9 marzo, 2025
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La historia de Lorena…

Lic. Alfredo Castañeda Flores       ANALISTA

 

27 NOV. 2021.-Aprovecho el espacio para hablar de una mujer de mediana edad, hermosa, de un cuerpo firme y turgente, casada, feliz. Ella es Lorena.

 

Nació en el seno de una familia normal, de las que provenimos la mayoría, su infancia transcurrió de forma tranquila, sin mayores contratiempos. Fue una estudiante destacada, una deportista promedio, realizó estudios básicos hasta terminar una licenciatura en la universidad de su estado natal.

 

Tuvo algunos novios durante la secundaria y bachillerato, pero como es común, nada serio. Una vez concluida la carrera profesional, conoció a un joven un año mayor que ella y el flechazo fue de inmediato. Intercambiaron números telefónicos fijos, en ese tiempo no existían los celulares, comenzaron a llamarse, a enviarse cartas de las escritas y por correo postal, que tampoco existen, o cada vez se envían menos, pero que eran efectivas para enamorar, porque los días de espera incrementaban la emoción de recibirla.

 

Así transcurrieron los meses, hasta que un día se quedaron de ver en un lugar neutral, ahí pasaron el fin de semana y por obvias razones, sucedió lo que tenía que pasar, conocieron el verdadero amor, aunque parezca raro, ambos tuvieron sexo por primera vez, lo que aumentó el amor de ambos, hacia el otro, siguieron pasando los días y casualmente se volvían a encontrar, hasta que un día decidieron unir sus vidas y ya no separarse más.

 

Llegó el día, se casaron, formaron una nueva familia, ambos tenían tanto en común, comenzaron a trabajar arduamente, emprendieron un negocio que fue creciendo poco a poco, nacieron dos hijos, fruto de su amor, todo iba muy bien. Pero, siempre hay uno, la intimidad no fue en aumento, no en cuanto a la cantidad, sino a la calidad, pues Lorena no permitía caricias donde se enciende la pareja. Solo se dejaba besar la boca, tocar los senos, los glúteos y las piernas, por supuesto penetrar y cambiar algunas posiciones, pero nada más.

 

Hasta el momento continúa así y no permite besos en el cuello, en los oídos, en los senos, en las piernas, en lo demás, tampoco puede escuchar palabras durante la penetración, y menos si son fuertes. Porque según su creencia todo eso es de las mujeres que cobran por tener sexo. Lo que es equivocado, porque ese tipo de mujeres pocas veces permiten besos y tocamientos más allá de la penetración, además que el hombre que las contrata tampoco está dispuesto a besarla más allá de lo que puede ver, porque tanto uno como la otra, se cuidan de las infecciones de transmisión sexual, pero eso ha disminuido la autoestima de su esposo. Como le puede ocurrir a cualquier hombre o mujer que se encuentre en una situación parecida.

 

Como podrás notar, amable lector, no siempre lo que se ve en la gente es felicidad, y como en todo, por la dualidad que existe para equilibrar el Universo, nada ni nadie es perfecto, se puede tener dinero, bienes, familia, empleo bien remunerado, casi todo, pero siempre habrá algo que falte para alcanzar una total y abundante felicidad, nunca falta, dirían los antiguos, el negrito en el arroz, y eso en la intimidad es lo más excitante para mantener la llama de la pasión encendida, para evitar la monotonía y principalmente, para que el hombre o la mujer (hay muchos casos a la inversa), busquen en la calle lo que les hace falta en su casa.

 

Aquí quiero hacer una acotación, inteligente lector, es muy frecuente, que, sobre todo las mujeres, ataquen a los hombres cuando caen en la infidelidad íntima, señalándolo como el único culpable, malvado y responsable de la situación, pero no se puede juzgar a la ligera, lo que se ve, es necesario, adentrarse más allá de la puerta de entrada a su hogar, lo que resulta casi imposible, porque las que juzgan no mantienen una relación de amistad con la “supuesta” víctima de adulterio y por ende, no conocen la verdad de ello.

 

Este, para muchos pequeño detalle, viene a trastocar el resto de la convivencia diaria, no solo familiar, sino laboral, social, todo. Porque una parte de la pareja que esté insatisfecha en lo sexual, se siente rara, puede mostrarse inquieta, agresiva, triste, de muchas formas, lo que propicia bajo rendimiento en lo laboral, mental, intelectual y peor aún en los índices de felicidad del afectado, esto puede llegar al suicidio, así de grave es la falta de una sexualidad plena.

 

Tanto el hombre como la mujer necesitan, de vez en cuando, una buena y completa sesión sexual, donde haya de todo, principalmente tiempo y tranquilidad, donde no haya prisa por terminar, donde no haya un límite de horario para hacerlo, donde no haya tabúes en nada y para nada, la sexualidad es algo hermoso que se debe disfrutar en pareja, donde se pueda hacer y decir lo que sea, en esos instantes no hay prejuicios ni falsas ideas, simplemente se debe disfrutar, porque es el mejor complemento del amor. Se puede tener lo mejor en lo demás, pero una sexualidad a medias, trastoca todo. Toma nota.

 

Lorena ha tenido innumerables discusiones al respecto, pero su postura es la de que su pareja, si no está conforme, que se vaya, cuando le ha entregado los mejores años de su vida, donde han formado una gran familia y un patrimonio respetable, pero no reconoce que la equivocada por esta situación es ella, que su pareja le puede ser infiel y con razón, porque el desahogo íntimo es más que necesario para una mejor convivencia, pero principalmente por salud física y mental. Aprendan a valorar, sexualmente a su pareja, y disfruten junto a ella, aprendan, innoven, porque de lo contrario, puedes ser víctima de abandono, infidelidad o peor aún, de infelicidad. ¡Ánimo!