Lic. Alfredo Castañeda Flores ANALISTA
23 nov. 2025.-Nuestro protagonista de hoy es un joven cercano a los treinta años, nació en una familia tradicional, es el de en medio de tres hermanos, hombres todos, como es ya normal en este país de retraso general, dejó la secundaria trunca, por lo qu, desde antes de los quince años, comenzó a trabajar, aquí y allá, donde le daban oportunidad, por ser menor.
Así fue pasando el tiempo, es un joven activo y con ganas de sobresalir, aunque no quiso seguir estudiando. Las malas compañías propician ese y muchos casos similares.
Conoció en uno de tantos empleos a una muchacha de su edad, con la que se hicieron novios y después decidieron probar el irse a vivir juntos, así lo hicieron, durante el tiempo que esa unión duró, procrearon a dos niños que entre ellos se llevan un poco más de un año, pero un día salió la verdadera personalidad femenina, esa que sueña con lujos, joyas y ropa fina, que no observa las condiciones en las que está y vive, se enredó con otro, en apariencia más desprendido económicamente que el buen Jesús, hasta que un día, ella se lo dijo de sopetón, él no se lo esperaba, es más ni siquiera se lo imaginaba que ya tenía protuberancias en la frente, confiaba en ella, preparó sus cosas y le dijo que se iba, pero sola, sin sus hijos, así que tranquilamente, como está sucediendo recientemente, se fue sola dejando a sus dos pequeños con su padre. Vaya situación.
Él no puso ningún obstáculo y aceptó porque de verdad ama a sus hijos, al principio le costó trabajo, dejarlos al cuidado de alguien, sin embargo, su mamá, fue la que le ofreció su apoyo, como debería ser de parte de todas las madres del país, pero que no lo es. Él se sintió aliviado porque así ya no tenía que preocuparse por dejarlos en manos extrañas, ya se quedaban bajo el cuidado de su abuela. El no se daba por mal servido y apoyaba económicamente a su mamá, cada vez que recibía su salario, le daba una parte a ella por su ayuda incondicional.
Sin embargo, el destino juega a veces caprichosamente con nosotros, unos años después su madre enfermó y murió, y aunque ya sus pequeños estaban más grandes, no es lo suficiente para que se valgan por sÍ solos, aun requieren la supervisión de un adulto, pero Jesús que podía hacer al respecto, por lo que consiguió un empleo de tarde noche, encontrando el de mesero en una taquería de esas que existen tanto, en cada rincón de nuestro país, ahí entra aproximadamente a las cinco de la tarde y sale entre la una y las tres de la mañana, dependiendo de como esté la clientela cada día, entre más gente hay, más temprano sale. Que generalmente eso sucede los fines de semana, de jueves a domingo.
Así que, por las mañanas, con todo y el desvelo arrastrado del diario, se encarga de atender a sus niños, de llevarlos a la escuela, de recogerlos, ambos ya están en la primaria, con un grado de diferencia, pero por las tardes-noches tiene que dejarlos solos, encerrados y si acaso encargados con algún vecino, por si llegara a surgir una emergencia, que le avise de inmediato para llegar a su casa. Pero no es lo mismo. Pero también no tiene otra opción, está solo, no tiene apoyo familiar de ninguno de los dos lados, mucho menos del lado de la familia materna de sus hijos, porque hasta los abuelos se desentendieron de los pequeños, por eso es que a la madre no le importó dejarlos a su cuidado. Y aunque en general están bien cuidados, tienen ese, pero, que se tienen que quedar solos una parte del día, y que quizás no cenan como debería ser. Los deja bien instalados viendo televisión, pero por supuesto no es lo mismo.
Jesús se compró una motocicleta, para llegar más pronto a su casa y trabajo, además que le sirve para ahorrar por andar viajando en transporte de alquiler (taxi) debido a su horario de salida, y que es donde estos chóferes abusan de los clientes, cobrándoles más de lo permitido, así como de otras fechorías que los trabajadores del volante se prestan para cometer. Así que es más seguro y económico contar con su propio transporte.
No obstante eso, resulta que su fuente laboral se encuentra al otro extremo de la ciudad, por lo que tarda demasiado tiempo en llegar a su casa y a su empleo. Sobretodo a su casa, donde ya está cansado y lo que desea es llegar pronto para ver a sus hijos que estén bien y poder descansar las escasas horas antes de levantarse para llevarlos a la primaria. Aunque después el puede regresar de la entrada a clases y acostarse un rato, pero por supuesto que no es lo mismo. El cuerpo requiere su descanso en las horas planeadas para ello, después ya es distinto. Pero la necesidad de tantos mexicanos, propicia que su salud se vea mermada y las enfermedades con puertas abiertas para ingresar a esos cuerpos que carecen de contrapeso para impedirlo. Es el precio de la pobreza que la mayoría de individuos tiene que pagar, desvelo, mala alimentación y consumo excesivo de bebidas embriagantes, tratando de compensar la pérdida de energía sufrida por las omisiones de lo demás.
Pero la vida también premia a los que actúan bien, y recientemente acaba de encontrar una casa en renta, a unos cuantos metros de la taquería donde trabaja, no le cobran caro y así ya puede tener cerca a sus niños, lo complicado ahora es llevarlos a la primaria, porque no puede cambiarlos en estos momentos, pero ya es menos preocupación eso, que estar todo el tiempo de sus labores, pensando en como estarán sus hijos y tan lejos de ahí. La vida implica realizar sacrificios, sobretodo cuando se hacen las cosas bien, y estoy seguro que nuestro amigo Jesús, pronto tendrá su golpe de suerte que le cambiará la vida, por ser un digno ejemplo de un padre ejemplar, de un hombre en toda la extensión de la palabra que ha sabido hasta el momento, encauzar por el buen camino a sus hijos, que tiene toda la intención de que ellos sí continúen estudiando hasta obtener una licenciatura, que no dudo lo conseguirán. Porque los niños se observan físicamente sanos, bien cuidados, educados y que no extrañan a su ingrata madre. Se ve que ya lo superaron, además que estaban demasiado pequeños cuando ella se fue con otro hombre, por lo que prácticamente han crecido sin esa figura, lo cual es beneficioso para ellos porque no sufren por el abandono que les hizo.
Así es la diaria vida del buen Jesús, en su nombre lleva la penitencia, un tipo sin vicios, que vive ocupado en sus dos hijos, que no tiene mucho tiempo para tener malos pensamientos, mucho menos para andar pensando en mujeres, después de la traumática experiencia vivida, ahora sí quizás está en el otro extremo, creyendo que todas las mujeres son iguales, y eso no está tan alejado de la realidad. ¿No lo crees, amable lector?

