21 abril, 2025
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¿Homenaje a la mujer de Tacámbaro? Exposición que discrimina y genera censura, afirma Mireya Aguilar

“Como mujer, como ciudadana tacambarense y como promotora cultural, les comparto lo que ocurrió ayer 7 de diciembre, con motivo de una exposición en la ciudad en que vivo, que es importante analizar, ya que refleja cómo la violencia hacia las mujeres puede encontrase en una exposición en honor a nosotras mismas. Digo la violencia, porque la discriminación y la censura son ejemplos de violencia. Este fue el motivo de dicho proyecto:

 

“Homenaje a la mujer de Tacámbaro” es una exposición dedicada a las mujeres de la región. La exposición tendrá lugar en el museo Amalia Solórzano de Tacámbaro. Esta exposición cuenta la historia de las mujeres (1900-2018) en México desde una perspectiva social, educativa, económica y política. Se muestran retratos e historias de Doña Amalia y muchas otras mujeres especiales del pasado y presente de la cuidad y la región de Tacámbaro” (sic).

 

Describiré brevemente los hechos de lo ocurrido, esperando que tal acontecimiento nos permita llegar a diversas reflexiones…

 

A decir de las organizadoras en rueda de prensa, se seleccionaron a 25 mujeres para formar parte de esta exposición, la selección se realizó consultando a la población, a las autoridades de las comunidades e instituciones educativas.

 

Fui notificada el día 14 de noviembre que sería parte de la exposición “Homenaje a la mujer de Tacámbaro” con muchas otras mujeres, me citaban hora y día para tomarme la fotografía y me solicitaban mandar algunos datos, de entre los cuales sobresalían los siguientes: ¿Qué papel juegas en la comunidad en los siguientes temas: social, educativo, político, económico? ¿Qué significa ser una mujer en Tacámbaro, México? En resumen, mandar una breve biografía…

 

Una semana después recibí la invitación a la inauguración, y un día antes de la inauguración fui citada en las instalaciones del museo, donde se me notificó que “por disposiciones del patronato del museo no se expondría mi fotografía en la exposición, puesto que sus estatutos se transgreden al mezclar sus actividades a personas que estén activas en la política”. Aunque parezca extraño, fue lo que argumentaron. En la misma situación que yo quedó Caridad Erandi Ávalos García, actual Regidora de la Comisión de Desarrollo Rural, en la Administración Municipal de Tacámbaro. Por lo tanto, la consigna hacia ambas fue retirar las dos fotografías de la exposición.

 

Me sobresaltó la noticia, tanto por el mensaje contradictorio que envuelve por un lado, homenajear a la mujer de Tacámbaro y al mismo tiempo discriminarla por participar en la política, siendo uno de los propósitos de dicho homenaje.

 

¿Qué podemos reflexionar ante esto?

 

Desde donde se mire, este hecho atenta contra la libertad de expresión. ¿Qué sucede con la gente que se consultó para elegir a las participantes?

 

¿Qué impedimentos encuentran los miembros del patronato de un espacio cultural para tratar temas políticos?

 

¿No se supone debería promover espacios de diálogo?, ¿no son los depositarios del saber comunitario?

 

No podemos separar la postura política de nuestro actuar diario, cada acción de nuestras vidas es un acto sociopolítico, el que asumamos una actitud pasiva ante una arbitrariedad, es un acto político. Provocar el análisis y reflexión, ante un hecho como este resulta incómodo para muchos, pero también es una postura política.

 

MUJERES, BASTA DE QUEDARNOS CALLADAS

 

Tenemos tantos ejemplos de la vida cotidiana y muchas veces nos quedamos silenciosas al ser discriminadas, humilladas y atacadas por ser disruptivas. Se espera de nosotras que seamos la buena maestra, la mejor enfermera, la madre abnegada o la secretaria o funcionaria pública que tolera el acoso sexual. La mujer indígena es considerada prototipo de sirvienta y no la podemos concebir vistiendo prendas de diseñador y sobresaliendo en otros ámbitos.

 

Muchas mujeres hoy estamos rompiendo con estándares establecidos, abriéndonos paso en otros espacios, asumiendo otros roles y, como dice la campaña “PRACTICA IGUALDAD”, las mujeres tenemos las mismas capacidades que los hombres, pero más obstáculos, la carrera es desigual.

 

Para un patronato de museo es más simple decidir quitar dos fotografías de la exposición, que incomodarse con la supuesta crítica que puede ocasionar que dos mujeres que participan de manera activa en las decisiones políticas de su municipio y país puedan provocar. Al final de cuentas el trabajo de muchas mujeres en la historia fue reconocido de manera póstuma.

 

Es muy curioso que dicha convocatoria contemplara las actividades políticas, que se presentara al patronato del museo y que sólo, un día antes de abrir la exposición, se tomara la decisión arbitraria de retirar a dos mujeres. Y más, cuando la Historia de México es impensable sin la presencia de una mujer tacambarense, como lo fue y lo es, Doña Amalia Alejandra Solórzano Bravo. Porque si se mira bien, quizá el mejor destino de ese museo sea precisamente convertirse en un semillero de mujeres inmersas en la vida política de nuestro país; después de todo tenemos en Amalia, un gran ejemplo de la participación de la mujer en la política.

 

Y pueden estar seguros que no me conmueve el hecho de estar o no estar en dicha exposición. Mi postura deviene de la censura, de la incongruencia, de la falta de seguimiento a dicho proceso, del descuido de haber dejado que avanzara tanto una convocatoria que después fue cooptada.

 

Somos la mitad de la población y nuestras voces todavía no son escuchadas de la misma forma. Por eso mi rechazo a la discriminación y exclusión sufrida, ni yo ni la Regidora ni ninguna mujer merecen eso. Me pronuncio a favor de la igualdad, la equidad y el respeto a todas las formas de los derechos humanos universales. Ya basta, que acaben de una vez los prejuicios de género y los resquemores del qué dirán. #NOSINNOSOTRAS

 

Mireya Aguilar González

Tacámbaro, Michoacán, México