Con motivo de las acaloradas protestas femeninas de la semana anterior en la ciudad de México, se volvió a poner en primera plana el tema que, en los recientes años, no ha dejado de aparecer. Los derechos de las mujeres, la igualdad de género, la equidad, etc.
México, desde tiempo atrás, ha sido un país donde las mujeres toman las decisiones más importantes, en el hogar, recientemente, en algunas oficinas públicas o privadas, esto por la incapacidad de la mayoría de los hombres, actuales y de antaño, por la mala costumbre, de señalar que ellos trabajan y que las mujeres se encargan de los hijos y el hogar. Esto ha provocado lo que estamos viviendo, un país atrasado, un país económicamente pobre, socialmente perdido, culturalmente desubicado.
Pese a tener el control del hogar, de los hijos, en los recientes tiempos han surgido movimientos feministas, aduciendo que quieren ocupar más espacios, sobre todo, en el ámbito político. Los gobiernos anteriores y el actual han accedido a esas pretensiones, al grado de estar plasmado en ley la obligatoriedad de otorgar espacios políticos, de elección por voto directo, a la mitad de hombres y mujeres, es decir, estamos en el centro de la igualdad. Sin embargo, las mujeres, con sus acciones, sus comentarios, están buscando romper esa paridad y rebasar el límite sano que cualquier equilibrio requiere. Lo correcto es que se los ganen, demostrando que lo merecen.
Golpes, asesinatos, ocurren a diario en cualquier rincón del país, pero con las ideas feministas actuales, que golpeen o asesinen a un hombre, es normal, no importa, se lo merece, lo tiene bien ganado. Pero en cambio, cuando eso pasa con una mujer, se arma un escándalo mediático, es la víctima inocente, no lo merecía, no tenía por qué pasar, y exigen a las autoridades y al gobierno justicia para la víctima y seguridad para las demás. ¿Dónde queda la equidad, la igualdad?
Con eso, solo muestran que son egoístas, que solo se interesan ellas y los hombres, incluidos sus hijos, cuando tienen y que van a crecer, no importan.
Así son las mujeres, todo quieren para ellas, beneficios, derechos, dinero y no se fijan en lo que los hombres también necesitan lo mismo o hasta más. La mujer tiene el arma más poderosa en sí misma, esa arma les puede abrir cualquier puerta que deseen, aunque lo hagan y después se retracten y acusen al hombre de haberlas acosado, obligado, violentado, esa arma, su vagina. El mundo se mueve a través del sexo. Por el sexo han caído imperios, países, gobiernos, políticos. Tengo que admitir que el sexo, es la mayor debilidad del hombre. Sin embargo, hay países con mayor capacidad mental que viven mejor, que no son tan pobres, ni mucho menos, como estamos los mexicanos.
Inteligente lector, ten la capacidad de discernir, que los golpes, accidentes y muertes, ocurren por la falta de previsión de, por lo menos, una de las partes y nada tiene que ver con el machismo o el feminismo, y mucho menos tiene que ver con un ataque frontal hacia las mujeres, porque también eso les sucede a muchos hombres. Pero eso a pocos les preocupa.
Esas son las definiciones de ambos términos, femenina es cualquier mujer, por el simple hecho de serlo, feminista, solo aquellas que persiguen esta doctrina y movimiento. No hay que confundirlos.
Femenino: Que tiene órganos para ser fecundado.
Feminismo: Doctrina y movimiento social que pide para la mujer el reconocimiento de unas capacidades y unos derechos que tradicionalmente han estado reservados para los hombres.
Retomando el tema, hemos escuchado y más de alguno, hasta lo ha repetido, que la vestimenta no tiene que ver con lo que les sucede a ciertas mujeres, que van desde piropos suaves, fuertes, hasta tocamientos, jaloneos y lo peor, la violación y muerte. Pero, detente a analizar, amable lector, que eso por supuesto es un elemento principal, para que algo suceda, claro que tiene que ver con la hora, el lugar, el entorno, la compañía o ausencia de ella. Pero por supuesto, que la ropa tiene que ver en primera instancia, porque un hombre lo primero que observa es la forma en que se viste una mujer, a partir de ahí se sacan las conclusiones del tipo de mujer que es. Existen muchas, muchísimas mujeres que jamás han sido molestadas por ningún hombre, esto tiene que ver con su vestir. No puede una mujer vestirse con minifalda o mini short, andar en altas horas de la noche sola o hasta acompañada, en un lugar inseguro, alcoholizada o drogada, sin que haya altas probabilidades de ser víctima de algún hecho leve o grave.
Claro que se pueden vestir como deseen, pero, tienen que observar otros detalles del entorno, porque no se puede andar por todos lados vestido igual. Incluso a los hombres nos pasa.
Hasta el momento, no he visto ni sabido de algún empleo o lugar que prefieran a un hombre sobre una mujer, todo tiene que ver con la preparación, capacidad y experiencia, pero las mujeres y su movimiento feminista no quieren recorrer los caminos necesarios, quieren llegar directo y sin escalas, esto encierra, en realidad ese movimiento, porque siempre se han sentido superiores a los hombres y esto no es la excepción. Si de verdad quieren las mujeres respeto, que empiecen por respetar a los hombres. Porque ni todas las mujeres son buenas, ni todos los hombres son iguales, ni malos, hay que evitar las falsas etiquetas y respetarnos mutuamente. ¿No lo crees?