Quiero aprovechar este espacio para señalar algunas características observadas de la infidelidad femenina, un tema discutible, porque como se dice, y se dice bien, si sospechan de ti, niégalo, si te ven hacerlo, síguelo negando, pero sobretodo, nunca lo aceptes. Y la intimidad entre dos personas es muy difícil de comprobar o demostrar que algo se está haciendo mal.
Dios, el Universo, la creación o como le quieras llamar, según tus ideas religiosas o filosóficas, creó sólo dos sexos o géneros, el masculino y el femenino, aunque en la actualidad, haya más que estos dos.En el caso concreto me voy a referir al femenino. La mujer: desde siempre le ha gustado ser admirada, ser deseada, halagada, idolatrada, adorada, amada, etcétera, es parte de su naturaleza.
Por lo mismo, casi nunca está conforme, recordando que en toda regla general, siempre hay excepciones. En nuestro país, es más frecuente, darse cuenta que la edad de actividad sexual de la mujer, comienza cada vez a menor edad, con o sin consecuencias (al decirlo, me refiero a salir embarazada), porque desafortunadamente, consecuencias siempre hay.
Tanto el hombre como la mujer, tienen sus roles o papeles que desempeñan día a día en la vida, el del hombre es el de demostrar ser un semental y estar siempre picando piedra con cuanta mujer de su agrado se cruce en su camino, utilizando para hacerlas caer, cualquier truco, palabra o actitudes que los lleve a conseguir el objetivo final, que es de tener relaciones sexuales con ellas. El hombre, generalmente, es visual, se deja llevar por lo que mira, observa y ve, pero siempre en el contexto físico-sexual, una cara hermosa, unos senos firmes, unos glúteos turgentes, frondosos y bien formados. Esta es la desventaja que se tiene frente a la mujer, porque como dice el dicho: jalan más un par de tetas que un par de bueyes, y es real, el hombre por obtener a una mujer, se obsesiona a tal grado que no le importa perder familia, dinero y trabajo. En cambio, la mujer, es astuta, su papel principal es auditivo, pero sin perder nunca su verdadero objetivo, a ellas les gusta escuchar que los hombres se mueren por ellas, incluso, que lleguen al grado de pelear por ellas, pero casi siempre, tienen la mira fija en algo, que no es precisamente, el deseo sexual.
El hombre cree y se cree un conquistador nato, pero en realidad, y así lo expresan las mujeres entre sus pláticas, son unos ingenuos que caen en sus redes y terminan haciendo todo lo que ellas quieren, anhelan, sueñan y desean, y a pesar de todo, siempre son los malos, hasta que por fin despiertan, maduran y alcanzan cierto grado de sabiduría y ya no se enamoran, sino que juegan el mismo juego con ellas y ahí es cuando empiezan a disfrutar verdaderamente de su sexualidad.
Después de este preámbulo, para entrar en contexto, la mujer, se da sus mañas para lograr lo que desea: entre más joven prueba el sexo, más fácil de engañar al hombre resulta, porque al igual que nosotros, no pueden vivir mucho tiempo sin tener relaciones sexuales, pero la diferencia es que ellas, lo pueden hacer con cualquier hombre que les guste, amigo, compañero de escuela, trabajo, jefe, incluso hasta algún desconocido, lo importante para ellas es satisfacer su instinto y darle a su cuerpo alegría. Y esto, se les convierte en adicción, recuerda que todo en exceso, se convierte en eso.
La mujer, si tiene pareja estable, sea en matrimonio o concubinato, cuando no trabaja, tiene demasiado tiempo para estar conociendo a diferentes hombres, y tarde o temprano, termina acostándose con alguno de ellos, mientras su pareja se entretiene con el trabajo, ella le da gusto a su cuerpo. La ociosidad es la madre de todos los vicios.
Lo mismo sucede si la mujer trabaja, ningún empleo esclaviza a tal grado que no haya convivencia entre compañeros, lo que provoca infidelidades. Sin embargo, aquí ya resulta de más beneficio para la mujer, porque si es bella, con buen cuerpo, coqueta (por naturaleza la mujer lo es), puede conquistar a su jefe inmediato, algún compañero que gane bien (incluso a ambos) y puede lograr ascender en la escala laboral o puede recibir obsequios por sus servicios íntimos personales, lo que la vuelve más astuta para las siguientes oportunidades.
La principal característica negativa del hombre que provoca la infidelidad femenina, es por cansancio laboral, por trabajar en exceso y largas jornadas, llega a su hogar cansado y sin ganas de intimidad, o si las tiene, lo hace sólo para satisfacerse él, es decir, lograr su eyaculación, dejando muchas veces a la mujer sin conseguir un orgasmo y esto provoca espasmos, inflamaciones y dolores internos en la mujer porque no logran desahogarse como debe, así que en la primera oportunidad que alguien les hable bonito, les llene la vista o mejor aún el bolsillo, se meten con él. Porque ese hombre es lo que busca y está dispuesto y descansado para satisfacerla, sobretodo, por el horario en el que lo hacen, porque está demostrado que la peor hora para hacer el amor, en por las noches, el resto del día es muy recomendable, aunque esos hombres infieles, muchas veces tengan a su pareja estable insatisfecha, lo que se convierte en un círculo vicioso. El engañador, es engañado.
Otra característica que las mujeres señalan como atenuante (pretexto) es la falta de dinero que su pareja les das por día, semana, quincena o mes, no hay dinero que les alcance y siempre están deseando tener más, y si logran atrapar a un conquistador ingenuo que les provea de regalos, dinero o caprichos, no dudan para nada entregarles su cuerpo, aunque muchas veces, por la edad, por cansancio, etc. no las satisfagan como debe ser.
Las hay, que de plano a eso se dedican, a estar cazando presas con dinero y/o posición de poder, público o privado, porque saben que su cuerpo, les abre cualquier puerta, logrando lo que para ellas es importante: dinero y poder.
El amor, para este tipo de mujeres no existe, porque alguien enamorada no puede tener relaciones con otro por insatisfacción o por falta de dinero.