Aprovecho este espacio para hacer de tu conocimiento, amable lector, otra historia de la vida real, se dice y se dice bien, que muchas veces la realidad supera a la ficción y lo que indicaré a continuación, es así.
Bismarck nació de una relación de una noche, donde la hormona fue más fuerte que la neurona, donde jamás existió amor, incluso si conocieran a su mamá (con todo respeto), estoy seguro que tampoco pasión, simplemente su desconocido padre sufrió los efectos negativos del alcohol y, conforme se embrutecía, sus ojos veían a una belleza a su lado, además de que posiblemente andaba urgido o necesitado, porque honestamente su mamá es de esos especímenes híbridos, es mulata, pelo ondulado y escaso, nariz ancha y semi aplanada, pero con la diferencia, que generalmente, las mulatas, tienen un cuerpo escultural, pero en esta ocasión, ni eso.Además, es ignorante (no terminó la primaria), mal hablada, chismosa, y un sinfín de rasgos negativos, que todos tenemos, pero en ella, están más acentuados y fijos.
Bismarck heredó muchos de sus rasgos físicos, sólo que masculinos, realizó sus estudios de jardín de niños, primaria, secundaria, bachillerato y llegó a la universidad, dentro del área de la medicina, ahí estuvo 3 semestres completos y justo en el cuarto, tuvo la fortuna de que en los intercambios con universidades de otros países, conoció a una jovencita que provenía de Suiza, es sabido que los europeos, físicamente y en el amor, no son tan exigentes con sus parejas, por lo que sin tener un trato diario, porque el intercambio era con alumnos más avanzados, al toparse con él en las instalaciones de la escuela respectiva, quedó perdidamente enamorada, y no es guion de telenovela, es verdad, porque ella comenzó a buscarlo, se hicieron amigos, algo más que eso, terminó el periodo de intercambio y se tuvo que ir, pero se dieron todos los datos de comunicación que tenían (esto fue a finales de los 90´s, por lo que no existían las redes sociales actuales), número telefónico fijo y dirección (no había más). Se siguieron comunicando, sobretodo vía telefónica y en las vacaciones de semana santa (se conocieron en el periodo de septiembre-noviembre anterior), ella lo invitó a visitar su país (Suiza) con todos los gastos pagados, invitación que obviamente no rechazó.
A los 20 años se fue Bismarck a conocer Europa durante 15 días, y ahí su destino quedó marcado, el papá de la joven se dedica a la fabricación de cocinas integrales, viven en una población llamada Biel, el amor entre ambos creció aún más y los suegros accedieron a lo que su pequeña hija deseaba (tiene una hermana mayor, en ese tiempo ya casada). El muchacho regresó a México, sólo para informar a su madre que dejaba el país, porque se iría a Suiza, donde contraería matrimonio y empezaría a estudiar alemán, para después estudiar algún oficio o profesión dentro de alguna institución educativa. Su madre de inicio se opuso, pero siendo, mayor de edad, comprendió que no podría detenerlo, por lo que se fue por el lado económico y sentimental, diciéndole que estaba bien, pero que ella quería estar presente en la boda de su único hijo y que no tenía el dinero suficiente para ir.
15 días tardó Bismarck en México, arreglando su documentación necesaria y partió a Biel, Suiza, para no volver soltero jamás, en las vacaciones escolares largas (Julio-agosto), y dado que su madre trabajaba como secretaria en una delegación federal (recordemos que el PRI dio trabajo a cualquier gente sin preparación, con la finalidad de tenerlos contentos y seguir gobernando tranquilamente, y la prueba está en la mayoría de jubilados o pensionados que existen a nivel nacional, que no tienen ni la primaria o secundaria terminada, pero esa es otra historia), le pidió tomara sus vacaciones para que asistiera a su boda con todos los gastos pagados por el tiempo necesario y no sólo para ella, sino para 4 personas más, las que ella quisiera llevar para atestiguar la ceremonia. Así lo hizo.
Actualmente, Bismarck lleva 17 años de matrimonio, tiene 2 hijos, y una holgada posición económica, pues labora dentro del negocio familiar de su esposa, que les reditúa grandes dividendos para ambas familias; una vez al año, le paga sus vacaciones a su madre para que los visite, porque una vez al año, él la visita en México, ya sea solo o con su esposa e hijos, además de que le manda dinero de forma periódica y discrecional.
En este caso, se cumple una vez más el dicho: nunca falta un roto para un descosido. Además de que, las oportunidades sólo pasan una vez y hay que tener la sensibilidad y el valor de darse cuenta y aprovecharlas, porque te puedes arrepentir. Me alegro por Bismarck porque pese a todo lo vivido desde su nacimiento, es un hombre de bien, con una familia integrada y me imagino que feliz. Jamás tuvo miedo de irse a vivir a un país tan lejano, solo, sin conocer ni saber el idioma, únicamente movido por el corazón y el amor que sentía por esa mujer que lo transformó y lo hizo sobresalir del resto de los mexicanos.