Lic. Alfredo Castañeda Flores ANALISTA
23 JUNIO 2024.-En esta oportunidad hablaré de una mujer de la tercera edad, actualmente viuda, madre de cinco hijos (3 hombres y 2 mujeres). Esta es su historia.
Nació en el seno de una familia tradicional, sin embargo, desde chica le encantaba platicar, fuera con hombres o con mujeres, de forma indistinta, sin embargo, conforme avanzaba en edad, llegó a tener más amigos, por razones obvias. Malena es una mujer atractiva, y de joven más, sobretodo que estaba delgada, hoy está gordita.
Así que muchos jóvenes de su edad comenzaron a rondarla, con fines sentimentales, ella, dice hoy, que en aquellos tiempos no tenía conciencia de lo que fuera un noviazgo, a muchos les dijo que si, pero al mismo tiempo, por lo que se propiciaron innumerables peleas y disputas, cuando se llegaban a encontrar tres. (Ella caminando con alguno y otro “novio”). Pero no consideraba algo malo eso. Ups.
Lo interesante es que pese a todos los presuntos novios que tenía, ninguno fue el que se quedó con ella, sino que al poblado llegó una familia proveniente de otro lugar, y había un mozuelo de su edad, se enamoraron, y a los quince años de ella y dieciséis de él, se fueron a vivir juntos, jamás de casaron. Pero ella pese a tener ya un compromiso distinto, seguía platicando, dice ella, con otros chicos conocidos, que aunque según ella, ya no eran sus novios, si lo habían sido, y eso le molestaba, por obvias razones, a su pareja, lo que originaba constantes discusiones entre ambos, al grado tal de que cuando nació el primer hijo de ambos, el papá no lo creía suyo, hasta ya siendo mayor de edad el niño, que su papá se disculpó con el y se perdonaron, pero por muchos años, fue tratado como ajeno, lo maltrataba, lo golpeaba, lo insultaba y lo menospreciaba junto a sus otros cuatro hermanos, que ya tenía. Ella, también se sentía mal, pero ahí fue dándose cuenta poco a poco y gracias al sufrimiento de su hijo, que lo que hacía e hizo en su juventud, sobre todo ya unida a su pareja, tuvo terribles consecuencias para un inocente. Pero ya era tarde.
La costumbre de platicar con los hombres se le fue quitando, pero con las mujeres no, incluso hasta salía a buscar a las vecinas y no tanto a sus casas, donde se quedaba horas platicando con ellas, lo que propiciaba otro tipo de discusiones con su marido.
Él, desde que se juntaron y se fueron a vivir juntos, comenzó el negocio de la carne, cerdo y res, principalmente, hasta que logró abrir una carnicería de buen tamaño, donde trabajaban los dos, después ya hasta empleados necesitó, principalmente cuando veía que se quedaba solo, porque nuestra protagonista se desaparecía, porque se iba a visitar amistades para platicar. Y como dije antes, no era por poco tiempo. Se desaparecía por horas.
Así fue transcurriendo su vida en familia, él comenzó a ahorrar, porque el negocio prosperó y bien, después empezó a comprar casas y terrenos en diferentes poblados, donde había oportunidad, la aprovechaba. Ella, adquirió otro vicio, comenzó a engordar, más de lo normal, compraba cosas materiales, por aquí y por allá, que muchas veces ni necesitaba, pero lo hacía, también dejó la limpieza de lado, él, desde joven, debido a que su padre fue alcohólico, comenzó a beber, pero cada vez lo hacía más y más, ella, dejó de atenderlo íntimamente y el con dinero y juventud, comenzó a andar con una y otra mujer, obviamente por dinero, pocas lo hacen por amor, sin embargo, ambos sin hablarlo, alcanzaron un acuerdo, cada quien podía hacer lo que deseara, sin molestar al otro. Valores entendidos.
Así transcurrieron los años, el trabajando duro, ahorrando, bebiendo y disfrutando del sexo pre pagado, ella, gastando de más, viviendo bien, despreocupada de su marido, porque los últimos años ya ni de comer le preparaba, aplanando las calles del pueblo buscando quien la escuchara y platicar, además sus hijos ya adultos tenían cada uno su propia vida o eso creen.
Los tres mayores, casados legalmente, el cuarto viviendo en unión libre y la más chica, solo con una hija regalada, de esas que abundan tanto en este país. Pero pese a tener profesiones u oficios los cinco, no dejaban de pedirles dinero a ambos, pero llegó un momento en el que el papá decidió dejar de ayudarlos, porque ya era exagerado lo que pedían y cada vez en menor tiempo, entre una solicitud y otra, por lo que Malena si les seguía dando, a escondidas de su marido, propiciando peleas y discusiones porque ella, llegó al grado de atreverse a tomar el dinero destinado al negocio para “ayudar” a uno y otro de sus hijos.
Para no hacer larga la historia, a los 63 años de edad, el señor falleció, se le juntó la diabetes y más afecciones relacionadas, con el excesivo consumo de alcohol, ella no le lloró ni una lágrima, porque para ella, él siempre fue un mal hombre, el malo de la película, como muchas mujeres acostumbran hacerlo en el país, la dejó bien posicionada económicamente, porque aunque ya antes de morir, habían quitado la carnicería, si dejó muchas propiedades que arrendan y dinero en efectivo, por lo que ella, todos los días, solo se la pasa en la calle visitando a sus amistades, gastando el dinero que con tanto sacrificio y años de esfuerzo logró juntar, regalándoselo a sus hijos, porque ahora con más razón la buscan para eso y hablando mal de su difunta pareja, se ve que jamás lo quiso, dice ella que porque se fue a vivir muy chica con él, pero no la obligó a hacerlo, se fue por decisión propia.
Pero tristemente, para las dulces y tiernas mujeres, el hombre siempre es el malo, el grosero, el mujeriego, el vicioso, el desobligado, etcétera. Porque ahora que ya falleció, dice que ella era la que siempre trabajó. Que el era el que se ausentaba en horario laboral. Totalmente todo a la inversa, solo los que sabemos la verdad, nos quedamos callados, porque ya no se puede hacer otra cosa. El juzgar a las personas sin conocer la verdad es un vicio demasiado triste y desafortunadamente en nuestro país, es algo tan frecuente y común, sin conocer el contexto, se cree en lo que otro dice, sobre todo si ese otro es mujer. Ojalá no se le acabe el dinero y las propiedades antes de que fallezca, porque lo dilapida exageradamente y si no hay otra forma de hacerlo crecer, el dinero se acaba. Porque no es una planta donde nace. Que ingratitud, aquí se cumplió la máxima, nadie sabe para quién trabaja.