Domingo 03 de abril
Próximos a celebrar la fiesta de la Divina Misericordia, 2016. Quisiera compartir con Uds. algunas reflexiones del papa Francisco. Tomando en cuenta lo importante que es para la iglesia este año de la Misericordia.
Hoy a diferencia de otros años me permití cambiar. La forma de escribir sobre la divina Misericordia para dar paso a los mensajes de Misericordia que el Papa ha pronunciado, para todos nosotros.Ojalá que a todos nos queden aún el legado de su visita a nuestro estado.
En diversas ocasiones el papa ha pronunciado que estamos en el tiempo de la Misericordia.
o Jesús ilumina nuestra vida como una luz que no se apaga más, no es como un fuego de artificio, no es un flash, es una luz tranquila que dura siempre, y nos da paz. Así es la luz que encontramos si entramos por la puerta de Jesús. Claro, la de Jesús es una puerta angosta, no porque sea una sala de tortura, no por ello, sino porque nos pide abrir nuestro corazón a Él, de reconocernos pecadores, necesitados de su salvación, de su perdón, de su amor, de tener la humildad de acoger su misericordia y hacernos renovar por Él. Jesús en el evangelio nos dice que ser cristianos no es tener una etiqueta. Yo les pregunto a ustedes, ¿Ustedes son cristianos de etiqueta o de verdad? Y cada uno se responda dentro. Eh… Nunca cristianos de etiqueta, cristianos de verdad y de corazón. Ser cristiano es vivir y testimoniar la fe en la oración, en las obras de caridad, en la promoción de la justicia, cumpliendo el bien. Por la puerta angosta que es Cristo tiene que pasar toda nuestra vida.” CIUDAD DEL VATICANO, 25 de agosto de 2013
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o “Vivimos en una época de crisis que afecta a muchas áreas de la vida, no sólo la economía, las finanzas, la seguridad alimentaria, el medio ambiente, sino también la del sentido profundo de la vida y los valores fundamentales que la animan. La convivencia humana está marcada por tensiones y conflictos que causan inseguridad y fatiga para encontrar el camino hacia una paz estable. En esta situación tan compleja, donde el horizonte del presente y del futuro parece estar cubierto por nubes amenazantes, se hace aún más urgente el llevar con valentía a todas las realidades, el Evangelio de Cristo, que es anuncio de esperanza, reconciliación, comunión; anuncio de la cercanía de Dios, de su misericordia, de su salvación; anuncio de que el poder del amor de Dios es capaz de vencer las tinieblas del mal y conducir hacia el camino del bien. El hombre de nuestro tiempo necesita una luz fuerte que ilumine su camino y que sólo el encuentro con Cristo puede darle. Traigamos a este mundo, a través de nuestro testimonio, con amor, la esperanza que se nos da por la fe.” Fragmento del mensaje del santo padre Francisco por la 87ª Jornada Mundial de las Misiones que se celebra el 20 de octubre, cerca de la clausura del Año de la Fe. CIUDAD DEL VATICANO, 06 de agosto de 2013
o “Creo que este es el tiempo de la misericordia. Este cambio de época, también con muchos problemas de la Iglesia –como un mal testimonio de algunos presbíteros, incluso los problemas de corrupción en la Iglesia, también el problema del clericalismo, por ejemplo–, han dejado muchos heridos, muchos heridos. Y la Iglesia es Madre: debe ir a curar a los heridos, con misericordia. Pero si el Señor no se cansa de perdonar, no tenemos otra opción que esto: en primer lugar, atender a los heridos. Es madre, la Iglesia, y debe ir por este camino de la misericordia. Y encontrar una misericordia para todos. Pero creo que, cuando el hijo pródigo ha vuelto a casa, el padre no le dijo: “Pero, tú, escucha, siéntate: ¿qué hiciste con el dinero?”. ¡No! ¡Hizo fiesta! Luego, tal vez, cuando el hijo ha querido hablar, ha hablado. La Iglesia tiene que hacerlo así. Cuando hay alguien… no solo esperarlo: ¡hay que ir a buscarlo! Esta es la misericordia. Y creo que este es un kairós: este tiempo es un kairós de misericordia. Pero esta primera intuición la tenía Juan Pablo II, cuando comenzó con Faustina Kowalska, la Divina Misericordia… tenía algo, se dio cuenta de que era una necesidad de este tiempo.” Palabras del Papa Francisco sobre la Divina Misecordia, una vez finalizada la JMJ; en la Rueda de prensa posterior durante el vuelo de regreso a Roma. CIUDAD DEL VATICANO, 30 de julio de 2013
o “También en nuestra vida cristiana, queridos hermanos y hermanas, oración y acción están siempre profundamente unidas. Una oración que no lleva a la acción concreta hacia el hermano pobre, enfermo, necesitado de ayuda, en dificultad, es una oración estéril e incompleta. Pero del mismo modo, cuando en el servicio eclesial se está atento solo al hacer, se da más peso a las cosas, a las funciones, a las estructuras, y se olvida de la centralidad de Cristo, no se reserva tiempo para el diálogo con Él en la oración, se corre el riesgo de servirse a sí mismo y no a Dios presente en el hermano necesitado. San Benito resumía el estilo de vida que indicaba a sus monjes en dos palabras: “ora et labora”, reza y trabaja. Y de la contemplación, de una fuerte relación de amistad con el Señor que nace en nosotros la capacidad de vivir y de llevar al amor de Dios, su misericordia, su ternura hacia los otros. Y también nuestro trabajo con el hermano necesitado, nuestro trabajo de caridad y de obras de misericordia nos lleva al Señor, porque nosotros miramos precisamente al Señor en el hermano y la hermana necesitado.” Palabras del papa en el Ángelus en la plaza de San Pedro. CIUDAD DEL VATICANO, 21 de julio de 2013
o “Quisiera que hoy –prosiguió Francisco–, todos nosotros, por cinco minutos, no más, durante el día, tomemos la biblia y lentamente dijéramos el salmo 102, leído entre las dos lecturas de hoy: ‘Bendice al Señor, alma mía, alabe todo mi ser su santo Nombre. Y no olvide ninguno de sus beneficios. Él perdona todas tus ofensas y te cura de todas tus dolencias, rescata tu vida de la tumba, te corona de amor y de misericordia’… Y con eso vamos a aprender las cosas que debemos decirle al Señor cuando le pidamos una gracia. ‘Tú que eres misericordioso, Tú que perdonas, concédeme esta gracia’: como lo había hecho Abraham y como lo hizo Moisés. Sigamos adelante con la oración, valientes y con estos argumentos que vienen desde el corazón de Dios”. Palabras del papa Francisco en la misa de la Casa Santa Marta. ROMA, 01 de julio de 2013
o “Pablo de joven era enemigo de los cristianos, y cuando Cristo Resucitado lo llamó en el camino de Damasco su vida fue transformada: ¡Comprendió que Jesús no estaba muerto, sino vivo, y que lo amaba también a él, que era su enemigo! He aquí la experiencia de la misericordia, del perdón de Dios en Jesucristo: esta es la Buena Noticia, el Evangelio que Pedro y Pablo han experimentado en sí mismos y por el cual han dado su vida.” […] “Misericordia, perdón, el Señor siempre nos perdona, el Señor tiene misericordia, es misericordioso, tiene un corazón misericordioso y nos espera siempre.” […] “Queridos hermanos, ¡qué alegría creer en un Dios que es todo amor, todo gracia! Esta es la fe que Pedro y Pablo han recibido de Cristo y han transmitido a la Iglesia. Alabemos al Señor por estos dos gloriosos testigos, y como ellos, dejémonos conquistar por Cristo, por la misericordia de Cristo.” Palabras del papa durante el ángelus desde el estudio pontificio. CIUDAD DEL VATICANO, 29 de junio de 2013
o “Sostenidos por esta certeza, que viene de la Revelación, tengamos el valor, la audacia de salir de nosotros mismos, de nuestra comunidad para ir allí donde los hombres y las mujeres viven, trabajan y sufren y anunciarles la misericordia del Padre que se dio a conocer a los hombres en Jesús de Nazaret… Recordemos siempre, sin embargo, que el Adversario quiere mantener a los hombres separados de Dios y para ello infunde en los corazones la decepción cuando no vemos inmediatamente recompensado nuestro compromiso apostólico”. Fragmento de la homilía del papa Francisco en el congreso de la diócesis de Roma. CIUDAD DEL VATICANO, 18 de junio de 2013
o “Jesús es la encarnación del Dios vivo, el que trae la vida, ante tantas obras de muerte, ante el pecado, el egoísmo, el cerrarse en sí mismos. Jesús acoge, ama, levanta, anima, perdona y da nuevamente la fuerza para caminar, devuelve la vida. Vemos en todo el Evangelio cómo Jesús trae con gestos y palabras la vida de Dios que transforma. Es la experiencia de la mujer que unge los pies del Señor con perfume: se siente comprendida, amada, y responde con un gesto de amor, se deja tocar por la misericordia de Dios y obtiene el perdón, comienza una vida nueva. Dios el Viviente es misericordioso ¿están de acuerdo? ¡Digámoslo juntos: Dios el Viviente es misericordioso! ¡Dios el Viviente es misericordioso! Otra vez: ¡Dios el Viviente es misericordioso!” […] “Queridos hermanos y hermanas, miremos a Dios como al Dios de la vida, miremos su ley, el mensaje del Evangelio, como una vida de libertad. El Dios vivo nos hace libres. Digamos sí al amor y no al egoísmo, digamos sí a la vida y no a la muerte, digamos sí a la libertad y no a la esclavitud de tantos ídolos de nuestro tiempo; en una palabra, digamos sí a Dios, que es amor, vida y libertad, y nunca defrauda (cf. 1 Jn 4,8, Jn 11,25, Jn 8,32). A dios, que es el Evangelium Vitae. CIUDAD DEL VATICANO, 16 de junio de 2013
Esperando que estas reflexiones enriquezcan nuestra fe y nuestro amor a Dios. Le reitero invitación de cada año a participar de esa humilde fiesta de la Misericordia. Iniciando el viernes Santo A LAS TRES DE LA TARDE, con la novena. Recuerden que para cada día hay una intención muy especial.