Lic. Alfredo Castañeda Flores ANALISTA
9 DIC. 2022.-Desde que tenemos uso de razón, hemos escuchado, primeramente, dentro de la familia, después en la escuela, la calle, los medios de comunicación y donde nos paremos, de la grandeza de nuestro país, grandeza que conforme vamos creciendo, no observamos por ningún lado, bueno, los que tenemos dos dedos de frente y más de cinco neuronas, porque la mayoría sigue creyendo eso hasta su muerte.
Nuestro país, como imagino sucede en el resto del mundo, es un sinfín de mentiras, falacias y manipulación, como dicen los que saben, la historia la escriben los ganadores y por supuesto, jamás van a escribir que somos un país mediocre y sin talento, a lo largo de su existencia como tal.
Tantas cosas se han echado por el canal del desagüe al comprobarse su falsedad, con solo detenerse a analizar, reflexionar y razonar, sobre el tema que se quiera o se tenga interés, se puede uno dar cuenta de que hay mucho de raro en lo que los libros de texto de nuestra pobre educación señalan y lo que se entiende.
Eso sucede en cualquier área, política, social, farándula, deportiva, cultural, etcétera. No es exclusivo de algo en particular. La idiosincrasia nacional es la de simular una grandeza que no se tiene, talentos que no existen, para ello cualquier victoria pírrica se hace grande, se magnifica, aunque con eso no se gane nada.
Los premios, de cualquier tipo, hasta el premio Nobel del área que me digas, tiene fines políticos y económicos, no lo gana el mejor, sino el mejor recomendado por su presidente o primer ministro, y por supuesto, la mayoría de ocasiones ganan los candidatos de los países más poderosos económicamente. Salvo que en algún año no haya más candidatos y no se quiera dejar vacante esa área. Porque muchas veces eso sucede.
Así que en México, no es la excepción, se premia a cualquier mediocre recomendado, pero muy pocas veces el mejor.
Nos venden gato por liebre. El claro ejemplo actual es la selección nacional de futbol, como se acerca el mundial de Qatar 2022, nos quieren hacer creer que son la mejor de la historia, como ocurre cada cuatro años. Y hasta eso, los deseos de los que manejan el futbol nacional, es tan pobre, que solo quieren llegar al quinto partido, no aspiran a más, que bien saben que jamás llegarían más allá, salvo las veces que han sido anfitriones, donde han quedado en el sexto lugar (1970 y 1986), pero porque algo les tiene que dar éstos por el gasto enorme que hacen para construir y/o remodelar los estadios para albergar la justa deportiva, salvo Sudáfrica en el 2010 que por ser demasiado débil su selección, no logró avanzar ni a la segunda fase, todos los demás han avanzado más de lo esperado, salvo las potencias que han logrado coronarse en su propio país y eso no las ocho que tienen por lo menos una copa en su vitrina (Brasil y España no lo lograron), las restantes seis si fueron ganadores en su país.
Otro tema de actualidad es la fórmula 1 con el jalisciense Sergio “Checo Pérez, que está disputando el segundo lugar, el mexicano promedio cree que es un super piloto, pero se les olvida que Felipe Calderón Hinojosa, expresidente de México, tiene un cargo de regular importancia dentro de ese organismo y es quien ha estado apoyando desde afuera que esté disputando ese honroso segundo lugar, faltando una carrera para finalizar esta temporada. Así es, inteligente lector, vivimos en el ámbito que me digas, una total manipulación, las cosas se mueven según les convenga, porque en el caso que señalo, al término de este evento, saldrá de la escudería, así sea el segundo o tercer lugar, eso no importa, porque cualquiera puede ocupar ese lugar, aun cuando sea un desconocido, la prensa es la que se encarga de engrandecer o desaparecer a cualquiera, no importa que tenga o no talento en lo que haga o practique. Lo mismo hacen las grandes empresas, que patrocinan los eventos. Todo se mueve por el poder del dinero. Por eso México es tan mediocre, porque desde siempre nos han hecho creer que el dinero es malo, que no da la felicidad, que es del maligno, y tantas estupideces que nos empequeñecen todo el tiempo.
El dinero mueve el país y el mundo, pero eso pocos países lo saben, en el continente, Estados Unidos y Canadá, todo Europa, en Asia los países árabes y los amarillos, así como Australia en el quinto continente formado por islas. El resto somos los del llamado tercer mundo, aunque ahora se le ha cambiado el término para no oírse tan despectivo, llamándoles economías emergentes, que para el caso es lo mismo.
Ya regresando a lo local, se les hace ganar dinero a gente sin ningún talento, ahora con las redes sociales, cuanto imbécil gana dinero, porque los mexicanos, vemos sus idioteces y eso incrementa sus cuentas bancarias, nos reímos y compartimos videos verdaderamente estúpidos. Y lo que en verdad nos sirve, ni caso le hacemos, o lo desacreditamos a la primera. Así es nuestra mediocridad.
No se diga de la farándula que tanto nos entretiene, llámense actores o cantantes, para empezar, todo el que llega ahí, llega porque es pariente de alguno que ya “triunfó”, no llegan los verdaderos talentos, salvo honrosas excepciones, pero los van orillando a retirarse antes de tiempo, normalmente en México, el talento va acompañado de fealdad, según el estándar de los que mueven esa industria. Si no recuerden a cuantos humilló en pleno programa televisivo el ahora fallecido Raúl Velasco, solo por esa cualidad.
La mayoría de actores, de antaño y actuales, son extranjeros, y los pocos nacionales son de piel blanca o de piel humilde pero descendientes de otros que ya son “figuras”, los términos de diva, primer actor o actriz, están cada vez más devaluados, ahora a cualquiera que siempre hace lo mismo, que no cambia su personaje se le dan dichos adjetivos. El galán o protagonista siempre va a hacer el mismo personaje, el villan@ igual, el bueno siempre saldrá de eso y el malo igual, pero pocos, muy pocos, pueden hacer ambas facetas, pero no lo hacen la mayoría, porque carecen del talento para ello. Un actor debe ser versátil, no como en el país que se encasillan en lo mismo, por lo mismo, porque no hay para más. Así no merecen ser nombrados actores o actrices. Pero en México, cualquier insignificancia se engrandece, por eso no salimos de la mediocridad nacional en la que nos hayamos desde que nacimos.
Ni se diga en la política, donde vamos en retroceso, cuando pensamos que vamos avanzando, llega otro dirigente y retrocedemos más de lo poco que se había avanzado, cuando se trata de profesionalizar la política, con cuadros mejor preparados, y se plasman en las leyes respectivas como requisitos para llegar a tal cargo público de elección popular, se borran con los nuevos inquilinos y ya no se requiere de algún perfil académico para ser votado, como en el actual, donde importa más la supuesta honestidad que la capacidad, digo supuesta, porque sabemos que es falso. Que la honestidad en la política es un valor que no existe. Y menos en los que solos dicen serlo. Así vivimos, donde nos mantienen agachados, sin aspiraciones para sobresalir, porque todo lo manejan como difícil, como complicado para llegar, nos cortan las alas desde que empezamos a razonar, y la mayoría así se quedan, viven el resto de sus vidas, creyendo que solo pocos, pueden llegar a alcanzar algo importante, cuando sabemos que no es así, pero la manipulación de las masas es más fuerte que la propia fe individual. Por un lado nos hacen creer en grandezas inexistentes y por otro, nos impiden destacar, porque esos lugares, son para seres superdotados que aparentemente en el país no existen. Y así no se puede sobresalir como país. ¡Ánimo, despertemos ya!