22 diciembre, 2024
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La historia de Fernando…

LIC. ALFREDO CASTAÑEDA FLORES       ANALISTA

23 sept. 2023.-El protagonista de la historia es un hombre maduro en la actualidad, con su futuro resuelto y una familia grandiosa.

Nacido en una familia tradicional, es el mayor de siete hermanos, sus padres, unos exitosos comerciantes, dedicados a la fabricación y venta de pan, ya que su padre desde niño aprendió el noble arte de la panadería y en cuanto pudo, instaló una panadería propia. Siendo gracias a este oficio que conoció a la que hoy es su esposa y madre de sus hijos, el negocio fue prosperando con el paso del tiempo y con el nacimiento de sus hijos.

Fernando realizó todos sus estudios (primaria, secundaria, bachillerato y universidad), hasta terminar como licenciado en Sicología, durante toda su carrera estudiantil mostró disponibilidad y ganas de aprender, distinguiéndose como un extraordinario alumno. Siempre deseoso de aprender nuevas técnicas y absorber el mayor conocimiento posible de lo relacionado con su área profesional.

Una vez obtenido su título y cédula profesional, comenzó a laborar en las oficinas del DIF municipal de su lugar de origen, ahí tenía la encomienda de revisar a los niños y mujeres maltratados que acuden diariamente a recibir atención sicológica. Durante el paso del tiempo, se fue dando cuenta de tantos daños mentales que sufren las personas, otras ya vienen dañadas de nacimiento y otras con los traumas ocasionados por el trato diario de sus padres, parejas, etcétera, van adquiriendo. Y fue una situación que poco a poco se fue saliendo de su control. Ya que durante sus estudios, con la teoría normal de la carrera, no se imaginaba lo difícil que resultaría la vida real de esos trastornos a observar.

Por lo que prefirió dejar ese empleo y se dedicó a dar terapia particular, a todo tipo de gente. Instalando un consultorio sicológico, de inicio pequeño, incluso sin una recepcionista que recibiera a sus potenciales clientes. Por lo que él mismo, hacia de todo un poco. Al paso de los meses, ya tuvo clientela suficiente para solicitar una ayudante, ahí fue donde llegó Martha, quien ahora es su esposa.

Desde el primer momento en que la conoció llegó el flechazo de cupido, y supo que sería algo más que su asistente, y efectivamente, al paso de los días, se fue interesando en conocerla más a fondo, sus objetivos, sueños anhelos, etcétera. Ella, por lo mismo, parecía sentir lo mismo, y el inexorable paso del tiempo, hizo que una noche lluviosa, Fernando, se ofreció a llevarla a su casa, porque no estaría tranquilo de verla irse sola, ella aceptó, durante el camino fueron platicando cosas más íntimas, y cuando llegaron a la casa de Martha, milagrosamente el agua había cedido, y sin mediar palabras se acercaron demasiado terminando en un beso apasionado, de ahí en adelante no se han vuelto a separar.

Se casaron, tienen tres maravillosos hijos, actualmente uno está en la primaria, otro en la secundaria y la mayor en la universidad. Son una familia sólida, fuerte y con valores morales bien cimentados. Aunque con duros traspiés sufridos por la gente de su entorno, como es normal. Hay mucho estúpido en la calle.

A Fernando no le gusta lidiar con los problemas sicológicos tan internos, porque es muy desgastante hacerlo y no se puede hacer mucho por esa gente dañada, por X o Y circunstancia, cada quien es responsable de su vida, y no importan los consejos u opiniones de los demás, si el responsable no quiere cambiar. Aunque sea el sicólogo personal de la gente.

Por eso en sus terapias individuales, él decide hasta donde quiere escudriñar la personalidad de sus pacientes, tratando de no inmiscuirse más allá de lo mentalmente permitido sin que se afecten sus emociones. Y eso es lo que hace, la mayoría de la gente lo que busca es que alguien lo escuche, sin contradecirlo, sin pretender ser el otro el que hable, y con eso es suficiente para los pacientes de sicólogos, siquiatras, terapeutas, etcétera. Por ese insignificante en apariencia, motivo, han y tienen éxito esas profesiones u oficios.

Además de que la mayoría, hacen lo que nuestro amigo, no averiguar más allá de lo que pueda afectarlos a ellos, y a casi todo, les dan la razón, por eso es que tampoco hay mucho “enfermo” sanado, porque al final de toda la terapia, sus terapistas, los dejan seguir haciendo lo mismo, solo que en otras palabras, pero cuyo significado es igual, porque aquellos que les indican que están mal los pacientes, poco a poco se van quedando sin ellos, desafortunadamente así es la idiosincrasia nacional. Mientras se les permita ser y hacer lo mismo, ahí están, se les prohíbe algo o se les dice que lo hacen mal, se van y la mayoría de ocasiones, de forma definitiva. Así son ellos.

Ahora, ya entrado en el quinto piso de edad, Fernando es feliz, plenamente feliz, porque hace lo que desea, tiene una gran esposa y una maravillosa familia, además sus padres y hermanos aun viven todos, por lo que no ha tenido que vivir ninguna tragedia de esa índole. Así hay pocas familias y personas en lo individual, totalmente plenas y satisfechas con su vida, con su ambiente y entorno social, la mayoría, dicen ellos, nunca lo han sido, pero eso depende de cada uno de nosotros. Y si quieres ser feliz, lo serás, y los demás, pocas veces lo desean. ¡Sonríe!