19 marzo 2021.-La reforma que convirtió a la anterior Procuraduría General de la República (PGR) en la actual Fiscalía General (FGR) tenía la intención de crear una institución responsable de la investigación y persecución de delitos federales con plena autonomía respecto del Poder Ejecutivo.
Pero a dos años de que se concretó esa transición y Alejandro Gertz asumió el cargo de fiscal, el organismo aún muestra cercanía con el gobierno e incluso ha actuado como brazo judicial de la llamada “cuarta transformación”, advierten expertos en materia de justicia.
A decir de los especialistas, esto se observa en varios de los golpes que ha dado la fiscalía, como los procesos penales contra Rosario Robles o Juan Collado, que han tenido amplias repercusiones políticas pero, hasta ahora, han dejado en un segundo plano la persecución y el desmantelamiento de las redes del crimen organizado que afectan al país.
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