El principal problema de nuestro país no es la delincuencia común, ni la corrupción, ni el crimen organizado, ni un muy largo etcétera de problemas graves que podemos enunciar, porque estos son solo consecuencia del problema real de México, su cáncer, la baja calidad de su educación pública, en el nivel básico principalmente, de los últimos 25 años, como mínimo.
Las últimas décadas se ha ido carcomiendo la calidad de nuestro sistema de educación pública, a pesar de que los recursos para ese fin han crecido exponencialmente, en otras palabras, invertimos millonadas en una educación pública de pésima calidad, principalmente en los estados de Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, los eternos competidores por los peores índices del país en casi cualquier tema, social o económico.Ahora bien, porque si solo mencionamos 4 entidades como graves de las 32 del país (31 estados y un D.F.), por qué generalizamos el cáncer a toda la república; y esto es debido a que si bien es cierto en esos 4 estados las circunstancias son insostenibles y el magisterio se ha adueñado por completo de la rectoría en la educación, por ende del presupuesto, también lo es que en el resto del país la calidad de la educación pública deja mucho que desear, sin que los problemas magisteriales acaparen noticiarios y primeras planas.
La educación pública en el nivel básico dejó de ser una opción de calidad para la ciudadanía y se volvió una opción por necesidad, en otras palabras solo toman educación básica pública quienes no tienen capacidad financiera para mandar a sus hijos a una escuela de paga, las que no están exentas de problemas de calidad, ya que en la última década se dio un boom de escuelas privadas “patito”, que cubren la demanda de una sociedad con más aspiraciones que solvencia económica.
Retomando el tema que nos ocupa, señalábamos que la baja calidad educativa de carácter público en el nivel básico de nuestro país es el cáncer que no le permite lograr el correcto desarrollo que necesita y merece, y de esa ínfima calidad es que se potencializan los síntomas u malestares de nuestra sociedad, y se señala potencializar porque es preciso aclarar que la mayoría de nuestros problemas existen en toda sociedad, por avanzada y progresista que esta sea, simplemente en niveles tolerables y que no ponen en peligro el desarrollo social, cultural y económico de una nación, toda vez que es imposible acabar con la delincuencia común, con la pobreza, con las adicciones, y por ende el crimen organizado, y con la corrupción; en general la aspiración debe ser reducir estos tumores a su mínima expresión.
El ser humano, desde una perspectiva Hobbsiana siempre tendrá un lado salvaje, por lo cual debe de ser educado
Lo hasta aquí escrito no es nada nuevo, la mayoría lo sabemos y lo reconocemos, excepción claro quienes son parte del problema (sindicatos educativos y autoridades de la materia), sin embargo, creo y puedo estar equivocado, que somos pasivos ante esa problemática, nuestra acción es solo crítica y no activa ni propositiva; qué sugiero ante ello, volvernos intolerantes ante el problema y repudiar a los agentes que producen este mal, rechacemos las conductas impropias de un educador, vilmente justificadas en una lucha social que solo trae beneficios a unos cuantos y desgracias a generaciones y generaciones de mexicanas y mexicanos que crecen y se “educan” sin las herramientas necesarias y sin las mismas condiciones que las clases pudientes, lo cual nos tiene en una seria desventaja para enfrentar el mundo globalizado.
Para que México crezca es necesario que el profesor recupere la dignidad y calidad moral de antaño, la cual persiste en unos cuantos, por cierto vilipendiados y criticados por el resto perdido. Estimados lectores, invitados están a la reflexión y espero que esta los lleve a algo más que eso.