4 marzo, 2025
ROTATIVO DIGITAL

La historia de Silvia…

Lic. Alfredo Castañeda Flores     ANALISTA

 

27 AGOSTO 2022.-Aprovecho la oportunidad para hablar un poco de una mujer madura, de esas que abundan en cualquier rincón de nuestro país.

 

Ella es Silvia, una mujer de estatura promedio, tez morena clara, con problemas visuales desde su juventud, por lo que usa lentes, lo que la hace ver más atractiva e interesante, con un cuerpo escultural, a pesar de su edad, no es muy guapa de rostro, pero tampoco da miedo, como muchas lo dan, digamos que es de belleza discreta, estudió hasta la licenciatura, dejándola trunca, por lo que tuvo que empezar a trabajar en una dependencia federal, ahí conoció al amor de su vida, pese a haber tenido varios novios antes, se casaron, tuvieron tres hijos, actualmente ya es abuela, porque sus hijos están casados y tienen familia.

 

Ésta pareja vivió de manera modesta, económicamente hablando, ya que ambos eran empleados de nivel medio dentro del área laboral, sin embargo eso no impidió que vivieran muchos años juntos, hasta que desafortunadamente, su esposo, falleció, hace aproximadamente tres años, quedándose totalmente sola, aunque sin necesidades económicas, ya que tiene su jubilación y la de su difunto esposo. Sus hijos, hombres todos, viven fuera de la ciudad donde ella habita, además de que ninguno le ha ofrecido, hasta el momento, se vaya a vivir con él, eso se entiende porque las nueras, generalmente son difíciles y seguramente todas les dijeron a su respectivo esposo, que no le vayan a ofrecer asilo a su mamá, aunque por comentarios de ella, tampoco se iría a vivir con alguno de ellos, por su propia salud mental, porque sabe lo que podría suceder en caso contrario, y prefiere estar sola en su casa, muchos años, familiar, hasta que se quedó sola.

 

Como dije antes, a pesar de su edad, conserva un cuerpo torneado, firme y digno de ser admirado por los que la conocemos, su cara pasa a segundo término, ups. Pero, por gusto y salud, después de guardar el luto respectivo a su esposo y cuando sintió la necesidad de salir, comenzó a ir a un campo de beisbol-futbol (sirve para ambos deportes), ubicado cerca de su domicilio, a caminar por las mañanas, ahí acuden personas de distintas edades a ejercitarse, algunas a caminar, otras a correr, y otras a utilizar los aparatos deportivos instalados ahí, por lo que a diario hay movimiento ahí.

 

Silvia siempre ha sido una mujer seria, poco sociable, aunque tampoco es tan cerrada que no responde a las charlas y/o saludos de cualquier persona, sin embargo, ella se siente fea, por lo que siempre se cubre el rostro con la capucha de las sudaderas o chamarras deportivas que usa, además de que se amarra la correa, y como dije antes, usa lentes, lo que prácticamente le cubre el rostro. Así trascurrieron los días, ella era y es de las más frecuentes y asiduas asistentes a ese espacio usado para el deporte, algunos saludándola, únicamente, porque al verla así, prácticamente, su vestimenta sirve para alejar a la gente de ella, o por lo menos esa es la primera impresión que aleja a los demás.

 

Fue pasando el tiempo, hasta hace unos seis meses, en que, como casi a diario lo hace, iba caminando y sintió un mareo, por lo que trastabilló, afortunadamente, un joven que corre en el mismo sentido que camina ella, pasó en el momento preciso y la detuvo, evitando que cayera o le sucediera algo peor. Ella muy gentil, le dio las gracias, sin embargo, se dio lo inevitable, el flechazo al mirarse a los ojos, aunque no hubo más comentarios que: “¿está bien?”, “si, muchas gracias”. Al siguiente día las cosas entre ambos cambiaron de forma radical, el joven al que Silvia ya le resultaba atractiva por verla de espaldas mientras corría y la pasaba cada determinada vuelta, cuando ella llegaba, apenas y la rosaba del hombro para que lo saludara, ella lo hacía con una voz demasiado dulce y agradable, lo que hizo que el joven (menor que ella pero supera los cuarenta años) se emocionara aún más, por lo que conforme pasaban los días, los tocamientos fueron subiendo de tono, en ocasiones le pasaba los dedos de la mano por la columna vertebral, sintiendo como ella se arqueaba de placer, otras veces, le tocaba la cintura, cada día era un roce distinto, dependiendo también de la gente que andaba en el lugar, a menor cantidad de personas, los toques eran más largos y con otra intención, por el contrario, entre más gente había, los roces eran en el hombro, codo o casi imperceptibles, hasta que un día, se decidió a tocarla más abajo, porque como dije antes, posee un cuerpo firme, escultural y turgente, y desde hacía tiempo lo deseaba, recibiendo como respuesta lo que esperaba, sintió como nuestra protagonista, casi tiene un delicioso orgasmo con esa acción. Por lo que diario deseaba que no fuera más gente para volverlo a hacer, sin embargo, eso no era posible, por lo que se tenía que conformar haciéndolo muy de vez en cuando, hasta que un sábado, por fortuna, si hubo gente, pero se fue alejando poco a poco, hasta quedarse solos en el campo, armándose él de valor, y comenzó a platicar con ella, le dijo su nombre, ella el suyo, hasta que él la invitó alguna vez a tomar un café, refresco o copa, lo que ella quisiera y cuando quisiera, recibiendo la mejor respuesta que hubiera deseado. Que ella lo invitaba a su casa, él ni tardo no perezoso, aceptó la invitación, llegando una tarde a su casa, la cual resultó inolvidable para ambos.

 

Él joven desconocía que vivía sola, por lo que se presentó sin otras intenciones, pero conforme fue avanzando la charla, se enteró que la casa estaba sola para ellos dos, comenzando a atacar sexualmente, se acercó más a ella, la rozaba ligeramente, y Silvia, no oponía ninguna resistencia, al contrario se notaba que le atraía esa idea, total, que quedaron frente a frente y boca a boca, siendo ella, quien lo besó, lo que continuó con más besos subidos de tono, tocamientos de ambos por otras partes de sus cuerpos, las prendas de vestir fueron abandonando sus cuerpos, él comenzó a mover su boca, le besó los oídos, el cuello, la nuca, el pecho, donde se detuvo para disfrutar de esos senos aun firmes, porque los tiene pequeños, ella estaba completamente excitada y quería aun más, él, igual, deseaba complacerla lo mejor posible para que no fuera la única vez, antes de llegar la boca juvenil a la zona genital, ella le dijo que se detuviera, que era su turno, lo besó completo, de todo a todo, le hizo una felación, como nadie se la había realizado, era una diosa besando y tocando. Antes de que él soltara su veneno, le pidió le hiciera un cunnilingus, a lo que el gustosamente accedió, era la vagina más cerrada y deliciosa que hubiera imaginado, la penetración fue de lo más excelsa, cambiaron de posiciones varias veces y por varios turnos, hasta quedar exhaustos, ella le dijo que jamás había disfrutado así, pero que desde joven lo había deseado, y es que según ella, su difunto marido era el típico hombre promedio, que solo se desahogaba él, pero no le daba oportunidad de que ella también lo hiciera, porque cuando ella alguna vez lo quiso hacer, él se indignó, creyéndola que ya tenía experiencia con otros y dejó de hacerlo, únicamente se limitaba a complacerlo, aunque ella quedara insatisfecha, después con el paso del tiempo, el extinto, ya no podía, como es natural en el ser humano, teniendo unos diez años de ya no tener sexo, por lo que estaba deseosa y ganosa.

 

Los recientes tres o cuatro meses han sido de tardes de sexo y lujuria, por lo menos una o dos veces al mes, porque él es casado, se reúnen en la casa de Silvia, se entienden a la perfección y ya no hay la duda o el reclamo de por qué hace X o Y acción en la intimidad, como lo fue en antaño, simple y sencillamente se disfrutan el uno al otro, ella ha cambiado su aspecto, ya muestra su rostro, incluso hasta se le ve sonreír, era lo que ella necesitaba y le hacía falta, afortunadamente, por un problema de salud, lo encontró, pero hay tantos hombres y mujeres, principalmente mujeres, que mueren con insatisfacción sexual, que incluso nunca tuvieron un orgasmo o por lo menos no como lo hubiesen deseado. Amable lector, recuerda que la vida es una y se va más pronto de lo esperado, así que disfruta, cumple tus deseos y fantasías. Aunque seas prohibido, mientras no se afecte a los demás. Es necesario, por propia salud, alguna vez, desahogarse de distinta manera. ¡Se feliz!