Lic. Alfredo Castañeda Flores ANALISTA
11 DIC. 2021.-En esta ocasión quiero comentarles detalles de una mujer ambiciosa, que ha sabido utilizar a los hombres y sacar provecho económico de ellos. Su nombre, Norma, es la cuarta de cinco hermanas, donde, como dijera la canción, sus papás de piel blanca, sus hermanas salieron blancas y ella nació morena clara, aunque sí con las características físicas de los demás.
Razón por la que, desde que recuerda, se sintió menos, junto a su familia, porque el ser humano desde niño suele ser cruel y lo primero que le decían era Soruyo, emulando a la canción tropical que en esos años hiciera famosa la Sonora Dinamita. Lo que la fue marcando, haciéndola, primeramente huraña, es decir, encerrada en sí misma, no hablaba mucho, no tenía amistades, no salía a fiestas ni reuniones, pese a los ánimos que siempre le brindaron sus padres y hermanas mayores. Al paso de los años, se dio cuenta que ella sacó el mejor cuerpo de las cinco, ya que sus hermanas son de esas prominentes de senos y caderas y piernas delgadas, en cambio ella tiene bien repartido el cuerpo, unos pechos exquisitos y unas caderas, glúteos y piernas, torneados, redondos y firmes. Todas de estatura arriba del 1.70 m. Sin embargo, lo que no cambiaba era su tono de piel, seguía moreno. Por lo que comenzó a investigar sobre remedios caseros y cremas que la aclararan. Volviéndose adicta a ello, pues hasta la fecha lo continúa haciendo.
Asimismo, al ir creciendo y con esas características físicas que mostraba, los hombres se fijaban mucho en ella, teniendo novios como cualquier adolescente y jovencita, pero también se dio cuenta que para comprar sus tratamientos de belleza, que realmente no necesitaba, pero que se habían convertido en una obsesión personal, necesitaba dinero y aunque sus padres le daban lo necesario para sus estudios, no le alcanzaban para sus productos extras que adquiría.
Y sucedió lo que es frecuente, conoció a un hombre que le enseñó que con esos atributos físicos, estatura y belleza personal, podía obtener grandes beneficios económicos, algo que nuestra amiga no había siquiera imaginado, trasladándose a la hoy CDMX a estudiar la universidad. Ahí comenzó su carrera non santa. Se empezó a enredar con hombres de posición económica acomodada, obteniendo grandes ganancias, con lo que adquirió otra adicción, comenzó a realizarse tratamientos estéticos, se amplió el busto, redondeo más sus glúteos, se operó la nariz y otros detalles, pues dinero le sobraba. Sobra decir que ingería alcohol de manera regular, dice ella, para ambientarse y perderle el asco a sus amigos, ya que para ganar, necesitaba hacer lo que muchas veces no quería hacer, necesitando un aliciente para desinhibirse, incluso llegó a consumir algún tipo de droga.
Así fue sacando provecho a lo que, de niña, tanto rechazaba, sin embargo, en su lugar de origen, conoció a un muchacho unos años mayor que ella, durante unas vacaciones que se tomó, se enamoraron, y como él tenía un trabajo con un salario interesante, se casaron, por lo que ya solo regresó a la CDMX a entregar la casa que habitaba y llevarse algunas pertenencias, quedándose en su población de nacimiento.
De esa unión nacieron dos hijos, pero como se dice y se dice bien, la costumbre y las adicciones, siempre regresan, lo que provocaba innumerables discusiones con su pareja y maltratos de ella, hacia sus hijos, terminando la relación en divorcio, pero sus inocentes niños, se le quedaron a ella y seguían sufriendo malos tratos, incluso les tocó estar presentes cuando Norma tomó una navaja de afeitar y comenzó a cortarse todo el cuerpo, literal, se cortó el rostro, los brazos, las piernas, el abdomen, comenzando a sangrar hasta que se desmayó, dándose cuenta de eso su hijo mayor, en ese tiempo de unos 10 años, y lo primero que hizo fue llamar a su papá, fue llevada al hospital, donde después de curarla de sus heridas, incluso hacerle algunas cirugías estéticas en el rostro, para que no quedase marcada, siendo tan vanidosa, fue enviada a terapia sicológica, incluso de siquiatría, por lo que desde hace algunos años está siendo medicada, incluso podría ser por el resto de su vida.
Pero lo que ahora divorciada sigue haciendo, es andar con hombres con dinero, pero de su poblado, y aunque no recibe, por la edad y por lo pequeño del lugar, lo que antes tenía a manos llenas, sí le alcanza para darse unos pequeños lujos a los que se acostumbró siendo joven. Pero ahora, quienes sufren las vejaciones y humillaciones de sus compañeros y conocidos, son sus hijos, porque, al ser pueblo chico, de prostituta no la bajan, además de que incluso algunos de sus papás han sido parte del harem de nuestro personaje.
Así transcurre la vida de esta hermosa mujer, actualmente de edad madura, pero como los buenos vinos, se ha puesto mejor, pero que el tiempo ya la está rebasando y si no ha tenido la idea de ahorrar, no me imagino dónde y cómo terminará su vida de lujos y vanidad, lo que sí es real es lo que conlleva una mala decisión y un trauma adquirido desde la infancia y su equivocado manejo por sus padres, ahora ya alcanzó a dos inocentes que quizás puedan replicar en sus hijos o quizás no, eso tiene que ver con la mentalidad de cada uno, pero que desafortunadamente, las estadísticas negativas de repetición son más altas que las positivas. Por eso, amable lector, si tienes la fortuna de ser padre (o madre), no basta con eso, conlleva una enorme responsabilidad de que sean unos seres humanos sanos, no solo físicamente, sino también mental y espiritualmente. Porque si no se tiene cuidado se seguirán afectando a seres inocentes que no lo merecen. ¡Atento!