Lic. Alfredo Castañeda Flores ANALISTA
29 SEPT. 2023.-México es un país enorme en habitantes, poblaciones y pensamientos, aunque la mayoría de estos últimos sean desafortunados o peor aún, estúpidos. Así pasa en algunas regiones, rancherías de esta tierra azteca.
Concretamente, hay un pueblo que sus habitantes son muy personalistas, no toleran, mucho menos agradecen la diversidad de idiosincrasias que han llegado ahí a mejorar la vida de todos, no solamente de ellos.
Por supuesto que no hay ningún continente, país, estado, municipio, poblado o ranchería que sea totalmente puro, sin mezclas de razas y por consiguiente de caracteres. Sin embargo en pleno siglo veintiuno, el recelo de los habitantes de ciertos sitios, sigue vigente.
A pesar de que hay dos empresas transnacionales cimentadas en el pueblo, que son las que dan mayor cantidad de empleos al lugar y la región, no valoran eso y se ponen a señalar a los foráneos de tiempo y actuales que ahí radican. Hay tiendas de otros estados, y de otros municipios, que por supuesto también contribuyen a mejorar la economía individual y poblacional, pero todo eso se les olvida, solo se fijan en detalles que tampoco son verdaderos. No saben como se mueve la economía de un lugar, no identifican que somos un solo país, que todos los nacidos en cualquiera de las treinta y dos entidades federativas, somos libres de buscar mejores o peores, según el caso, oportunidades, porque no a todos los migrantes, les vas bien en el lugar elegido, y por lo mismo, tampoco les va mal, depende de la forma en que elijan vivir en determinado lugar.
La Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos protege y permite el libre tránsito por todo el país de los mexicanos por nacimiento y por naturalización (extranjeros que cumplieron los requisitos exigidos para considerarse nacionales), incluso los extranjeros que viajan el tiempo permitido por la ley, pueden andar con total libertad en cualquier espacio mexicano. ¿Entonces, como en ciertos lugares, no desean esto?
Aunque parezca ridículo, así es. En esos lugares retrógrados como las ideas de sus habitantes, se ve feo a los provenientes de cualquier otro sitio. No se les invita a sus reuniones sociales personales ni públicas, todo evento que realizan, lo hacen de forma muy exclusiva, que por lo general, están vacíos, porque su propio circulo es demasiado pequeño, precisamente por esas tontas acciones. Pero así les gusta vivir, incluso muchos de esos, considerados raza pura de X lugar, son empleados activos o jubilados de las dos empresas extranjeras que generan empleo ahí. Pero eso no lo recuerdan. No son honestos con ellos mismos, no podemos esperarla hacia los demás.
Si se les habla a los recién llegados o de tiempo, pero lo menos posible. No se les convida ni a los funerales, hasta pasada la década de tiempo de conocerlo, se les comienzan a hacer ciertas invitaciones. Eso es bueno también, porque hay pueblos donde son todo lo contrario, a los recién llegados sin conocerlos, los comienzan a tener como padrinos de sus hijos, llenándose de compadres y ahijados, lo que también resulta desagradable, todos los extremos son malos.
Cuando algo malo sucede en ese lugar, empiezan a culpar a los allegados, si alguien les pregunta que les gusta y no les gusta de la actualidad en el lugar. Lo primero que indican ser malo es la llegada de tanta gente foránea, que eran mejores y más felices antes. Pobres. No razonan que la vida es así, que se debe ir y llegar gente nueva en cualquier lugar. Así como nacen y mueren nuevos individuos. Hay un robo, un asalto o algo peor, y lo primero que dicen es porque han llegado gentes extrañas al lugar, antes eso no pasaba.
Por favor, eso siempre ha pasado, aunque por el número de habitantes, en menor o mayor medida. La gente mala ya lo es desde su nacimiento, lo único que ocurre, es que tarde o temprano van despertando y cometiendo distintas conductas, delictivas o no. No dudo que algunos aprendan por imitación, pero no se vuelven malos por eso, ya lo son, solo les faltaba una oportunidad para mostrarse tal y como son.
En ese lugar, la mayoría de la gente pura vive de apariencias, se creen de clase alta, todos, incluso los que viven en colonia popular. Viven de pedir fiado, prestado y hurtado a los demás, no les gusta trabajar, lo hacen por necesidad, pero si pueden apropiarse de algo ajeno, sin pensar lo toman. Tienen tácticas bien estudiadas para aprovecharse de los demás, sobretodo los foráneos, porque prácticamente la economía local la mueven ellos. Los nativos, no tienen la iniciativa de abrir algún negocio, prefieren ser empleados de gobierno o empresas, pero pocos, tienen uno propio. Todo el tiempo se quejan de su pobre situación económica. Principalmente, porque viven del salario que les brindan las empresas y negocios de otros, con los que no quieren convivir. Los consideran malos, abusivos, explotadores, pero ahí siguen, ellos o sus hijos. Incongruentes totales.
Por otro lado, sus mujeres, se muestran cariñosas con los empresarios y foráneos, porque saben quien tiene más recursos que sus parejas o esposos, que además pueden patrocinarlas, obviamente, a cambio de favores sexuales, así que el intercambio es más frecuente de lo normal. A veces esos hombres están de acuerdo con su fémina para obtener beneficios económicos, tragándose el orgullo, de sus ideas retrógradas. Pero fingen no saberlo. Así son ellos. Para qué tanto brinco, estando el suelo tan parejo, pero a la gente le gusta complicarse la existencia. No analizan que todo es mejor si se hacen las cosas correctamente. ¡Ponte trucha!