4 febrero, 2025
ROTATIVO DIGITAL

La honestidad mexicana…

Hoy quiero aprovechar el espacio para hablar del valor más violentado por la mayoría de seres humanos: la honestidad. Independientemente de existir en cualquier parte del mundo, me referiré exclusivamente a los mexicanos. Porque todos, políticos o no políticos, famosos o no famosos, preparados o no preparados, cultos o incultos, más de alguna ocasión, han usado esta palabra, para defenderse, escondiendo sus malas acciones con un simple término.

Atendiendo a la definición general, la honestidad es un valor o cualidad propia de los seres humanos que tiene una estrecha relación con los principios de verdad y justicia y con la integridad moral. Una persona honesta es aquella que procura siempre anteponer la verdad en sus pensamientos, expresiones y acciones.

Todos, absolutamente todos carecemos de este valor, porque más de una ocasión hemos mentido, hemos engañado a alguien y sobretodo, nos hemos mentido y engañado a nosotros mismos, que es peor que engañar a los demás, porque el que se engaña solo, sin duda e inequívocamente, lo hará con los demás. Además, los valores, no son negociables, se cumplen o no, en ellos no hay términos medios y con una vez que se violentan, en público o privado, ya no puedes abanderarte con ese valor.

En México es frecuente, es común, escuchar y leer que determinado político, funcionario, profesional o profesionista, farandulero, deportista, jefe, amigo o vecino utiliza este valor para defender lo indefendible, tal pareciera que en nuestro país, los contravalores se defienden con los valores.

Como señala la definición, las acciones de justicia tienen que ver con la honestidad, por lo tanto hay innumerables omisiones que vulneran esta, que van desde: aceptar un empleo, cargo o comisión, sin tener la capacidad, profesión ni calidad moral y humana para poder desempeñarlo de manera correcta, eficaz y eficiente; hasta endeudarse sin tener la solvencia económica necesaria para poder cubrirla, tener hijos y no educarlos correctamente, mentir a cada momento, buscar que el de enfrente se equivoque para aprovechar y obtener alguna ganancia o beneficio de cualquier índole, etc.

Así es, aunque parezca fuera de lugar, aunque lo dudes, amable lector, es correcto, si atendemos literalmente a las definiciones de las palabras, estamos equivocados en lo que pensamos que significan y eso tiene que ver con la mala calidad educativa, porque los profesores están igual o peor que uno, entonces no pueden aportar calidad, si no la tienen ellos mismos, hacen como que trabajan cubriendo solo el horario asignado en su jornada laboral, lo que repercute en la pobreza mexicana que poseemos. Porque la riqueza o pobreza de un país se determina por su educación.

Todavía la generación anterior fue mejor, la actual está mucho peor, porque con las tecnologías que se utilizan: celulares, tabletas, computadoras, etc., la niñez y juventud actuales se han vuelto más dependientes (por no llamarlos flojos), no les gusta leer, estudiar, estar sin usar el smartphone, no les gusta el encierro por varias horas, como nosotros cuando estuvimos en la primaria, secundaria, preparatoria y demás niveles educativos.