25 enero, 2025
ROTATIVO DIGITAL

Jovencitas, dinero y sexo…

Hoy quiero aprovechar el espacio para tratar un tema actual y sobretodo, cada vez más frecuente. La tecnología en nuestro país ha generado un retroceso intelectual, cultural y sobretodo, mental, en las nuevas generaciones, aunque cada día es menos frecuente observar en la calle a gente de todas edades, texteando o jugando con su teléfono móvil como hace algunos años cuando era la novedad en México, aún es común encontrar por la calle a muchos jóvenes con sus audífonos, porque van escuchando música o van charlando, usando el manos libres (audífonos que sirven para ambas cosas), lo que sí es recurrente, es que en lugares públicos, parques, jardines, plazas y centros comerciales, escuelas, transporte se quieren acabar el Smartphone o teléfono (cada día más) inteligente, jugando, respondiendo mensajes o publicando en redes sociales.

Dicen los clásicos, nada con exceso, todo con medida, y el uso de la tecnología, es usada para mal, en exceso, por la mayoría de nuestros jovencitos, ahora las escuelas, raras, son las que prohíben el ingreso de celulares a sus instalaciones; la mayoría lo permite, de ahí que el nivel educativo vaya en decremento, en perjuicio de las nuevas generaciones y si les dicen algo o les quitan el teléfono, los padres son los más indignados que reclaman exaltados por aplicar una medida interna disciplinaria que será benéfica paras sus hijos en un futuro, cuando sean padres de familia, pero no entienden razones y se les olvida que nosotros vivimos y vivimos bien sin celulares y sin tanta tecnología a nuestro alcance, que, ante la falta de preparación, redunda en perjuicio, provocando ausentismo, vagancia y sobretodo, perdiendo los valores en las jovencitas (tema a tratar).

Las jovencitas de hoy ya no les gustan las obligaciones, no quieren aprender a barrer, trapear, limpiar, cocinar, lavar, limpiar la casa, y cuando superan los 13 o 14 años, que ya físicamente (la mayoría) no parecen niñas, se ponen al tú por tu con la madre, el padre o ambos y dejan la escuela y salen a la calle a buscar trabajo, donde pocos lugares se los dan, debido a su minoría de edad.

Sueñan con tener dinero, cosas de valor, pero sin tener obligaciones para ello, aquí es donde por X o Y azares del destino, ellas platican con hombres con dinero o estos las escuchan, donde señalan estar dispuestas a todo con la finalidad de obtener tal o cual cosa o dinero en efectivo, y el hombre (como siempre) lanza el anzuelo y el pececito cae redondito en su carnada y como dijeran, cuando esa víbora pica, no hay remedio en la botica; se les hace costumbre, manía y si en el trayecto prueban el alcohol, las drogas o cualquier otro estupefaciente, la situación es peor, porque cuando sienten la necesidad de tenerlo, caen más fácilmente y por menos cantidad que originalmente les habían ofrecido y se van devaluando como personas y sexualmente, van infectándose e infectando a los demás que no se protegen porque al verlas jóvenes piensan que no están tan afectadas de sus genitales. Esto, principalmente se da en los extremos de nuestra mal dividida clase social: clase baja y clase alta, aunque las hay (en menos casos) de clase media.

Las causas son variadas: por flojera, presunción, por vicio, etc., pero pocas, muy pocas veces es por necesidad, aunque así lo digan todas cuando están enfermas o son descubiertas por su familia, novio o pareja. Porque aunque se junten, casen o tengan novio formal, siguen teniendo sus aventuras y encuentros sexuales con quien les proporcione lo que desean.

Otro dicho de los clásicos se aplica con ellas, lo del agua, al agua, porque todo lo que ganan, obtienen o sacan de sus amoríos sexuales clandestinos, así como lo reciben, así mismo lo gastan y entre más ganan, más gastan, por lo que ningún dinero es suficiente para ellas, sin embargo su valor sexual va disminuyendo porque los hombres que las usan y muchas veces disfrutan, van notando su necesidad y van disminuyendo su interés, su apoyo monetario y/o los regalos son cada vez menos costosos.

Algunas sí invierten en estudios, sobretodo en universidades privadas, donde la exigencia es menor y pueden obtener un título universitario con más facilidad, pero la mayoría no lo hace y llegará un momento en que se vean frenadas por los hijos, por el desgaste prematuro de su físico o por las infecciones (muchas letales y de consecuencias graves) VIH, VPH (papiloma humano que degenera en cáncer cervico uterino) o por el transcurso inexorable del tiempo, pero teniendo en sus manos un teléfono inteligente no lo usan para investigar de temas que afectarán tarde o temprano, su futuro, tal parece que es lo único inteligente que en verdad tienen.

Amable lector, esto lo puedes comprobar fácilmente con la mayoría de las chiquillas que trabajan en cualquier lugar, observa su comportamiento, sus amistades, quién las lleva o las recoge en su empleo, con quién habla, sonríe, cómo trata o se comporta con determinado cliente y te darás cuenta. Asimismo qué uso le da al celular. Y si tienes alguna hija en el rango de edad de 13 a 20 años, que se comporta rebelde, que tiene cosas que tú no le compras, además de que no tiene la capacidad económica para poderlo adquirir, cuidado, vigílala, porque puedes tener en tu casa una jovencita que da sexo a cambio de dinero.