20 diciembre, 2024
ROTATIVO DIGITAL

La historia de Marcelino…

Lic. Alfredo Castañeda Flores     ANALISTA

20 SEPT. 2024.-El protagonista de esta historia es un anciano próximo a cumplir los setenta años que, durante su vida, hizo, patrimonialmente hablando, lo que la mayoría de mexicanos hace, prácticamente nada.

 

Está casado, presumiendo 44 años de ¿feliz? matrimonio, tiene dos hijos (uno y una) y cinco nietos (cuatro niñas y un niño), actualmente se desempeña como maistro albañil, aunque es de reconocer que le hace un poco a todo (electricista, plomería, carpintería, etc.), todo lo relacionado a la construcción y mantenimiento de inmuebles, concretamente casa-habitación, PERO y así en mayúsculas, jamás termina una cosa totalmente, siempre deja detalles, mínimos si quieres, pero los deja, y eso merma su trabajo en gran escala. Porque a pesar de ser un hombre honesto, bien hecho, cuidadoso, la responsabilidad nunca ha sido su principal virtud y eso, sinceramente, influye demasiado en haber alcanzado otro nivel de vida ganado con su trabajo.

 

Nacido de una familia disfuncional, su padre solo lo fue por haberlo engendrado, pero nunca vivió con él y su madre, sino que fue otro quien lo crio y mantuvo durante su niñez y adolescencia, él comenta que solo estudió hasta tercero de primaria y trunco, porque lo expulsaron, por chismoso, dice el, comunicativo. Así que su madre lo mandó a trabajar en lo que se pudiera y que antes, había más opciones de laborar en edades menudas y llevar comida a su hogar. Lo corroboro, porque sabe hacer muchas cosas, o por lo menos conoce como hacerlas y eso no se aprende, sino es a base de práctica, acierto y error, incluso comenta que hasta en un circo laboró, obviamente como obrero, no actor, por lo que anduvo fuera de su lugar de nacimiento, propiciando que, al mismo tiempo de aprender cosas buenas, también aprendió cosas malas, y la peor de todas fue, empezar a beber, que en aquella época era la principal adicción, y que muchos cayeron en ella. Él como muchos de mentalidad débil, abusó del alcohol, a tal grado de que tuvo que ser ingresado a un anexo, muchas veces, hasta que tocó fondo y se armó de valor decidiéndose a salir a la claridad, por voluntad propia, porque sin ella, no importa que se ingrese a los mejores lugares, más caros y famosos, saldrán y recaerán, como tantos lo han y siguen haciendo.

 

Pero bueno, aun con su vicio, dicen algunos, una enfermedad, logró conquistar a una chica de su edad, se casó con ella, procreó dos hijos, como señalé antes. Al inicio de su matrimonio, logró ingresar a una dependencia federal, con base, pero no le duró mucho la fortuna, porque la misma desapareció, siendo liquidado y de nuevo a comenzar su peregrinar, haciendo esto y aquello, sin un rumbo. Además de que su adicción, seguía aumentando y sus ingresos y recaídas en los llamados anexos, continuaban, hasta que un amigo suyo, arquitecto contratista de profesión, lo encontró en la calle, precisamente, unos días después de haber salido de uno de esos sitios, completamente en sus cabales, sin gota de alcohol en el cuerpo y sangre, y le comentó de un empleo, ya que acababa de recibir una obra de buen tamaño y tiempo, para construir y necesitaba trabajadores, sabedor de sus dotes como albañil, por lo que le ofreció una de esas plazas vacantes, pero le advirtió, que si lo llegaba a encontrar tomando y/o dejara de ir a laborar por cuestiones de lo mismo, lo despedía en el momento que cualquiera de ello, ocurriera, por lo que esta amenaza, que sabía que, a pesar de ser su amigo de mucho tiempo, cumpliría, influyó para que, hasta la actualidad, lleve casi treinta y tres años sobrio, sin una sola gota de alcohol ingerida, ni por error, llevando una vida mejor, durante tres décadas, sin embargo, su falta de compromiso y responsabilidad, le ha impedido que hasta el momento, y ya veo difícil que lo logre, ha tenido una casa propia, durante muchos años vivió en la casa de la suegra, junto a ella, sus cuñados y sus familias, él, estuvo cómodo, porque no se le exigía que hiciera algo para mejorar su situación, además de que se ahorraba tantas cosas (renta, pagar apoyos para cuidar esposa e hijos, después nietos, cuando había enfermedad en alguno de ellos, ya tenía quien lo apoyara, etcétera), a pesar de que con los meses y años, se iba perfeccionando en su oficio y ya obtenía buenas ganancias, ha sido un misterio, en que se lo ha gastado, porque claro que ha ganado y gana bien y ni auto usado tiene ni ha tenido, lo único que siempre lo transporta es una bicicleta, de calidad quizás, pero aun así, con lo obtenido en una semana, la compra, a ese nivel. Porque nadie ha hablado de algún vicio escondido, que ya se hubiera sabido, o ¿será demasiado discreto?

 

Otro defecto que tiene, es el de que, así como sabe y conoce cosas, también inventa un sinnúmero de situaciones, por lo con poco tiempo de conocerlo, se da cuenta uno de ese detalle, además de que desde el principio, cansa a uno, porque habla hasta con los codos, además de que en el primer descuido abandona el trabajo para salirse a la calle, pretextando necesitar X o Y parte, pieza o material y sale a comprarlo o buscarlo, tardando más tiempo de lo normal, así que de cada día laboral dos terceras partes del mismo se le van en la calle y chismeando y solo un tercio, trabajando, sin embargo, su trabajo es de calidad, además de que realmente es honrado, no se lleva nada que no sea suyo y eso en el ramo de los albañiles es difícil de encontrar, pero, nada termina, es el clásico que los abuelos llamaban, huele moles, inicia algo y si durante su realización, se da cuenta de que hay otro detalle, deja lo que inició y se concentra en lo otro, y así, hasta que finalmente, nada termina completamente, hablo de detalles, quizás insignificantes, pero que son lo más importante en cualquier obra o construcción.

 

Por ejemplo, un ultimo corte en la esquina más escondida del lugar, del piso, no terminar de juntear (como le llaman en ese oficio), un último zoclo sin colocar, no esconder bien el cable eléctrico de una luz, algún tornillo que no colocó, un espacio sin pintar totalmente, etcétera, pero eso hace la diferencia entre un buen elemento y uno malo. Todo eso ha mermado que sea más solicitado en mejores lugares y con mayores ingresos, porque, si eso hace en una casa, imagina, amable lector, ¿Qué dejará inconcluso en un edificio de departamentos, o en una plaza comercial? no lo quiero imaginar, pero lo hace, porque ya no lo vuelven a buscar. Faltando muy seguido a trabajar, obviamente, inventando excusas para hacerlo. Dicen por ahí, que, para ser chismoso, se necesita tener buena memoria y para alguien que escucha, reflexiona y analiza, nuestro personaje no la tiene, porque con observación y lógica, es fácil de descubrir sus mentiras. Porque un día dice algo, y a la siguiente ocasión, lo contrario. Pero en general el mexicano es similar y por eso sigue encontrando empleo.

 

Es muy solicitado, contradictoriamente, en hacer detalles, que también deja inconclusos. Da miedo preguntarle o decirle algo, porque la respuesta va para largo, no exagero que es de mínimo media hora su perorata para justificarse y hacer ver mal a los demás. Porque eso también tiene, que es algo común y frecuente entre los mexicanos. Nadie quiere ser tonto, y aunque haya pruebas de sus errores, el culpable siempre será otro.

 

Sus hijos, por razones obvias, primero su irresponsabilidad del alcoholismo, sus incontables mentiras para justificar lo injustificable (¿será fundador de morena?), su exagerada manera de hablar y no permitir a los demás la interlocución, etc., etc., etc. propició que sus hijos sean inestables. El hijo, tiene tres retoños con distinta mujer, no tarda viviendo con ninguna, además es un irresponsable que ha recorrido múltiples empleos, por supuesto no estudió, ha estado inmiscuido en algunas conductas delictivas teniendo que desaparecerse del lugar de origen, mientras se calman las aguas, obviamente no tiene casa propia, es, se puede decir, una copia calcada de su padre, salvo en lo del alcoholismo, si lo practica, pero no ha llegado a esos extremos a los que llegó su padre.

 

La hija, algo similar, tiene dos niñas de distinto padre, no estudió, ha andado, vivido y tenido muchas parejas con las que no dura, trabaja aquí y allá sin durar en ninguno de ellos, tampoco abusa del alcohol y eso se agradece, pero si lo ingiere, sigue viviendo con su padre, incluso hasta algunas parejas, las ha llevado a vivir con ellos, son la clásica familia pobre mexicana. Hace aproximadamente cinco años, falleció la abuela y suegra de su padre, y al único acuerdo al que llegaron los hijos herederos fue la de vender la casa y repartirse el dinero en partes iguales, por lo que ahora Marcelino y su familia, tienen que andar rentando casa para vivir, dijera nuestro paisano Juan Gabriel, ¿pero qué necesidad?, si a lo largo de los últimos treinta años, ha ganado lo suficiente para haber comprado una casa, un terreno y construir una casa, cumpliéndose con él, una vez más, lo que la filosofía popular señala, “en la casa del herrero, azadón de palo”, siendo albañil, no tiene casa, no tiene nada. Ahora en este sexenio está feliz, porque ya recibe su apoyo bimestral y eso le sirve para no trabajar diario. Que de por sí no lo hace. Así es la triste realidad de un país pobre y empobrecido económica y mentalmente, donde más de la mitad de la población, así es y así terminará, eso nos perjudica como país, en lugar de beneficiar, porque seguimos retrocediendo en lugar de avanzar para ser un país mejor. ¡Qué poca manera!