22 abril, 2025
ROTATIVO DIGITAL

La historia de Mariana…

LIC. ALFREDO CASTAÑEDA FLORES

Hoy aprovecho para comentarles una vida real, una historia que es verdad, pero quizás, a algunos les parezca que supera a la ficción, lo que es cierto es que nunca dejamos de conocer y aprender.

 

Mariana es una mujer madura, supera los cuarenta años, casada, sin hijos, dejó su vida profesional trunca, como es muy frecuente y común que suceda en nuestro país, ella, distinto a muchas otras, lo hizo por no perder la oportunidad de casarse, tiene dos décadas de matrimonio, no digo feliz, porque, a continuación, cada uno de ustedes, inteligentes lectores, sacará sus propias conclusiones al respecto.

 

Su esposo, un hombre emprendedor, trabajador, tiene un negocio propio de muchos años, donde económicamente les ha ido bien, más no así en el ámbito familiar, pues no quisieron tener descendencia, y mucho menos adoptar hijos de otros. Lo cual es comprensible.

 

Según cuenta la hermosa protagonista de ésta historia, su vida marital fue de más a menos, al principio hubo mucho amor, mucha comprensión, mucha pasión, pero ésta última ha disminuido en los recientes años, y como sabrás, amable lector, mientras en el hombre, con la edad va disminuyendo (en la mayoría de casos), la producción de semen, se va perdiendo potencia, fuerza, energía y vigor; en las mujeres, sucede lo contrario, entre más tiempo pasa, más ganas tienen de disfrutar del sexo, sobre todo después de los treinta y cinco años.

 

Su esposo se dedicó más al trabajo, a ganar más dinero, conforme crecía el negocio, más dinero ganaba, pero también, tenía menos tiempo para estar juntos, sobre todo, en el ámbito sexual.

 

Pasaban semanas completas que él no la tocaba y, por ende, no le hacía el amor, ni siquiera a medias, como muchos le hacen, que se satisfacen ellos y a ellas las dejan sin alcanzar un orgasmo. La protagonista, al principio, como la mayoría imagina, pensó que su pareja tenía otra mujer, ingresando a las redes sociales, bajo un perfil falso, para atraparlo en la “movida”, puso una fotografía de perfil de lo más sugerente, que obviamente, no es de ella, y comprobó que estaba equivocada, que su pareja, lo que arrastraba, era cansancio por exceso de trabajo.

 

Pero, aunque existe el mito de que una mujer puede aguantar más tiempo sin sexo que un hombre, es eso, un mito, la realidad es que no es así. Porque Mariana empezó a conocer hombres en las redes sociales que le escribían bonito, que le bajaban la luna y las estrellas y lo único que le han bajado son los calzones, porque los últimos meses, su vida sexual ha sido muy activa y no con el mismo. Es triste, principalmente, cuando su pareja no le falló, que se encerró en el trabajo para darle más dinero, lujos y viajes a ella. En este caso, como en tantos otros que debe haber, es injusta la mujer, porque le da prioridad a sus deseos carnales, que a sus años de matrimonio. Queda claro que ella jamás amó a su esposo, porque de ser cierto, no lo hubiera engañado así, y lo sigue haciendo, porque él no se ha dado cuenta.

Aquí quiero hacer una atenuante (actuar como el abogado del diablo), en favor de ella, habría que revisar, cuánto tiempo pasó sin que su esposo la tocara, si su alejamiento en esta área fue por trabajo, por disminución de su apetito sexual, porque se le terminó el amor, porque es adicto a alguna sustancia que le inhibe la producción de orgasmos, porque cambió su orientación sexual, etc. Porque si resulta raro, que un hombre que supera los cuarenta años, pierda las ganas de disfrutar a una mujer. Cuando esa es la mejor edad para ambos sexos, de disfrutarse al máximo.

 

Nuestra protagonista, ha demostrado, según cuenta ella, ser una maestra en las artes amatorias, es ardiente, golosa, insaciable, le gusta experimentar de todo y está abierta a aprender de quienes tienen la suerte de poseerla. Lo cual demuestra que en sus años de matrimonio jamás fue satisfecha, su pareja era el típico eyaculador precoz que no pone atención en los juegos previos, y desconoce qué desea la mujer para alcanzar un orgasmo, quizás ella no le dijo que necesitaba o si lo dijo, a él no le importó, que era el que se montaba a su hembra, la penetraba unas cuantas veces, eyaculaba y se quedaba dormido.

 

Amable lector, si eres hombre, tienes que poner atención en tu pareja, en cualquier plano, pero sobretodo en el sexual, porque la principal causa de la infidelidad femenina es la falta de unos buenos orgasmos en la intimidad, recuerda el dicho: nunca falta un roto para un descosido. Y siempre hay hombres dispuestos a darles un poco más de lo que tú le das, además, recuerda que es mejor calidad que cantidad, no necesitas esforzarte demasiado, con uno bien dado tienes para mantenerla contenta, pero, eso sí, necesitas poner todo tu empeño, esfuerzo y dedicación en esos momentos de intimidad, olvidarte de todo y concentrarte única y exclusivamente en lo que vas a hacer y sentir. De lo contrario, te recomiendo irte haciendo a la idea de que sandia grande, nadie come solo.

 

Claro que hay excepciones, pero en estos tiempos actuales es más difícil encontrar mujeres, verdaderamente enamoradas que soporten estas desatenciones.