Lic. Alfredo Castañeda Flores ANALISTA
27 ABRIL 2024.-Estamos a un mes y días de la elección más grande de la historia (eso repiten cada 6 años), y lo que ocurre es similar con el electorado, en cada elección, apatía, indiferencia, cerrazón de los simpatizantes de X o Y partido, coalición o ideología (en la que nadie cree, mucho menos entiende, además de que no la tienen), notándose en el bajo porcentaje de asistentes a las urnas en cada periodo, sean federales (presidente, senadores, diputados federales) o locales (gobernador, diputados locales, alcaldes y comunas), apenas se supera la mitad de los registrados en el INE. Como todo, dejar de sufragar tiene sus pro y contras.
La principal, y se justifica, que mucha gente tiene que trabajar o no, los domingos, porque la situación económica de muchos ciudadanos es complicada, principalmente, por ellos mismos, por no saber ni haber administrado su calidad de vida, simple y sencillamente, adquirieron compromisos distintos, algunos a temprana edad, sin saber que eso afectaría el resto de su existencia. Tienen hijos, dejan truncos sus estudios, comienzan a tener vicios y adicciones, no tienen compromiso para hacer las cosas, carecen de la mínima capacidad de analizar, razonar, reflexionar y varias conductas negativas que afectan su estadía en la vida. Y un pequeño porcentaje, es culpa de los gobiernos que hemos tenido, porque no han creado las condiciones necesarias para una mejor vida en comunidad. No hay la infraestructura suficiente y necesaria para la educación, la salud, servicios indispensables para todos. Además, de no existir los suficientes espacios laborales para emplear a todos los nacionales en edad de trabajar. Aquí, hago un paréntesis, en cuanto a la salud, porque cada vez a menor edad, hay descendientes, esto afecta, porque entre más habitantes, menos oportunidades de todo, en todo y para todos hay.
Se saturan los hospitales, las escuelas, los empleos, sean públicos o privados, etcétera. Debería haber una excelente política para el control de la natalidad, sobretodo en edades que más que una bendición, es lo contrario. Haciéndose un círculo vicioso que nos mantiene en el atraso, pero eso sí, en los primeros lugares de los países más poblados. Conforme avanza el tiempo, cada vez tenemos menos cosas de que sentirnos orgullosos como mexicanos, ni en ciencia, política, cultura, deportes, porque ya todo se va perdiendo, por andar buscando para comer. Además de que somos los cangrejos del cesto abierto, para que lo tapan, si entre nosotros nos jalamos y metemos zancadilla para quedarnos estancados, es mentira que nos apoyamos entre unos con otros.
Entonces, al mirar esto, muchos ciudadanos con edad de votar no lo hacen, ningún candidato, partido o seudo ideología los motiva para hacerlo, porque de acuerdo a su edad, ya han visto que, si votan o no, las cosas no cambian, continúan igual, y tristemente, tienen toda la razón. Incluso yo he dejado de votar algunas ocasiones. De escuchar tantas mentiras y falsedades, dichas por mitómanos profesionales, no dan ganas de sufragar.
Por supuesto que eso, a los gobernantes en el poder, (no solo hablo de los actuales, sino de todos en general) les beneficia, porque entre menos votantes haya, con más facilidad obtienen el triunfo, porque no necesitan comprar más conciencias, les ahorra dinero, tiempo y saliva. Incluso en el actual periodo de gobierno, donde los votos se están comprando por medio de regalar dinero, disfrazando la acción como programas sociales, que para nada mitigan la calidad de vida de quienes los reciben, al contrario, somos un país que va en picada económica, el dinero escasea, todo sube de precio, nada alcanza, lo notamos todos los días, menos los que están felices de vivir sin tener que trabajar.
Eso nos está afectando como sociedad, como país, acaso los políticos de nivel federal, ¿no se dan cuenta que el dinero público se está acabando?, porque las dos candidatas fuertes para la presidencia de la República, están ofreciendo más y más dinero regalado, disfrazado de apoyos sociales, parece pasarela de obsequios, de haber quien da más. Háganme el fabrón cavor. No dudo que el gobierno actual, haya contraído una deuda con la banca internacional, pero de forma tan escondida que nadie se ha dado cuenta, esa bomba le tocará desactivarla a quien sea el nuevo presidente, y pagarla al pueblo. Como ha sido todo el tiempo que hemos vivido, y nuestros padres, abuelos.
Todo eso porque ya no hay dinero, y lo principal, no hay obras que beneficien a la comunidad. Los estados no hacen nada, los municipios menos, apenas van tapando los baches y con el material o chapopote más sencillo y barato que encuentran, porque a las tres o cuatro lluvias, se forman nuevamente, las obras emblemáticas que tanto presumieron, no tienen el resultado esperado y eso, no solo en este gobierno, en cualquiera de los sexenios anterior hay innumerables elefantes blancos (obras inconclusas o que no sirven para nada), acostumbran, los gobernantes, a tirar el dinero que no es de él, además porque haciendo obras, es donde más fácilmente pueden incrementar sus cuentas bancarias personales. Una máxima de la política tradicional señala: “Si quieres “robar”, haz obras”. Y los afectados, como siempre, somos los ciudadanos de a pie, los normales, los que vivimos de nuestro esfuerzo, de nuestro trabajo, de nuestro sacrificio personal o familiar.
Porque el dinero público es para beneficiar al mayor número de habitantes de cualquier ranchería, poblado, región o estado, no para regalarlo a determinados sectores de edad o escolaridad. Construir mejores vías de comunicación, mejorar el transporte, la salud, la educación, todo lo que sirve para tener una mejor calidad de vida, como Nación. Y es que lo pocas, poquísimas veces se ha hecho.
Lo que sí se hace es repartir posiciones, dádivas o prebendas a los grupos afines a su proyecto para tenerlos dispuestos a votar y defenderlos, de acuerdo a su conveniencia, a los niveles de complicidad y sobretodo apelando al grado de mediocridad de la mayoría. En gran medida, por eso reina la indiferencia política.