9 marzo, 2025
ROTATIVO DIGITAL

La historia de Francisco Javier…

Lic. Alfredo Castañeda Flores        Analista

 

Como lo he venido haciendo de forma cotidiana, ésta es la historia de un ser excepcional, de esos que pocas veces encontramos en nuestra vida, y/o que no nos damos cuenta de que lo son.

 

Nuestro amigo es el mayor de tres hermanos, hombres todos. Nació en una familia en la que jamás faltó comida, vestido ni estudio.

 

Desde pequeño, nuestro personaje mostró características distintas a la mayoría de seres humanos con los que convivía, esto por supuesto, le provocó muchas envidias, burlas y soledad, porque la gente no está acostumbrada a que existe gente mental y espiritualmente fuerte, esa que, conforme a su edad, cuestiona con argumentos todo lo que ve, lee y escucha, esa gente que no es fácil de manipular por nadie, incluida su familia.

 

Por lo mismo, desde que nacieron sus hermanos, notó que sus padres se inclinaban por cada uno de ellos, y aunque de pequeño sintió tristeza, conforme iba creciendo dejó de importarle esta situación que ocurre en la mayoría de hogares mexicanos. Eso, inteligente lector, es fortaleza sicológica.

 

Durante sus estudios, siempre se destacó como un estudiante ejemplar, aunque nunca faltan los docentes mediocres que prefieren a los barberos y serviles, que a los alumnos brillantes. Pero eso le sirvió para forjar aún más su carácter e ir conociendo a la gente. Principalmente a la que no vale la pena conservar a nuestro lado, esa que solo se soporta por necesidad, pero que una vez terminada la etapa de convivencia, se pone fin a ese capítulo oscuro y a seguir adelante.

 

Así fue creciendo y ganando sabiduría, que es lo que todo ser humano que pretende dejar huella durante su paso por la vida debe alcanzar, porque una mente amplia, que razona, que cuestiona, que analiza, que reflexiona, jamás está quieta, y por lo mismo es más difícil de olvidar aún después de muerto. Caso contrario sucede con las mentes débiles, al morir, son más fáciles de olvidar.

 

Tanto él como sus hermanos tuvieron las mismas oportunidades de estudio, aunque claro, ellos, al ser los consentidos de sus padres, en lo económico, tuvieron más “fortuna” en recibir obsequios y regalos, muchas veces innecesarios. Porque, esto, a largo plazo perjudica más a los beneficiarios. Y los hechos así lo demuestran.

 

Para continuar, él terminó una carrera universitaria, sus hermanos dejaron el bachillerato trunco, ninguno lo concluyó.

 

Uno de ellos se casó joven, únicamente por la iglesia, de esa unión nació un niño que no ha vuelto a ver, porque esa unión duró poco tiempo, volviéndose a casar, ahora por la ley civil, donde tiene dos hijas, y la actual espos, no permitió ni permite que ayude y vea a su primer hijo y éste, como todo ser débil, se desobligó por completo de su hijo, como dijeran los cobardes, eso es mejor para él.

 

El otro, aunque no se casó, tuvo un hijo con una novia, al que tampoco ve, porque después, se casó y tuvo tres hijos (dos hombres y una mujer), y pasa lo mismo, no le permiten que lo vea, mucho menos que le proporcione dinero para su manutención, mientras tanto él, está feliz de no hacerlo. Así sucede cuando se les protege más de lo necesario, se vuelven unos inútiles desobligados, y las circunstancias los ayudan.

 

Tanto uno como el otro cayeron en el vicio del alcohol desde jóvenes, sin embargo uno de ellos, fue un poco más allá, precisamente porque es el que ha recibido y sigue recibiendo más dinero y regalos de su padre, de quien siempre ha sido el consentido, pues si, amable lector, cayó en el consumo y abuso de las drogas, tan llegó a tocar fondo. Que su propio padre lo ingresó en uno de los llamados anexos, ahí estuvo la mitad del periodo requerido, porque los adictos son mañosos, además de que manipulan a los demás, al grado de convencerlos que ya cambiaron, cuando los que deben de cambiar son ellos mismos, pero tampoco sirve que estén encerrados demasiado tiempo, si no tienen la férrea voluntad de cambiar por sí mismos, para salir de cualquier vicio o adicción, se requiere fuerza y una voluntad firme, caso contrario, seguirán cayendo una y otra vez, los milagros no existen si no hay la real intención de cambiar.

 

En cambio, nuestro protagonista se casó, tiene dos hijos, estudiosos, inteligentes y con valores, uno de los cuales ya concluyó su etapa educativa, trabaja, es responsable y sigue soltero; su hija continúa estudiando y va siguiendo los pasos de su papá y hermano.

 

Por otro lado, los hermanos ya son abuelos, ambas hijas viven con los padres de los hijos, pero sin mediar ningún lazo, son adictos los cuatro, así que, inteligente lector, los patrones se repiten pero cada vez de peor manera, la mayoría de la gente se queja de su vida, de porque no les va bien en nada de lo que hacen, pero no se ponen a analizar por qué les sucede eso. La filosofía popular indica que lo que siembras cosechas y es verdad. Pero desafortunadamente la gente, primero hace las cosas y después se queja, ni siquiera analizan porque lo hicieron, simplemente, pierden tiempo en estarse amargando aún más su miserable existencia y así no se puede lograr grandeza. Para ser un gran ser humano se necesita talento, pero sobretodo, tener unos excelentes padres, que premien, pero también castiguen cuando sea necesario, porque aquellos que aplauden todo lo que hacen sus retoños, al paso del tiempo terminan arrepintiéndose de lo que ya no tiene remedio. ¡Ámalos responsablemente!