Articulista Daniel Márquez Melgoza
Perfecto, con esas derivaciones mentales, León Krauze parece haberse inspirado en el retrato hablado de su padre Enrique Krauze. Los políticos del prianato (1988-2018) le dieron a manos llenas millones de pesos a su padre como pensador, historiador y empresario cultural. Ahí tenía asegurado Enrique K su futuro, un futuro promisorio no sólo para él y su familia, sino para el país al que iba a alumbrar con su sabiduría histórica y cultural.
Pero su padre no se quiso quedar ahí, agradecido como es, ambicionó hacer más por sus mecenas: quiso ser su ideólogo. Entonces concibió escribir el ensayo López Obrador, el Mesías Tropical, que fue celebrado en las altas esferas de la política del país en el 2006. Pero como ese producto no resultó letal para aplacar a AMLO y tranquilizar a sus mecenas, se dijo entonces: hay que actuar más directamente: fue cuando concibió y orquestó la Operación Berlín para la elección presidencial de 2018.
Como esa segunda arma anti AMLO, que se buscaba ahora sí fuera letal, terminó en fiasco total para su mecenas Enrique Peña Nieto, ahora Enrique Krauze sufre las consecuencias de no haberse dedicado exclusivamente a lo suyo: perdió para siempre su mecenazgo y, lo peor, se le exhibe hoy como lo que ha sido: un vividor del erario público.
*Para contrastar, léase: https://www.eluniversal.com.mx/opinion/leon-krauze/la-ambicion-de-lopez-gatell