Lic. Alfredo Castañeda Flores ANALISTA
7 DIC. 2024.-Vivimos en un mundo, en un país, donde la falsedad domina sobre la sinceridad, la honestidad. Eso lo vamos sufriendo desde que empezamos a socializar con los demás, ya sea en la escuela primaria, cuando te gusta estudiar, o en el primer empleo y los siguientes, si eres un clásico analfabeto funcional, que también los hay.
Entre menos edad se tiene, más difícil es identificar las señales de estos parásitos que abundan en cualquier rincón. Por lo que, si se es menor, se cree que hay demasiados amigos verdaderos, que ingenuos somos los humanos, al pensar que todos los que se nos acercan son nuestros amigos, algunos, conforme avanza el tiempo, se van dando cuenta de las alertas que se deben tomar en cuenta, la mayoría, desafortunadamente no lo hacen, pero, al contrario, se van convirtiendo en lo mismo, unos despreciables seres que afectan a los demás.
Como es más frecuente y común que la mayoría estudie, aunque sea a medias, al ingresar a la primaria, hay los polos opuestos, los populares que todos los buscan, y los que casi nadie les habla o solo lo necesario. Eso se va diluyendo con el paso del tiempo, y los apegos van cambiando a otros del circulo social estudiantil. En esos tiempos, como todos van aprendiendo a vivir en la sociedad, los niños, buscan a las niñas por el físico, las niñas igual, pero astutas por naturaleza, prefieren al inteligente del salón, al que destaca en algún deporte, en un área del arte y la cultura, después, ya es el que más útiles de marca, abundantes o que se le nota el poder económico en su aspecto. Y otros detalles que quizás, amable lector, notaste en varios de tus “amigos” o ellos vieron en ti. Así las lealtades van cambiando conforme avanzamos en edad.
Sin embargo, queda claro que las mejores amistades son aquellas que se conocieron siendo más pequeños, entre menos años se tiene al comenzar a hablarse, y si con el transcurso del tiempo, se mantiene el contacto y la comunicación, son las más sinceras, las más leales, que las que siendo más adultos se van conociendo, aunque como todo, hay excepciones y amistades que con poco tipo de conocimiento se afianzan mejor.
Como es comprensible, una amistad para que dure debe estar regada por la comunicación frecuente, no importa el tiempo ni la distancia, sino seguir en contacto, porque de lo contrario se deteriora, se marchita y se acaba. Sin embargo, aquellas que nunca lo son, aunque se vean todos los días o muy seguido, se van perdiendo, porque una de las partes o ambas, buscan distintos intereses que no tienen que ver con la amistad.
Entre más tiempo pasa, esos “intereses” se van transformando, ya la envidia, el resentimiento, etcétera, se van apoderando de algunos que incluso se manifiesta cada vez que se encuentran los amigos de tantos años. Una vez que se separan, surgen los malos comentarios, los ataques por la espalda, y lo negativo que se tiene hacia el otro, se incrementa cada día más.
¿Por qué pasa esto? Porque siempre hay alguien que sobresale, que destaca más, en cualquier aspecto, muchas veces insignificante, pero que el otro u otros no lo tienen y de ahí va surgiendo la enemistad disfrazada de falsa amistad, si alguien fue novio o novia de X o Y, si solo ese supo que cierta chica le gustaba su amigo, aunque no hayan tenido nada que ver, etcétera, conforme se crece, esos detalles van creciendo, como una bola de nieve, que incluso hay momentos en que llega a estallar, provocando incluso peleas con palabras, hasta liarse a golpes, y ahí se termina la “maravillosa” amistad que tuvieron esos hombres o mujeres, o hombre y mujer, porque la negatividad no distingue sexo, género ni religión. Ataca de forma indistinta.
Raro es que los que en la infancia fueron populares, concluyan su ciclo de vida igual, la mayoría de las veces, terminan siendo los más odiados por sus amistades, aunque se siguen llevando y teniéndolos cerca, porque así sucede, por eso es que cuando algo malo hace alguno y se sabe, precisamente por que quien considera su gran amigo, es el encargado de hacerlo público por interpósita persona. Lo mismo ocurre, cuando roban, asaltan, incluso delinquen contra alguien, en la mayoría de esos casos, está inmiscuido alguien cercano al afectado, por eso no es recomendable la convivencia cercana, mucho menos que se abra la puerta de tu casa, a cualquiera que en realidad no se conoce bien. Así se conozca desde hace muchos años. Cuando se pierde un empleo o alguna oportunidad o mejora, es casi seguro que interviene una amistad para meter zancadilla, pero muchas veces ni cuenta nos damos de donde viene la presunta “mala suerte”. Se cree que es por haberlo contado antes de tiempo, y si, pero el Universo, el destino, la fortuna no tienen nada que ver, con lo que te sucede, es tu propia boca y tu creencia de que tienes verdaderos amigos, cuando la realidad es que no es así.
Identifica, si no lo sabes, quiénes son las personas más atacadas y a su vez más admiradas, de mentiras, y te darás cuenta que son las que tienen lo que a la mayoría les hace falta. ¿De que lado estás tú? Atacas o te atacan. Envidias o eres envidiado. Seguramente, algo te sobra o te falta y no quieres darte cuenta. Lo que debes hacer es cuidarte de los demás, sobretodo de los que tú piensas que son tus amigos.