El compromiso es lo que hace que una promesa se haga realidad. Junto con la responsabilidad, es el puente que une lo que se quiere lograr y las metas a alcanzar. Una persona comprometida no sólo cumple con una obligación, aprovecha sus capacidades y supera esfuerzos para lograr su propósito personal.
El valor del compromiso se aprende en la niñez tardía. Pero es posible más tarde en la vida realizar acciones para tener mayor compromiso con uno mismo y con la sociedad: dejando de poner excusas y no quejarse, así como practicando la autodisciplina.Como cada año y sobretodo, hablando del ciclo escolar, estamos en la etapa en la que muchos estudiantes terminan un nivel educativo (llámese preescolar, primaria, secundaria, bachillerato, carrera técnica, licenciatura, especialidad, maestría y/o doctorado) y el inicio del siguiente peldaño, aunque por decisión personal, por saturación, por falta de espacios y escuelas, por cuestiones económicas, etcétera, cada escalón va dejando a muchos prospectos en el camino. Sin embargo, a los que les toca cambio de escuela, les resulta cargado de adrenalina andar buscando un lugar para sus hijos, peleando hasta el mínimo espacio para colocarlos en escuelas públicas y no pasar a ser parte del negocio de las escuelas particulares, que cada día son más y menor el nivel educativo que éstas imparten.
Amable lector, ¿quieres que tu hijo estudie? Cultiva en él el amor al aprendizaje.
Si durante mucho tiempo se pensó que la letra con sangre entra, los sicólogos de hoy insisten que el amor es la verdadera llave del aprendizaje.
El peor error de un padre o tutor es tratar de obligar a los hijos a estudiar con la presión de sacar buenas calificaciones. En cambio, cuando se logras que el niño se interese en el estudio, se obtienen resultados muy superiores y, sobretodo, satisfactorios.
No es fácil lograrlo. Los niños y adolescentes suelen estar en rebeldía frente a los padres. El rechazo al estudio es una forma de expresarlo. Los padres no deben castigar al niño por no estudiar. El reforzamiento positivo, alabarlo por ejemplo por las cosas que hace bien, es la forma más eficaz para lograr el interés. Cuando el padre se sienta con el niño y lo ayuda en el estudio, promueve una reacción positiva. Dejar al chiquillo que estudie por su cuenta permite que éste pierda el tiempo o se distraiga fácilmente en lugar de estudiar o hacer su tarea. Muchos padres sienten no tener el suficiente conocimiento porque tampoco estudiaron, pero el sólo hecho de estar sentados acompañando al niño, es un motivador eficiente.
Cada niño o joven es distinto, sin duda alguna. Los padres deben buscar las claves de cada uno y motivarlos. Pero es importante entender que el aprendizaje surge del amor por descubrir el mundo y sus secretos y no del castigo.
La unión de voluntades para ayudar a quien se encuentra en desventaja, en este caso los hijos, por la edad, y promover el bien común puede transformar su vida, su futuro, su vida de adulto. Lo que ayuda es lo que uno hace, no lo que se dice. Los hijos son reflejo de sus padres, y tarde o temprano, sin lugar a dudas, van a actuar como los ejemplos que vieron y vivieron en su hogar, y es cuando los padres buscan a los culpables de esas conductas que ellos enseñaron.
Lo anterior es el primer paso y el más importante, sin embargo, el segundo paso, que corresponde al Estado mexicano, falta mucho por hacer: se necesita un sistema educativo que impulse a los alumnos a aprender, dinero bien utilizado para las escuelas, profesores bien preparados y padres de familia participativos.
Los años escolares son clave para desarrollar capacidades de expresión clara, pensamiento crítico y elementos que permiten la independencia económica en un marco laboral estable.
Por eso, en este inicio de ciclo escolar, como papás es muy importante involucrarnos en las actividades académicas de nuestros hijos: estar al pendiente de que siempre tengan clases, preguntarles qué es lo que están aprendiendo y tener conversaciones con los maestros. Esto hace la diferencia y aumenta la probabilidad de que sean más los que terminen una carrera universitaria en el país. Lo que a su vez los aleja de los vicios, adicciones y de formar parejas disfuncionales, que no tienen un futuro prometedor.
No hay logro pequeño, así que en este regreso a clases (10 de agosto en las universidades, 17 de agosto en los bachilleratos y el 24 de agosto los demás niveles), intenta practicar tu compromiso con acciones pequeñas y verás cómo tu desempeño será cada vez mejor, en el lado que te toque estar, como padre o como alumno. ¡¡¡Mucho éxito!!!