Lic. Alfredo Castañeda Flores ANALISTA
12 ENERO 2025.-Aprovecho la oportunidad para señalar algunos exabruptos de muchas mujeres que siguen haciendo en la actualidad, pese a las nuevas modalidades de la moderna prostitución.
Como he señalado en entregas anteriores, el oficio más antiguo del mundo, como muchas otras cosas, ha sufrido modificaciones en la forma de ser y hacer, por supuesto los nombres también han sido romantizados, modelos, scort, edecanes, sugar baby, daddy, mommy, onlifans, pago por evento, etcétera.
Las edades y montos también han cambiado, ahora dependiendo de lo realizado por ellas, que son las beneficiadas, es lo que reciben. Eso sí, claramente, queda demostrado que por mucho interés que haya de un hombre hacia cualquiera de esas mujeres que se prestan a la obtención de dinero fácil, no deben seguir mucho tiempo juntos o viéndose, porque aun hay mujeres que recuerdan los tiempos pasados, de ellas o de sus antepasados, que terminan echando todo a perder, tiran lo alcanzado, lo logrado, a la basura y acaban peor de como estaban, eso sí, más viejas y usadas, pero solas.
Hay mujeres, sobretodo las llamadas luchonas, aquellas que ya tienen uno o más hijos, (bendiciones, les dicen burlonamente), que de inmediato como conocen a un hombre de la edad que sea y sin saber cual es su posición económica ni su estado civil, porque ese, es el que menos les importa. Además de que sea donde sea que se conozcan, hay amplias probabilidades de que terminen teniendo acción en el colchón, de un motel, hotel, automóvil, casa de ella o de él, pocas son las que, desde ese momento, se ponen a pedir apoyo económico, pero si las hay. La mayoría, con todo el dolor de su corazón (es metáfora), se muerden los labios, esperando hasta que les envíen mensaje o las llamen, nuevamente y en cuanto les preguntan como están, sueltan su trillada y bien aprendida cantaleta, con dos o tres pretextos, porque hasta eso, les hace falta ingenio para querer manipular a los hombres.
Aunque sí hay muchos que rápido caen, pero ya algunos están despertando y no se enredan con sus lastimeros comentarios. “…Estoy mal, fíjate que no completo para la renta, no tengo para los juguetes de la bendición, no tengo para la leche y los pañales…”, etc., y también les encanta pedir la misma cantidad, sean del estado o región que sean, dos mil pesos, para una mujer que no sabe el esfuerzo y sacrificio que cuesta ganar el dinero, esa cantidad se les hace cualquier cosa, esa es la cantidad más utilizada para extorsionar, digo engatusar a los “malvados” hombres, dicen ellas. Por supuesto que los ingenuos que les creen, se los dan, pero ya no las vuelven a buscar, arrepintiéndose de lo cara que salió esa relación de fin de semana, que por cierto no fue como la esperaban. Otros de plano, simplemente las sobrellevan y concluyen la comunicación y por supuesto, no las vuelven a buscar. Ese tipo de mujeres, pocas veces llegan a tener éxito económico, porque ya cada vez hay menos hombres estúpidos que tiran su dinero a la basura y mujeres así sobran. Porque hay muchos que dos mil pesos no los ganan ni por semana, como para entregarlos a una desconocida que no saben si tiene pareja, novio, marido o múltiples relaciones, porque desde luego que una mujer así, no guarda ningún tipo de exclusividad, mucho menos fidelidad, su único propósito es el de obtener ventaja económica y no le importa cómo, cuánto y con quienes, ya están acostumbradas a mal vivir. Tristemente es así. Están maleadas.
En cambio, lo de la actualidad, es el cada vez más usado, pago por evento, ahí no se pide fidelidad, mucho menos exclusividad, y solo se tiene comunicación, sea por mensaje o llamada, cuando se requiere el intercambio de sexo por dinero, cuando el hombre necesita relajarse, desestresarse y hacer lo que en su casa no puede o no le permiten hacer (sexo oral, anal, dos o más relaciones por sesión, trío, fantasías X, etc.). y es, precisamente él, quien busca a la mujer que conoce o contactó para eso. Algunos ya tienen pactado el precio, otros varían según lo recibido, pero ambos están conformes y de acuerdo. Se ven en determinado sitio, ahí llegan y se van cada uno por su lado y propio medio, hasta la próxima ocasión.
Hasta ahí todo parece que va bien, que pueden durar mucho tiempo sin complicaciones, pero desafortunadamente, nada es eterno y mucho menos cuando hay mujeres involucradas.
Es casi imposible que haya filtraciones hacia la familia del individuo, que por supuesto, siempre está comprometido, pero llega a ocurrir que no pasa de un disgusto pasajero con la esposa o pareja, porque entre más tiempo tengan de relación y mayor edad, ya las mujeres casadas o comprometidas, que generalmente, son del tipo de las que valen la pena, ya han alcanzado cierto nivel de madurez y no se quieren divorciar, salvo honrosas excepciones, que nunca alcanzan su inteligencia emocional, perdonando el desliz del hombre, porque perfectamente ellas saben que solo es sexo (fantasías) y nada más, ellas tienen todo, nada les hace falta, además si ya alcanzaron la madurez (menopausia), su apetito sexual ha disminuido y no son tan desconsideradas de privar a su pareja que las provee de todo desde hace tiempo, de sus canitas al aire, eso es madurez femenina, pocas, pero las hay. Solo se molestan, porque es su naturaleza, pero no terminan dejando a su hombre por eso.
Sin embargo, lo que sí molesta a los hombres, es que sus detalles, pese a haber hablado claro desde el principio y quedado ambos de acuerdo, a las mujeres, al paso de los meses, incluso años, se les olvide y les cambien la jugada, haciéndoles escenas para sacarles más dinero, precisamente, si están pagando sin condiciones, es para evitarse todos esos lastres. Y efectivamente, amable lector, hasta ahí se termina la relación que ya pudiera llevar meses y años. ¿Quién pierde? La mujer, porque si ya estaba bien atendida económicamente, algunas hasta sexualmente, porque los hombres maduros, mayoritariamente, saben complacer a cualquier mujer y de cualquier edad, mejor que los jovenzuelos que presumen, pero lo único que tienen es energía, más no calidad, esa se obtiene con la edad y la práctica; qué tienen que andar exigiendo más de lo recibido, previamente pactado. Pero así son ellas. Tarde o temprano aflora su irreverente carácter. Y cualquier cantidad recibida se les hace poco, como dije antes, porque no saben ganarse el dinero como los hombres.
Así que, por eso es mejor, según comentan muchos hombres que ahorraron antes para divertirse ahora, no clavarse con la misma mujer, es mejor ir probando de varias, además de que les funciona mejor, es más sano para ambos, porque ni ellas pretenden obtener más de lo acordado, ni ellos tienen que estar haciendo corajes porque les exigen de más, y ambos terminan mal, cuando desde el inicio de lo que se trataba era que esa relación era solo para disfrutar mutuamente, uno de un cuerpo joven, firme, desconocido, y otra del dinero recibido por sus servicios prestados y aprendidos con los que ha estado. La inmadurez femenina, siempre termina afectándolas más. Eso queda más que claro. ¡Ánimo!