8 febrero, 2025
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La honestidad: ¿cambia?

El ser humano está lleno de creencias y mitos que, muchas veces, faltan a la verdad. Hoy les quiero compartir la historia de Ernestina. Es originaria de una comunidad, se casó desde los quince años, tiene dos hijos (hombre y mujer), ambos casados, tiene una nieta del nivel escolar primaria.

La conozco desde hace mucho tiempo (al menos eso creía) en una primera etapa, trabajó de empleada doméstica en mi domicilio, (al vivir cerca, iba y venía diariamente) poco a poco se fue ganando mi confianza y amistad, porque observaba en ella, lealtad, honradez, eficiencia, además de otras cualidades que resaltaba durante sus labores diarias.

Sus valores propiciaron que le confiara a mis tesoros más valiosos (mis hijos), ella se encargaba de llevarlos y traerlos a la escuela, incluso hasta se los prestaba para tenerlos en su casa.

Años después, quiso probar suerte en otro domicilio y se fue, no duraba en su empleo, sin embargo, quizás por orgullo, por vergüenza, seguía alejada de nosotros, laboralmente, así transcurrieron varios años, en los cuales su hijo mayor se casó, nació su nieta, la bautizaron, a los tres años fue presentada ante la iglesia católica, etcétera y siempre fuimos invitados y por supuesto que estuvimos presentes en esos acontecimientos importantes para ella y su familia. En ocasiones, me pedía prestado y en la fecha que ella fijaba, era cubierta su deuda.

Hace aproximadamente dos años, flaqueó su orgullo, y regresó, pero solo tres días a la semana, porque el resto, junto con dos de sus hermanas, atienden una cocina económica (siempre están dos juntas, por lo que se van turnando), por supuesto que el dueño es alguien más. No tuve ninguna duda ni motivo para aceptar y volvió.

Nos contó de sus andanzas personales y familiares, comentó que la nuera está endeudada en muchas cajas y casas de ahorro, así como en tiendas y establecimientos donde venden a crédito, y como mujer que es y además feminista, en estos años, ha obligado a su marido para que le preste dinero para que vaya pagando sus deudas, hasta que se dieron cuenta que la nuera, a pesar de estar recibiendo de ellos dinero en cantidades elevadas, no ha realizado ningún abono y ahora también ellos están con el agua hasta el cuello de deudas, por mantener cerca a la nieta, porque la nuera los manipulaba con que de no conseguir dinero, prefería huir y llevarse a la niña, (vivían en la misma casa, error grave) para que no fuera encarcelada, situación que hasta el día de hoy no ha sucedido.

En fin, presuntamente, le descubrieron una relación extramarital y ahora sí la nieta está alejada de ellos, lo que siempre trataron de evitar y con deudas por todos lados.

En fin, eso no es lo importante. Lo que sí he notado es su cambio tan radical en su manera de ser y actuar, lo que años atrás me hizo confiar en ella, parece que de pronto se esfumó, sinceramente, la desconozco, no logro explicarme aún que fue lo que la hizo cambiar de manera tan brusca. Al grado de alegrarme porque solo se presenta a laborar la mitad de la semana.

Cambió desde su puntualidad, pocas veces llega a tiempo, utiliza el tiempo de trabajo para hacer sus compras y trámites personales, acompaña a todo mundo al médico, a la escuela, a cualquier parte, mientras la casa está sin atender. La honestidad que antes mostraba, igual que otros valores, también se esfumó, ahora cualquier descuido monetario no lo deja pasar, si encuentra monedas o billetes en la casa, por arte de magia, desaparecen, los préstamos solicitados, no los paga en el tiempo convenido, su atención y esmero para hacer las cosas se han desvanecido y siempre tiene pretextos y excusas para llegar tarde e irse temprano, y no le importa la conservación de su trabajo, se expresa mal del otro patrón, como ninguna duda tengo que lo hace de nosotros.

Reza un dicho, con el arca abierta, hasta el más justo peca, y observando a Nety confirmo que la sabiduría popular es muy sabia, y ahora estoy convencido que la gente, con un espíritu débil, cambia, pero para mal, y justificaciones mal entendidas, siempre habrá, pero unos valores bien cimentados y sobretodo una mente fuerte y poderosa, así tengas el problema más fuerte o la enfermedad más grave, no dejará que las malas compañías, influencias negativas o pensamientos malsanos, turben tu forma de ser y actuar y de un día para otro, te conviertas en un ser vil y pusilánime como existen tantos en nuestra sociedad.