Lic. Alfredo Castañeda Flores ANALISTA
25 AGOSTO 2024.-Estamos en la antesala del llamado mes del orgullo mexicano, porque curiosamente se celebra tanto el inicio de la independencia (16 de septiembre), que es lo que más algarabía causa a la mayoría y la culminación de la misma (27 de septiembre) que prácticamente nadie recuerda, ni mucho menos festeja. Además de que, en Michoacán, resulta al revés, el 30 de septiembre fecha del aniversario del natalicio de José María Morelos y Pavón, se celebra a lo grande. Un caso atípico. Por ser nuestro máximo héroe y representante nacional.
Ya podemos observar en muchas calles de cualquier rincón del país, la venta de detalles y souvenirs alusivos a las llamadas fiestas patrias, banderas, sombreros, bigotes, paliacates, pendones, escudos, cornetas, pines, tambores, y más que la gente compra, pese a tener eso ya en su casa, aunque también es un dato curioso y ¿preocupante?, que cada año, hay menos población que adorna sus casas con algo representativo tricolor. Lo hacen las dependencias de los tres niveles de gobierno, las escuelas, y eso, porque las primeras, tienen un presupuesto asignado para ello y las segundas, porque les piden a los padres de familia, cooperación en efectivo o en especie para adornar, pero la gente común, cada vez lo hace menos.
Eso es justificado hasta cierto punto, además de que a nadie le preocupa la escasez de patriotismo nacional, mucho menos al gobierno, que se dedica a todo, menos a fomentar el amor a la patria.
Como dije, es justificable, porque la niñez y juventud de la actualidad ya no tiene ese amor a nada, mucho menos a una bandera que en las competencias internacionales importantes, no ondea, porque cada vez hay menos victorias y/o logros en ningún ámbito mundial. Caso reciente, los juegos olímpicos, desde Londres 2012, que se ganó una medalla de oro en futbol (algo realmente histórico, porque a pesar de ser el deporte que más dinero genera y derrocha en México, no se gana nada importante), van tres eventos seguidos que no se ha logrado un oro olímpico (2016, 2020 y 2024) y eso desanima a cualquiera, aplicando la frase pambolera: “jugaron como nunca y perdieron como siempre”.
Además de que la situación económica, social, cultural y política en general, va de mal en peor, para todos y cada uno, sea en lo individual como en lo colectivo, la gente tiene que pensar en otras cosas primero, antes en que debemos sentir orgullo de ser mexicanos, lo cual sinceramente, no sirve de nada, porque son solo palabras vacías, ¿Qué somos o tenemos para sentirnos orgullosos? Nada. A nivel mundial, somos vistos como lo que aquí internamente nos negamos a admitir. Que somos un puñado de desubicados, sin talentos y todo lo que dice Donald Trump en sus mítines de campaña, pasada y actual.
Cada vez hay menos gente preparada, dejan la primaria, la secundaria, el bachillerato y muy pocos la licenciatura, trunca, con el pretexto de que no tienen dinero para estudiar. Eso siempre ha existido y antes fuimos más los que concluimos estudios medio y superiores, la realidad es que los niños y jóvenes de la actualidad, son más flojos, más holgazanes, más haraganes, que ya no quieren tener responsabilidad, no quieren ser metidos al orden que implica el estudio en serio, se les hace fácil truncar su vida y todo lo que ello conlleva, creyendo que así donde se queden, el dinero fluirá en sus vidas y lamentablemente así es, porque sin preparación para nada, son aceptados en cualquier empleo, porque según ellos, cualquier oficio lo aprenden, ajá, y al comenzar a ganar y tener dinero, sepulta por completo cualquier aspiración de seguir estudiando, de seguirse superando individualmente. Teniendo que vivir así, el resto de su vida. Sin metas, ni objetivos importantes y claros, peor aún, cuando la hormona domina más que la neurona, llegan las mujeres, los hijos y todo se complica aun más.
Por supuesto que eso le cae como anillo al dedo al gobierno y sus representantes, principalmente al actual y su continuidad (tristemente), porque entre menos aprenda, cuanto menos entienda la gente, más manipulables son y, por consiguiente, no se politizan, incluso hasta los defienden sin saber por qué. Eso aunado a las dádivas de dinero público que, disfrazados de programas sociales, otorgan a varios sectores de la sociedad, en lugar de ser utilizado para beneficios colectivos, comunes. Aunque se endeude al país, porque el dinero se está acabando. Entre corrupción, robos y regalos disfrazados, aunque ahora en el discurso oficial nada de eso exista.
Este sexenio, también ha contribuido a que la gente se vuelva más sinvergüenza, más cínica y mediocre, porque como todas las mañanas ven, cómo el discurso oficial, niega lo evidente, lo trasladan y aplican a su vida personal. Así que hacen las cosas y simple y sencillamente lo niegan, aunque sea frente al afectado y los testigos, además de que no hay ley, autoridad que defienda a los ciudadanos honestos que aun quedan, saben que no les harán nada. Y eso aun puede empeorar con la inminente aplicación del llamado Plan C, que consiste en la reforma judicial, que tanto a devaluado nuestro siempre débil peso mexicano e incrementado los precios de todo.
Pero la ya hoy presidenta electa no se cansa de decir y confirmar que, pese a todo, la reforma VA. Eso en ningún país que no sea dictadura, se ha visto, elegir por voto a jueces, magistrados y ministros. Hazme el refabrón cavor, si no sabemos elegir a un alcalde, diputado, senador, gobernador y presidente, menos a quien debe impartir justicia. Estamos a unos días, quizás horas de que se dirima en el INE la repartición de curules y escaños del Congreso federal, por lo que se esperan peores nubarrones económicos, políticos y sociales, si confirman la sobrerrepresentación que ya planteó el gobierno federal, vía la secretaria de Gobernación.
A nivel mundial, nunca hemos sido visto como un digno ejemplo de algo, pero dados los recientes acontecimientos, esas dudas se han confirmado y la animadversión se ha incrementado, incluso hasta los más altos niveles políticos, por la postura ante el conflicto poselectoral de Venezuela y la captura de dos presuntos capos que no queda completamente aclarada. Algún encumbrado va a caer. Al tiempo.
A nivel nacional, el teatro armado por la Fiscalía de la CDMX para defender, de una detención, al ex gobernador panista de Chihuahua, Javier Corral Jurado, hoy dignificado y beatificado por el manto morenista, bendecido mediante una senaduría que le dará amparo y protección por los siguientes seis años. Todo eso y lo sucedido en el pasado, han propiciado que la gente de a pie, esa que tiene que salir a trabajar todos los días para medio vivir, se olviden de su amor a la patria que los tiene en el abandono como seres humanos, en lugar de buscar mecanismos que los ayuden a salir adelante. Les preocupa más sobrevivir que sentir orgullo de algo que solo en el papel se lee bonito, pero la realidad es completamente diferente. ¿Y tú?