Como en otras ocasiones, aprovecho el espacio para tratar una historia real de vida, buscando evitar los posibles errores que pueda haber tenido la protagonista que me ocupa. Berenice es la hermana de en medio, de tres hijos que sus padres tuvieron, desde pequeña se vio envuelta en alcohol y drogas, porque sus padres comenzaron bebiendo, posteriormente, fueron adquiriendo otros vicios más fuertes y caros.
El papá de ella perdió un ojo en un accidente laboral, esto fue el pretexto ideal para comenzar a intoxicarse de manera excesiva con alcohol, y su esposa siempre le hizo segunda, por lo que se ponían ebrios en su domicilio, y en presencia de sus tres hijos. Jamás mostraron pudor o arrepentimiento por hacerlo así. Paulatinamente ese consumo se amplió a otras sustancias más fuertes.
El hijo mayor, por razones obvias, sin duda alguna, comenzó a alcoholizarse desde que estaba en la secundaria, y por ende, hacía cualquier cosa por conseguir dinero o alcohol para continuar con su vicio.
Y nuestra protagonista, empezó a hacerlo también, aunque un poco más grande. Se casó apenas superados los 18 años, aunque no terminó el bachillerato, lo dejó trunco, su esposo resultó otro bachiller inconcluso, pero no vicioso, pues hasta el momento no prueba gota de alcohol.
En la actualidad cuentan con 22 años de matrimonio, tienen tres hijos; como el esposo se dedica a la música y derivados, frecuentemente está ausente de su hogar, sobre todo los fines de semana. Esto ha provocado que la hija mayor cayera desde temprana edad en las drogas, siendo internada en una de las llamadas granjas, esto, debido a que Berenice, todos los días, se la pasaba en la casa de sus padres, llevando a sus hijos con ella, donde podían darse cuenta de lo que los abuelos hacían y lo que es peor, que estos en su mente ignorante y enferma los forzaban a tomar y más, con el argumento idiota de que aprendieran en su casa. Porque de todas formas lo iban a hacer algún día.
El hijo de en medio, por un error quirúrgico al momento de nacer, tiene un problema motriz, siendo actualmente el más pequeño; el más centrado emocionalmente, pero con la duda permanente ¿Por cuánto tiempo más?
Berenice es la típica madre que sus hijos no le interesan, en apariencia lo único que le interesa es ella misma, lo cual está bien, pero si tienes hijos y estos conllevan una responsabilidad, aunado a que no haces otra cosa más que estar al tanto de su crecimiento, tienes esa responsabilidad moral de hacer lo mejor posible.
Pero no lo hace, al contrario, los días que están solos es cuando aprovecha para salir con sus amistades, presumiblemente con la complacencia de su marido. En esas salidas a antros y sitios donde circula el alcohol y otras sustancias, convive con hombres, ¿de verdad será fiel? Mientras su marido trabaja, ella disfruta con sus amistades y sus hijos solos en casa o peor aún, durmiendo en la casa de los abuelos.
La casa donde viven es resultado de un lote que sus padres le entregaron cuando se casó, de ahí surgió la casa que actualmente habitan, pero, aunque todo fue sufragado por su marido, la escritura está a su nombre, lo que provoca que ella vocifere ante quien sea, que si su marido le prohíbe algo, lo saca de la casa, porque es de ella. Él, en apariencia, se muere por ella, al menos eso dicen ambos, ella, toda una triunfadora lo grita a sus amistades, él, dice tener a una mujer más que perfecta a su lado. En fin, ellos así creen ser felices.
Lo cierto es que la hija mayor, aunque no siendo menor de edad, ya es madre, siendo el padre de su hijo un vago vicioso, que anda con su guitarra, cantando en los camiones, en las plazas, en las calles, sin oficio ni beneficio y lo que es peor, menor que ella. Es la pareja actual, que no se les vislumbra un futuro amplio, mucho menos promisorio, pues al no tener ninguna atadura fuerte e importante, ese lazo terminará rompiéndose pronto.
Soy un promotor de las familias unidas legalmente, porque estadísticamente son más fuertes los valores que inculcan a sus hijos, pero también, es cierto que debe existir un poco de inteligencia por parte de ellos, para sobrellevar una carga tan pesada, como es un matrimonio, eso, ante la posibilidad de realizar el matrimonio siendo menores de la edad en que los seres humanos alcanzan su madurez, y un ejemplo claro, es nuestra protagonista, que actualmente, tiene varios tatuajes, tiene la enfermedad del alcoholismo, sufre de obesidad y su matrimonio es un desastre.
Dice ser feliz, pero solo en las redes sociales, porque en su intimidad, su vida, sin duda alguna, debe ser lo contrario, porque no pudo tener una vida mejor que la que vivió con sus padres. Y eso, aunque se niegue, es el principal objetivo de cualquier ser humano inteligente.