Esta semana iniciamos tema relacionado con el hígado y las enfermedades a que está expuesto y nos enfocaremos a la que le provocamos con el consumo excesivo de alcohol. Como se puede observar, los enemigos del hígado son muy abundantes y estos son solo algunos de ellos.
No conformes con ello, frecuentemente lo agredimos con nuestro comportamiento: comidas abundantes ricas en grasas, diversas sustancias tóxicas como alcohol y otras drogas, medicamentos no prescritos por médicos y de consumo crónico, otras veces, y sin que sea la intención, como cuando por accidente se consumen alimentos descompuestos, hongos o plantas venenosas, etc.De esta forma, en muchas ocasiones, nosotros mismos somos el peor enemigo de nuestro propio hígado y si el hígado enferma, nuestra salud está en riesgo. Por todo esto es que en esta ocasión escribo sobre una de las enfermedades más comunes del hígado y que es altamente prevenible.
ENFERMEDAD HEPATICA ALCOHOLICA.- Es una enfermedad del hígado que afecta su funcionamiento debido al consumo excesivo de alcohol. Esta enfermedad ocurre años después de consumirlo en cantidades importantes y frecuentes, incluso sin llegar a la embriaguez y se desarrolla en relación inversa a la cantidad de alcohol y tiempo de consumo, es decir, a mayor cantidad y mayor tiempo de consumo, menor tiempo para que se presente la enfermedad.
¿Qué es lo que se produce con el consumo de alcohol? –En principio un proceso inflamatorio (hepatitis alcohólica), lo que conduce a la muerte de su tejido (hepatocitos), consecuentemente a su cicatrización (cirrosis) con deformidad de los sinusoides hepáticos y como consecuencia hipertensión portal acompañada de deficiencia hepática que culmina como insuficiencia hepática. El hígado pierde su consistencia blanda y se vuelve duro y pequeño (cirrótico).
Los fenómenos infecciosos, tóxicos e inflamatorios, entre otros muchos, provocan la destrucción de los lobulillos hepáticos y de los espacios porta (ya mencionamos que aquí hay circulación sanguínea), al cicatrizar presiona estos espacios y dificulta la circulación, lo que ocasiona la hipertensión portal que obstruye parcialmente el flujo sanguíneo, causando lesiones severas que pueden terminar con la vida del paciente.
SINTOMAS.- Entre los más frecuentes están: deshidratación (boca seca, aumento de la sed), fatiga fácil, ictericia (piel y ojos amarillos), inapetencia (falta de hambre), náuseas, edema (hinchazón) en piernas y que después tiende a generalizarse, ascitis (líquido en la cavidad abdominal y que está asociada a la cirrosis), pérdida de peso.
EN LA PIEL SE PUEDE PRESENTAR: Alteraciones en el color de la piel, color terroso (grisáceo), pálida, muy oscura o amarillenta, pies y manos muy enrojecidas, venas en tela de araña (telangiectasias), venas en cabeza de medusa (venas inflamadas alrededor del ombligo que simulan este ser mitológico Griego), ictericia (coloración amarillenta en ojos y en piel).
SANGRADO ANORMAL, evacuaciones sanguinolentas, negras o cafés (melena), sangrados por nariz o de encías, vómitos de sangre negruzca (hematemesis).
SÍNTOMAS CEREBRALES Y DEL SISTEMA NERVIOSO.- Agitación o irritabilidad fácil, cambios bruscos del estado de ánimo, confusión mental, alucinaciones, alteraciones de la memoria, dolor, entumecimiento, hormigueos en cualquier parte del cuerpo y sin causa aparente, falta de concentración, movimientos lentos y torpes, mareos y desvanecimientos, principalmente cuando se está de pie.
Los cuatro elementos más destacados en las manifestaciones clínicas son: La ictericia, hemorragias gastrointestinales, ascitis e insuficiencia hepática.
Recordemos ahora que lo mencionado solo es una de las causas que pueden dañar (enfermar) a nuestro hígado, pero en principio mencionamos diversas causas, como los diversos tipos de hepatitis, drogas legales e ilegales, tóxicos, venenos, etc., sin olvidar que solo tenemos un hígado y si enferma o muere nuestro destino es el mismo.
¿Tiene remedio, existe curación? Dependiendo de la causa, si el problema es por la forma de beber y si se detecta y atiende oportunamente, existen tratamientos médicos con altas probabilidades de mejoría. Para otras causas también existen tratamientos, pero por ahora no se tratarán, ya que dependiendo de la causa es su manejo.
¿Vale la pena cuidarlo? ¿Llevar una vida sana? ¿Vigilar lo que consumimos? ¿Evitar el alcoholismo? ¡¡¡DEFINITIVAMENTE…. SÍ!!!!