Lic. Alfredo Castañeda Flores ANALISTA
11 OCT. 2024.-Nuestra protagonista de hoy es una mujer cercana a los treinta años, soltera, empleada, con estudios truncos, como la mayoría de mexicanos en la actualidad, que pareciera que estamos nuevamente en retroceso, se terminó la bonanza educativa que empezaba a subir el nivel de estudios nacional.
Pues bien, Leidy nació, como también es algo frecuente y común, de una pareja independiente, solo fue al calor de la calentura hormonal que duró en sus padres, hasta que ella nació, porque una vez hecho, ambos terminaron su noviazgo moderno, esto, a mediados de la década de los noventas del siglo pasado. La separación, no solo fue de colonia a colonia, pero en la misma ciudad, no, fue de un estado a otro, ya que ella nació en la hoy CDMX. Su mamá regresó a su estado natal. Ahí creció separada de su padre, quizás por egoísmo y enojo de su madre, quizás, por el de su padre o ambos, lo real, es que creció sola. Y con lo importante que es la figura de un hombre en las niñas-mujeres. Pero así sucedió.
Su mamá, ante la necesidad económica y sexual, anduvo y sigue andando con otros hombres, de dos de los cuales sacó premio, un niño y una niña, hoy ambos mayores de edad, porque no es egoísta y le dio su padre a cada uno, aunque ni los vean. Lo que nuestra amiga, siendo pequeña, no entendía, sin embargo, al paso de los años, ya lo veía como algo normal y ahora lo repite. Triste realidad de muchas.
No es difícil darse cuenta que la mamá le enseñó a utilizar a los hombres, aunque claro, en ella más jóvenes, acordes a su edad, pero los usa al fin. Porque desde que siendo adolescente, tuvo a su primer novio en la secundaria, ya tenía ciertas mañas, para obtener regalos no tan caros, porque a esa edad, pocos niños trabajan o tienen una posición económica relajada como para gastar más de lo normal, pero lo hacía y obtenía lo que en esos tiempos quería.
Sin embargo, la mamá le dijo que no fuera ingenua (tonta) que buscara muchachos con buena posición y/o ingresos, que no le fuera a pasar como a ella, que no supo escoger, la frase típica de cualquier mujer fracasada, la inocente fue engañada y cayó en las redes del hombre equivocado, ajá.
Estando en la preparatoria o bachillerato, conoció a un muchacho unos años mayor, que estudiaba en la universidad, se hicieron novios, pero atenta a los consejos de su madre, el quería algo más que unos simples besos dulces y apasionados, y ella, debidamente aleccionada, le hizo mil y una historias, antes de entregarse a él, que según ella, con él fue su primera vez, que parafraseando a José José, pero lo dudo, en fin, eso dice ella y le creo. Al ser su debut, sacó provecho a ello y él ahorró, pidió prestado o sabrá que hizo, pero cumplió sus deseos, comprándole algunas cosas, posteriormente, cada vez que necesitaba sexo, ya sabía que tenía que entregar algo a cambio, dijeran, es la nueva modalidad de la prostitución, aunque ellas digan que no lo es.
Otra nueva forma de libertinaje es que los padres, tanto de hombres como de mujeres, permiten que la pareja en turno se quede a dormir con el hijo o hija, ellos se hacen los desentendidos, lo que así ocurría cada fin de semana, Leidy se quedaba con su novio y el domingo en la noche llegaba a su casa con algo nuevo o dinero en efectivo, que, sobre todo el dinero, lo compartía con su mamá, a cambio del permiso que ésta le daba de quedarse en casas ajenas.
Al mismo tiempo que hacía eso, dejó de estudiar y comenzó a trabajar, seguramente porque la mamá le exigía una mayor cantidad diaria o semanal y un novio estudiante no puede juntar lo suficiente. Como es frecuente y común, en cualquier empleo hay tanto hombres como mujeres, y en cuanto llega alguien nuevo, el sexo contrario las empieza a enamorar, así le pasó a nuestra amiga, que inició en una tienda con varios empleados. Pero ella, joven pero experta en lo que desea, no cayó con facilidad, si no que lo hizo con el encargado, que ganaba más que todos, y al mismo tiempo tenía ambos frentes abiertos, novio de manita sudada, ajá y otro novio casado, pero discreto, de ambos obtenía beneficios económicos a cambio de ratos de placer.
Leidy es una mujer morena, pelo largo, lacio, delgada, estatura media, con unas piernas bien torneadas, caderas, nalgas escasas pero bonitas, usa lentes desde niña, lo que le da un aire de misticismo, y la hace más atractiva, porque cuando se los quita, se ve tan diferente, lo que llama la atención de los hombres, principalmente de los menores que ella.
Así fueron pasando los años, cambiaba de empleo, como hacen tantos individuos que no están conformes es uno y se cambian a otro, lo mismo hacía ella con el segundo novio o hasta tercero, pero cuando ya superaba los veinte años, entró a laborar a una zapatería, ahí tenía un compañero tres años menor que ella, que le atraía, pues una vez hablado de negocios, se hicieron novios, ella terminó a su anterior con el que anduvo cerca de cinco años, porque será todo, pero infiel jamás. Así son las mujeres de hoy, pueden criticar a todas, pero ellas son puras y santas. ¡Cuando crecerás México!
Pues bien, hasta el momento, continúa con este muchacho tres años menor que ella, porque le cumple todos sus deseos y caprichos, le da su semana en efectivo, le compra despensa, y hasta las consultas médicas le paga, los lentes y armazones que va cambiando él los paga, le da ropa, zapatos, tenis, etcétera, lo agarró chiquillo y a lo mejor, ella fue su primera relación sexual, por que se enamoró y le cumple todo lo que quiere, prácticamente trabaja solo para ella, porque cuanto puede ganar y todo lo que gasta con su novia pura y blanca. Su segunda, tercera o más vidas, continúan, porque uno de esos es el hermano mayor del dueño de la zapatería donde trabajó, porque ahora ya ni ella ni su novio siguen ahí, pero su relación con el tercero si, obviamente en la clandestinidad porque ambos tienen compromiso, uno más fuerte que el otro, pero a ninguno les conviene que se descubra su doble vida, y esto seguramente, le reditúa en mejores ganancias, el silencio obtiene buenos dividendos cuando se sabe utilizar.
Así transcurre hasta el momento la vida de nuestra heroína, que, si la conoces, no pensarías todo lo que en realidad encierra y lo que puedes obtener de ella, claro, a cambio de dinero. Su cara mustia, que se embellece totalmente cuando sonríe. ¿Es la única? No lo creo, en cada rincón de este país debe haber por lo menos una como ella, incluso hasta más expertas en manipular a los hombres, obteniendo beneficios económicos, a pesar de su corta edad. Bien se dice que jalan más un par de nalgas que una yunta de bueyes. Es el negocio que jamás pasa de moda, solo se actualiza. Ups.