Lic. Alfredo Castañeda Flores
El siguiente es un tema muy importante, pero sobretodo que a muchos mexicanos nos tiene en indefensión, a merced de delincuentes que están coludidos con empleados, incluso directivos de algunas empresas involucradas. Estos no son considerados delincuencia organizada y por supuesto que están bien organizados y no tienen nada que ver con los que presentan como delincuentes conocidos y famosos.
Hablo de que nuestros datos personales, solicitados por instituciones bancarias, por el Instituto Nacional Electoral, antes Instituto Federal Electoral, por cualquier dependencia gubernamental, en cualquiera de sus tres niveles, y en otras más, presuntamente, nos indican que nuestros datos están protegidos. Cosa más falsa y engañosa, porque a muchos de nosotros nos están llamando a nuestro teléfono fijo, a nuestro teléfono móvil, envían mensajes a nuestro correo electrónico, nos llega correspondencia en papel a nuestro domicilio particular, etcétera, ofreciéndonos innumerables servicios, ofertas, tarjetas bancarias, préstamos, seguros, nos invitan a reuniones donde nos van a entregar un obsequio, sin dar nada a cambio, pero cuando se llega a ese lugar, nos empiezan a querer lavar el cerebro, ofreciéndonos, principalmente, las vacaciones que todos soñamos, y que muchos no han podido tener, claro que eso lleva un truco, es por determinado periodo en años, y una cantidad económica, etc., todo esto resulta un fiasco, un fraude, porque hay gente que ingenuamente ha caído en esas redes delincuenciales y lo que les ofrecieron, en la realidad, es mínimo, porque para pagar a tantos actores disfrazados de empleados, necesitan obtener beneficios económicos. Eso cuando les devuelven algo, porque en muchos otros casos, jamás vuelven a saber de ellos.
Esto es algo de lo que no deberíamos ser molestados en ninguna de las formas indicadas, precisamente, si en realidad fueran protegidos nuestros datos personales, pero en este país todo es negocio, todo es dinero, todo es corrupción. Cualquiera que tenga dinero obtiene los datos más íntimos de cualquier ciudadano. Los empleados bancarios, desde el más alto como lo es el gerente o director general de una sucursal bancaria, cajeros, ejecutivos, hace su negocio a costa de los clientes que, ingenuamente, formamos parte de su cartera de clientes, esto es por diferentes causas y motivos, hay quienes tienen dinero y lo guardan en el banco por seguridad, otros, porque son empleados y deben tener una tarjeta de nómina (débito), los ancianos porque así reciben sus pensiones, jubilaciones o dádivas del gobierno, etcétera, pero ahí estamos a merced de estos delincuentes de cuello blanco, se les llama así porque andan siempre uniformados, sus camisas son blancas y pocos se imaginan lo perversos que pueden llegar a ser. Y esto no es cuestión de sexo, hombres y mujeres, participan por igual, dijeran por ahí, la necesidad es más fuerte que los valores morales, pero la ambición y codicia, lo es aún más.
Pretextos siempre va a tener una gente deshonesta, corrupta y sinvergüenza, la más usual es que el dinero que les pagan no les alcanza para vivir. A una gente con éstas características ningún dinero las va a satisfacer. Esto, por supuesto, cuando son detenidos por alguna autoridad despistada, honesta o porque los de arriba quieren sacrificar a un chivo expiatorio para apagar el fuego por un tiempo.
Aunque existen dependencias gubernamentales que presuntamente protegen al ciudadano en caso de verse afectados por estos vivales, no pasa de que los incluyan en un boletín que nadie ve, que nadie lee, que nadie conoce, pero lo importante, si se tuvo una pérdida económica, no es reparado el daño patrimonial. Es decir, no se recupera lo perdido. ¿Esto qué te hace pensar, amable lector? Que hay mucha gente de buen nivel en los diferentes encargos de la administración pública, sea pública o privada, que está perfectamente organizada para defraudar a los demás. Total, vivimos en un país donde sobran leyes, reglamentos, decretos, pero que no se respetan. Salvo cuando dejan de ser importante para esos que los usan, aplicándoles lo que corresponda según su falta cometida, o por venganzas del nuevo régimen político. Pero, jamás, porque lo merezcan. Cuando los acusadores o afectados son ciudadanos comunes y corrientes, siempre se protegen y cuidan las espaldas entre ellos. Y así, inteligente lector, no se puede acabar con la corrupción. Como decía un ex presidente, a mis amigos, justicia y gracia, a mis enemigos, la ley a secas. Los ciudadanos somos los enemigos de la clase política, y lo podemos ver diariamente. Además, no nos unimos y somos presa fácil de ellos.
Así es, para hacernos víctimas, forman toda una parafernalia en la que están metidos desde funcionarios gubernamentales, ejecutivos de instituciones, compañías telefónicas, hasta individuos fáciles de manipular, que son los que dan la cara y por unos cuantos pesos fáciles, intentan lavarnos el cerebro ofreciéndonos la luna y las estrellas, a precios irrisorios. Por eso, una vez más lo indico, debemos estar alertas, atentos, hay mucho delincuente que quiere hacernos daño en nuestro de por sí, cada vez más devaluado patrimonio personal. Recuerda que te cuesta mucho ganar ese salario (poco o mucho), no permitas que cualquier estúpido disfrazado de oficinista de quinta, te lo quite, sin que puedas hacer nada y sobretodo, que nadie te apoye, te cuide ni asesore. Que no te gane la ambición, recuerda que en esta vida nada es gratuito, todo tiene un precio y la suerte de ganarte algo sin comprar boleto, no existe. Ponte buzo, ponte atento, ponte trucha. A cuidarnos todos, pero sobretodo, deja de tener miedo, el miedo es el escudo de los delincuentes, ten valor, agarra fuerza y los dejarás desprotegidos a ellos. ¡Ánimo!