Alejandro Martínez Castañeda ANALISTA
28 DIC. 2024.-Frente a las graves consecuencias que ha ocasionado el cambio climático en todo el mundo, que pone en riesgo a la sobrevivencia de la propia especie humana, la promoción y utilización de las llamadas ecotecnologías como medio para disminuir el impacto ambiental del crecimiento económico depredador, y hacerlo compatible con el entorno ecológico, siguiendo los lineamientos del desarrollo sustentable, es una alternativa prioritaria para contrarrestar el desastre ecológico que conlleva el capitalismo.
La ecotecnología involucra diversos criterios sociales y económicos y busca la satisfacción de necesidades humanas básicas; la autosuficiencia endógena mediante la participación social; la producción a pequeña escala; el bajo costo de producción y mantenimiento; el empoderamiento de los usuarios; la descentralización de la tecnología, la armonía con el medio ambiente y el trabajo creativo, entre otros objetivos.
En el libro “La ecotecnología en México” se explican las ventajas de, por ejemplo, los sanitarios ecológicos secos, los cuales han sido difundidos internacionalmente como una tecnología apropiada para comunidades rurales. Son una alternativa altamente viable para la disposición y manejo de residuos humanos en sitios donde el agua es escasa o la implementación de sistemas sanitarios convencionales es inviable. Su uso correcto dignifica al usuario y resuelve una necesidad básica de salubridad doméstica, (https://ecotec.unam.mx/publicaciones/la-ecotecnologia-en-mexico).
También, las estufas de leña ecológicas son una alternativa amigable con el medio ambiente, y que han sido promovidas y utilizadas en Michoacán durante los últimos años, sobre todo en distintas comunidades purépechas. Se trata, igualmente, de una tecnología apropiada al contexto rural de los países en desarrollo. En buena parte de estas zonas el principal combustible para la cocción de los alimentos es la leña que se extrae de los ecosistemas aledaños a la vivienda o comunidad. El gas LP, que es el combustible convencional en las ciudades, generalmente es económicamente inaccesible para la mayoría de la población. Además, es un recurso que tradicionalmente ha estado fuera del contexto cultural de dichas localidades.
Ahora bien, la sostenibilidad ecológica es un principio que impulsa el modelo de la Economía Social y Solidaria (ESS), por lo tanto, esta alternativa económica es compatible con la promoción y utilización de las ecotecnias en beneficio del medio ambiente y de la satisfacción de necesidades básicas de las personas, sobre de todo las que habitan en condiciones precarias y marginales.
La Carta de Principios que presenta los valores que caracterizan a la ESS de la Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria (REAS), destaca que “toda actividad humana es ecodependiente, por lo que desde la perspectiva de la sostenibilidad ecológica se reconoce sus límites ambientales y se promueve el compromiso de convivencia positiva con el entorno natural y el mantenimiento de su riqueza en el presente y en el futuro”.
“La ESS reconoce a la naturaleza como sujeto de derechos, por lo que coloca a los seres vivos y a la reproducción de la vida en el centro de todo proceso social y económico. Por ello, asume los límites biofísicos del planeta, promueve el sostenimiento de los ecosistemas y se compromete con su cuidado. En este sentido, considera la sostenibilidad ecológica como un principio central en su compromiso con la salud del planeta y con la sostenibilidad de la vida, asumiendo la necesidad de asegurar la supervivencia de todos los seres vivos”, puntualiza dicha Carta.