20 abril, 2025
ROTATIVO DIGITAL

La historia de Jacqueline…

En ésta oportunidad quiero hablar de una joven, de esas que hay tantas en cada rincón del territorio nacional. Ella es Jacqueline, pertenece a una familia disfuncional, su madre se enamoró y de esa relación surgió un niño, pero ella no fue correspondida, propiciándose que por la edad y como se acostumbraba antes, una de sus hermanas mayores, ya casada, registrara al pequeño como suyo, convirtiéndose desde ese momento en su sobrino.

 

Los estudiosos de la conducta y comportamiento humanos señalan que el individuo solo se enamora una vez en la vida, las demás son simples espejismos, ilusiones, engaños, conveniencia y necesidad, sobretodo de las mujeres cuando tienen hijos y requieren manutención.

 

Posteriormente, y como se dice, cuando esa víbora pica, no hay remedio en la botica, conoció a otro muchacho, aunque en esa ocasión ya era mayor de edad, saliendo nuevamente embarazada, allí nació Jacqueline, para variar, éste tampoco le hizo fuerte, pero fue asesorada, obligándolo judicialmente a reconocer a su hija, aunque hasta el momento no le ha entregado nada para la manutención, la niña se ganó el desprecio de él y de mucha su familia, como si ella fuera la culpable de la calentura inconsciente de sus padres.

 

Aparte del rechazo de su padre, Jacqueline desde niña ha sufrido el desamor, incluso desprecio, de su madre, a grado tal de que sus primeros años de vida los vivió y creció en la casa de su abuela materna. Pasaron los años y por fin su madre encontró a un hombre que se la llevó a vivir con él, incluso este, al saber que tenía una hija, de manera oficial, porque en realidad tiene dos, le dijo que se la llevara a vivir con ellos, naciendo de esta relación dos menores.

 

La vida en “familia” que ahora vivía no logró desaparecer los traumas y sufrimientos, porque ahí en realidad conoció a su madre, quien la maltrataba, humillaba, incluso en su propia cara le llegó a decir que estaba arrepentida de haberla tenido, entre otras linduras más que calaron hondo en la mente de la joven, que actualmente cuenta con veintidós años de edad. Soltera, sin hijos, pero en lo emocional completamente dañada.

 

La protagonista de la historia es una joven que no ha recibido amor en su vida, tiene un novio que ya fracasó en una relación anterior, tiene dos hijos a los que debe seguir manteniendo. Ella es trabajadora, atenta, responsable en su empleo, pero su apariencia dista mucho de lo que alguien de esa edad proyecta. Está en la edad en la que cualquier jovencita quiere lucir bella, hermosa, en la que quieren impresionar a los muchachos, pero ella es todo lo contrario, no se baña, no se peina, no se cambia de ropa, no cepilla sus dientes, desde lejos llega ese desagradable olor a comida descompuesta, a mugre, la caspa se asoma en su cabeza, sus zapatos gastados y sucios, lo mismo su ropa. A esa edad ninguna mujer es fea, y Jacque no es la excepción, detrás de esa máscara que usa, se observa una mujer atractiva.

Sus pláticas son siempre de amor y cariño que, según ella, su mamá, hermanos y “primo” le brindan a diario, dice que sabe y conoce de todo, dirían las abuelas, es un estuche de monerías, pero en realidad, lo que comenta es lo que desearía recibir de sus seres queridos, su novio es el lado opuesto, en cuanto a limpieza se refiere, por lo que no se entiende, como soporta, sobretodo, el hedor de su boca, porque es la que más usa, cuando se besan y platican cercanamente, además de que tienen relaciones sexuales, pues él vive solo y la mayor parte del tiempo libre de ella, se la pasa en la casa de su novio. Ha de tener una extraña patología o desviación sicológica, porque es raro que alguien normal soporte olores tan extremos. O algún talento escondido tiene Jacqueline que lo mantiene cautivado.

 

Como escribí antes, en su trabajo es puntual, atenta, responsable, honesta, servicial. En ocasiones le gana la melancolía y platica verdades de su vida, aunque después se le olvide y continúe con sus sueños guajiros.

 

Tiene una enorme necesidad de amor, cariño y atención, porque cuando se encuentra con algún familiar de su padre, les habla con gran cariño, aunque la mayoría de ocasiones, apenas le contesten o de plano ni respondan su saludo.

 

Así como Jacqueline, hay muchos hijos que sufren por el desamor de alguno o ambos de sus padres, esto como resultado de la inmadurez con la que la gente se entrega al placer de la carne sin fijarse en las consecuencias, normalmente negativas, que en el futuro arrastrarán seres inocentes. Lo que desafortunadamente, se va convirtiendo en un círculo vicioso, que está provocando, la deshumanización que estamos viviendo en la actualidad en México, al aumentar los delitos comunes y obviamente, los delincuentes, esto tiene su origen en la falta de amor. Amable lector, seamos más amorosos con nuestra familia y más respetuosos con los demás, de lo contrario, cada día viviremos peor.