20 abril, 2025
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¿Qué buscan las mujeres?

Este espacio está destinado totalmente a la mujer, la mujer mexicana, pero posiblemente, es muy parecida a la mujer de cualquier país del orbe. Este análisis es sin ningún afán machista, misógino, sexista, es simplemente la aplicación de la observación y lógica, durante mi camino recorrido de vida.

La mujer madura primero que el hombre, éste, señalan estudios al respecto, alcanza su madurez después de los 28 años, muchos jamás lo hacen. Esta madurez la confunden con inteligencia, situación por demás equivocada.

La mujer es capaz de todo, con la firme intención de alcanzar o lograr sus objetivos o metas. Al decir de todo, es todo, pero principalmente, el de utilizar sus encantos femeninos para atrapar al hombre que les puede proveer de lo que necesitan y que sobra decirlo, es dinero.

La mente femenina gira alrededor del dinero, que por ende, trae aparejados lujos, joyas, comodidad; hasta el día de hoy, no conozco a una mujer que desprecie el dinero y sus beneficios, que hagan creer al hombre algo distinto, sólo es un distractor, una táctica, para alcanzar su principal y único objetivo.

La mujer es capaz de engañar, de traicionar a hombres y mujeres por igual, si se interponen en su camino que conlleva al objetivo planeado. Para ellas no hay amistad, lealtad, respeto, códigos de honor (como tenemos los hombres), obstáculos que no puedan salvar, nada. La mujer siempre o casi siempre logra lo que quiere, compiten entre ellas, se arreglan para ellas, no para el hombre, si X o

Y se tiñe el pelo, tratan de teñirse de un mejor color, si traen buena ropa, accesorios caros (no siempre lo fino es lo más caro), o un vehículo de reciente modelo, tratan de estar arriba de las demás, a la vanguardia, dijeran algunas que conozco, sus pláticas entre amistades (porque dudo que haya amigas de verdad) son para atacar a sus otras amistades, compañeras de trabajo, conocidas o a la que tenga la mala fortuna de pasar frente a ellas en ese momento. Si tienen esposo, marido, amante, novio o pareja, pero no tiene los suficientes recursos económicos para tenerlas contentas, si en su camino encuentran a otro hombre con más poder adquisitivo, no dudan un instante para hacerlo caer en sus redes, así sea el marido de su mejor amistad. Su condición de género les permite victimizarse a la menor provocación, así mismo tienen una facilidad para soltar sus lágrimas, aunque por detrás se estén aguantando las ganas de reírse del incauto que les cree.

La presunta inteligencia que sostienen tener es un gran poder de manipulación, persuasión y chantaje hacia los hombres, y aun así el hombre siempre y en cada momento es el malo, el villano, el innombrable, el que no les da su lugar, su igualdad, no les da todo lo que ellas merecen. Si trabajan, el dinero que obtienen, es solo de ellas y el hombre tiene que darles diario o semanal, lo necesario para su manutención y la de sus hijos (si los tienen), porque ellas no apoyan para nada, y si no trabajan, con mayor razón exprimen a su pareja, muchas veces al grado de que éste se endeuda por cuenta propia o porque ella ya lo hizo creer (real o ficticio) que debe en tal o cual lugar, que por lo general son lugares de venta de ropa, accesorios y artículos de belleza, aparatos de vanguardia tecnológica, incluso agencias automotrices.

La mujer nunca deja de luchar por alcanzar sus metas planeadas, y como dije antes, no le importa lo que tenga que dar y/o hacer para lograrlo. Aunque siempre es el ámbito sexual el que abre las puertas del éxito, el glamour y la hipocresía, esto lo podemos notar en lo laboral (público y privado), político, farándula y la vida real, servidoras públicas sin preparación que ocupan espacios de elección popular, sólo por el hecho de abrir y cerrar las piernas a la menor provocación, actrices que no actúan, cantantes que no cantan, mujeres que aparentemente no trabajan y viven bien (los distintos oficios: masajes, edecanes, modelos, escort) que en realidad es prostitución, pululan por todos lados y a diferentes precios, otras con menos suerte, se venden en las esquinas de su ciudad, donde no se permite, pero se tolera esta actividad, otras se van a las ciudades o poblaciones cercanas, para no verse tan expuestas frente a sus familiares, amigos y conocidos, y recientemente se nota en la calle, que hombres maduros ayudan económicamente a jovencitas estudiantes o chiquillas a las que no les gusta trabajar, pero que les encanta el dinero y sobretodo, disfrutar de pequeños o grandes lujos.

Dependiendo de su apariencia física, es como incrementan su cuenta bancaria, equipan su casa habitación o escalan en el mundo laboral público o privado, aunque siendo sinceros, pocas son las que en verdad ahorran, la mayoría se dedica a despilfarrar, olvidándose de que el tiempo pasa y la firmeza anatómica termina.

A grandes rasgos así avanza la vida de las mujeres de la actualidad, aunque no dejo de indicar, que como en toda regla general, hay sus grandes excepciones.