Los pelos necios, diría mi abuela, y los tatuajes en los brazos, fue lo primero que vi al llegar a la Plazuela de Santo Niño, jóvenes en su mayoría esperaban expectantes el inicio del evento convocado por Gabriel Aguilar Ramírez, compositor y músico terracalenteño que, junto con el Doctor Carlos Jiménez Macías, forman parte de un grupo literario en Tacámbaro.
Resuenan las cuerdas del tololoche, las guitarras y el violín del grupo Curicaveri, adolescentes encargados de ambientar el acontecimiento como alertando a los invitados que era hora de iniciar. Poco a poco las personas se fueron acercando a sus sillas, aunque pocos, muy atentos esperaban.Era nada menos que la presentación de una novela del escritor toluqueño Alfonso Guzmán, un joven de 34 años dedicado a los medios, pero muy interesado en esta ocasión de reflejar la realidad de su ciudad natal con todos los problemas de se viven a diario, secuestros, narcotráfico y otras atrocidades que muchas veces los medios no informan.
En “Los geranios y la nieve” puede sentirse la desesperación, el miedo y la violencia. La historia gira alrededor de cuatro personajes: Marla, una mujer intelectual que pesa 280 kilos, un novio que la idolatra y hace todo por ella, pero la joven grotesca está harta de los hombres. Ahora investiga cómo se puede tener sexo con perros, específicamente con la raza rottweiler y con ello mostrar la deshumanización a la que se ha llegado.
El personaje del Gordo Henry es un pederasta estadounidense que ha llegado, hace unos años, a la ciudad de Toluca para convertirse en un respetable profesor de inglés en una escuela de paga. Nada tonto. El pedófilo siempre busca estar cerca de las niñas. El problema es que Mr. Henry no solo se excita sexualmente con ellas. También, las viola, tortura, mata, y desaparece, conservando sus restos óseos como trofeos de caza.
Cada uno de los personajes tiene sus demonios internos y luchan por defender lo que creen que está bien, poesía negra que se convierte en prosa que construye una historia. Historia que se entrelaza con las otras, con las de los demás personajes, que construyen la novela editada por Diablura Ediciones.
Hacer esta historia le llevó a Alfonso Guzmán alrededor de dos años y, dice, es una de las que más le ha costado hacer, porque quería sustentarla lo mejor posible. La historia nace a raíz de entrevistas en la calle de personas que tienen que pagar cuotas al narcotráfico, de un asesinato de un amigo que al parecer fue perpetrado con maldad. Toluca es la ciudad que se ha perdido, la vida nocturna, la peligrosidad de sus calles, los tiroteos, el incremento de la violencia de la mujer, dice Guzmán, “una ciudad que he perdido”.
La novela ya se ha presentado en Zamora en el centro regional de las artes, en Morelia en el museo del estado de Michoacán.
Después de aquella magistral presentación tocó el turno de Armando Salgado, un joven poeta de 28 años de edad originario de Uruapan. Ganador de los Premios Nacional de Literatura Joven “Salvador Gallardo Dávalos” en 2012 por el poemario Azogue Suite, del Nacional de Poesía “Alfonso Vidal” en 2011 por Corvus Suvroc, del Michoacán de Ópera Prima de Poesía en 2011 por Liturgia y del Michoacán Ópera Prima de Narrativa 2011 por Variaciones de una vida Rota.
“Se dice que la literatura sirve para identificar el proceso en el que estamos viviendo”, dice Armando Salgado, recordando a un director de la Facultad de Letras en una conferencia, el cual se atrevió a decir que la literatura puede aún identificarnos y reconocernos más que la propia historia.
Agradeció de manera muy personal al Doctor Carlos Jiménez, quien hace poco también, en el mismo lugar, había presentado su libro de poesía denominado “Entre Cantera y Palmeras”.
Fiebrerías es un libro muy personal y muy íntimo como lo explica su autor, el cual se siente doblemente feliz de presentarlo en nuestra ciudad debido a que su familia materna es oriunda de Tacámbaro. Es un libro compuesto por dos capítulos donde se habla de la pérdida, en el primero se presenta la figura evocativa que tiene el gato, visto como mascota.
Con este poemario, el escritor michoacano pretende reflejar la vida consumista en la que estamos inmersos producto de la globalización, rescatando la imagen sensual del animal (gato) que dentro de nuestra propia humanidad, que de percibirse pueden ser detalles hermosos dentro de la vida misma. Aquí se conjugan la imagen del hombre y del animal y la pérdida que nos rodea como seres humanos en nuestras decisiones.
La segunda parte trata del desencanto que tenemos en cualquier evento, proceso o circunstancia de la vida, el autor lo describe como un momento de ruptura, donde el personaje siente que lo pierde todo y lo redacta en una carta a manera de poema donde recuerda esos varios conflictos internos, como cuando uno tiene ciertos desprendimientos o quebrantos que nos marcan a lo largo de la vida.
“Recargo mi libro con poemas de metal. Juego a la ruleta rusa. Agito el ruido del océano: mi cabeza gira como un revólver y el mar se inhala tan rojo al reventar mis venas frente al despeñadero…”
Momentos después Carlos Jiménez Macías tomó el micrófono para agradecer la magia, el temperamento y el profesionalismo de los invitados por presentarnos sus obras que sin duda alguna dijo, infunden confianza y respeto.
El poeta Armando Salgado ya con 6 obras publicadas está más enfocado en leer que en escribir, está lejos de quedarse sin proyectos creativos. En febrero de 2015 publicará “Cofre de Pájaro Muerto” a través de Ediciones Punto de Partida, un consejo editorial para jóvenes que tiene la Universidad Autónoma de México.
Aunque la presentación empezó con un frío intenso, minutos después el frío se nos olvidó, no sé si por la calidez de los presentes o por aquellas probadas de mezcal y tequila que pudimos degustar.
También estuvieron Jorge Herrera de diablura Ediciones, la poeta Cecilia Juárez y el presentador Ramón Lara.
Este evento fue quizá el punto de partida para el inicio de una serie de eventos culturales que se darán en Tacámbaro y que al parecer no necesitó de apoyo de instituciones o de la Presidencia Municipal, quienes brillaron por su ausencia…