Lic. Alfredo Castañeda Flores ANALISTA
24 OCT. 2022.-Ésta es la historia de vida de un buen hombre, aunque algo ha conspirado en su contra para tener tantas vicisitudes, sin embargo, nunca es tarde para alcanzar la felicidad.
Nació en un matrimonio de nueve hijos, siendo el cabalístico número cinco, porque tienen cuatro hermanos mayores e igual número de menores, cinco hombres y cuatro mujeres. Su niñez, digamos que fue normal, con los altibajos y problemas comunes entre hermanos y compañeros de estudios. Sin embargo, desde niño, su aprendizaje escolar fue más lento que el resto de sus compañeros, por lo que perdió entre reprobado, y dejar de estudiar, cuatro ciclos, ingresando al bachillerato a la edad de 19 años, ahí conoció a grandes amigos y amistades interesantes, pero también sufrió su primera impresión fuerte y demasiado desagradable, uno de sus hermanos mayores, médico de profesión, laboraba en el hospital de la Raza, del otrora Distrito Federal, muriendo entre los escombros de su fuente de trabajo, debido al sismo de septiembre de 1985. Ese fue un duro golpe para nuestro amigo Max, y por supuesto para su familia, sin embargo, sus profesores y compañeros lo apoyaron para que no perdiera el ciclo escolar, porque sí quedó muy afectado durante algún tiempo.
Terminó la preparatoria, ingresó a la universidad, concretamente a la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UMSNH, ahí desafortunadamente se tuvo que separar de sus mejores amigos y compañeros, porque es imposible que les tocara en el mismo salón de clases, sin embargo, lo acompañaron cinco de ellos, el primer grado lo culminó sin mayores problemas, sin embargo el segundo de cinco que comprende el programa oficial, tuvo problemas, y se tuvo que quedar a repetirlo, imagino el enorme pesar que esto debió causarle.
A la par, intentaba hacer su vida normal, su mamá era una persona muy devota del catolicismo, por lo que rigurosamente cada domingo asistía a misa, con ella o solo, pero acudía a la iglesia. Por supuesto que le gustan las mujeres, e intentó conquistar a algunas, pero no tuvo éxito, esto lo hacía más ensimismado en el ámbito del amor, porque en cuanto a la amistad, era abierto y excelente compa, además que desde que tuvo la mayoría de edad era aficionado, sin exagerar, de participar en los pronósticos, antes deportivos, pegándole algunas veces a premios regulares, pero como dicen, afortunado en el juego, desafortunado en el amor.
Así prosiguió su vida, su carrera, ya no volvió a reprobar ningún ciclo escolar hasta su conclusión, estando por iniciar el cuarto grado escolar de la licenciatura, ingresó al poder judicial del estado como meritorio, donde a los pocos meses surgió una oportunidad para trabajar, la que sin dudarlo aceptó. Por lo que ya estaba aprendiendo, pero con sueldo, el sueño de tantos estudiantes de la carrera, materia o área que sea, así dividía su tiempo de vida escolar y laboral, por las mañanas trabajando, por la tarde-noche estudiando, y ¿su vida personal?, igual de incompleta, nuestro amigo es una persona espléndida, invite él o no, él paga las cuentas, imagínate, amable lector, lo que haría con alguna de sus pretendidas, obviamente la atención y el trato es mejor, pero algo no les parece, ya estando en el trabajo, conoció a una mujer que le agradó, la comenzó a cortejar en horas laborales, le invitaba el desayuno, le compraba y enviaba pequeños detalles, al paso de los días, al concluir una jornada laboral de viernes, la abordó como siempre, la atrajo a un rincón y se le declaró, ella lo aceptó, quedando de verse por la noche para salir a bailar, a platicar, tomar algo, etcétera.
Él se fue emocionado, les contó a los amigos que vio, porque en esos años, el teléfono celular no existía, por lo menos en México no había, por la noche fue por ella a su casa, para de ahí partir a donde ella o ambos quisieran, pero ella, le dijo que quería hablar con él antes de salir, él no se esperaba lo que ella le dijo, sin lastimarlo, le dijo lo más suave que pudo, porque él no lo merecía de otra manera, que lo había pensado esas horas desde que lo aceptó, y que de momento no estaba preparada para un noviazgo, cosas que son mentira, duelen y lastiman, aunque las digan lo más prudente que sea. Nuestro amigo, no lloró ahí porque deberás aguantó, pero en la soledad de su cuarto, si lo hizo, y con razón, porque después de tantos años e intentos, por fin alguien lo había hecho feliz, aceptando su propuesta de noviazgo, pero en escasas cuatro o cinco horas, todo eso se había esfumado, sin entender, ¿por qué?, ni modo, así prosiguió su vida solamente laboral, pero ahora, ya profesional, su forma de ser no cambiaba, gastaba con los amigos y mujeres invitándoles lo que quisieran, pero no lo aceptaban.
Sin embargo, nunca es tarde para nada, y todo llega en el momento indicado, cuando el Universo, Dios o la energía en la que cada quien crea, lo decida, y así le sucedió al buen Max, hace cerca de cuatro años, en una fiesta de todo el poder judicial estatal, saludó a una amiga, que conoció hace más de veinte años atrás, seis años menor que él, en una fiesta similar, sin embargo, no le provocó ninguna reacción química a él y no la volvió a ver, pese a trabajar tan cerca, pero ella en el reencuentro le mostró en el celular una foto de aquella ocasión en que los presentaron, lo que indica que a ella sí le había movido el tapete aquella ocasión, pero a él no, algo que ocurre tan frecuentemente, esas señales que la mayoría ignoramos y dejamos pasar momentos gratos, de felicidad, en el aspecto que sea, muchos de ellos no regresan, pero aunque parezca telenovela, veinte años después regresó su felicidad, él le preguntó si estaba casada, respondiéndole que no, y ella le hace la misma interrogante, entonces, él, entre broma y posiblemente una pizca de verdad, le dice, y por qué no nos casamos, a lo que ella, sin chistar, rápidamente le contesta que sí, comenzando un breve noviazgo, y en unos meses, se casaron, ella la mayor de su casa, él, el último soltero, por lo que ambas familias se inundaron de felicidad, pagándoles una hermosa boda y espléndida recepción, en la que estuvimos sus mejores y cercanos amigos. Hoy a casi tres años de la unión, continúan unidos, ambos alejados de cualquier religión o asociación religiosa, única y exclusivamente les gusta leer la biblia, en sus ratos de ocio, él ya tiene dos años jubilado, ella aún trabaja, pero por las tardes, ambos, se ponen a leer, analizar y dialogar sobre lo que leen en la biblia, incluso comparándolas con algunas de las distintas versiones que existen en la actualidad, de este libro que la mayoría consideran sagrado.
Como dije antes, en la mayoría de los casos, tarde o temprano, llegan esos destellos de felicidad tan necesarios para el ser humano, solo depende de detectar las señales que el Universo nos envía, según la agilidad para verlas, es el tiempo en el que llega esa luz a nuestras vidas, aunque hay algunos que jamás las observan y mueren como nacieron. SOLOS.