, especialmente a todos los pecadores.
Día segundo. Hoy tráeme a las almas de los sacerdotes y religiosos.
Día tercero. Hoy tráeme todas las almas devotas y fieles.
Día cuarto. Hoy tráeme aquellos que no creen en Dios y aquellos que todavía no me conocen
Día quinto. Hoy tráeme a las almas de los hermanos que se han separado de mi Iglesia.
Día Sexto. Hoy tráeme Las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños
Día séptimo. Hoy tráeme a las almas que veneran y glorifican mi misericordia de modo especial
Día octavo. Hoy tráeme a las almas que están detenidas en el purgatorio
Día noveno. Hoy tráeme a las almas tibias.
Les comento que se va a repartir antes de la novena un tríptico con el ofrecimiento completo de cada día.
Dios nos conceda la reflexión en estos días de semana Santa y Pascua. Nos conceda el perdón y la Misericordia. Para nosotros y de nosotros para los demás.