20 abril, 2025
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En busca de un estadista para Michoacán

Sí, es conocido que los estadistas no se dan en maceta, pero es el caso que Michoacán necesita con urgencia un estadista al frente del gobierno. ¿Dónde encontraremos uno, para que conduzca a mejor puerto los destinos de nuestro subdesarrollado, adolorido y neocolonizado Michoacán, distinto al que nos han llevado los últimos gobernantes?

De los candidatos que suenan con mayor insistencia para contender por la gubernatura de Michoacán, ¿usted le ve a alguno de ellos pasta de estadista?

Bueno, va a depender de lo que entendamos por estadista, porque ciertamente no estoy pensando en el tipo de estadista que supuestamente es Enrique Peña Nieto, a quien en septiembre pasado la Fundación Appeal of Conscience le dio en Nueva York el Premio Estadista Mundial 2014, “por su sólido liderazgo, su visión innovadora, su participación en la responsabilidad global y compromiso con el desarrollo económico y social, la paz y la cooperación internacional e intercultural basada en los derechos humanos, la libertad y la tolerancia… o por su liderazgo y por tomar decisiones que han dado un decidido impulso hacia adelante a su país y a su pueblo…”

Imagínense, en ese mismo tenor declararon a Luis Videgaray, secretario de Hacienda y Crédito Público, Ministro de Finanzas del Año 2014, al tiempo que los mexicanos sufrimos la mala conducción económica reflejada en nulo crecimiento económico, devaluaciones del peso, caída del precio del petróleo (ah pero eso sí, gasolina y gas por los cielos), el salario mínimo más bajo de América Latina, etcétera. En todo caso preguntar: ¿estadista para quién?, ¿Ministro de Finanzas del Año, para quién?, pues los que están detrás de las premiaciones son los organismos financieros internacionales, los consorcios internacionales del petróleo, etcétera. Como están las cosas, es impensable que nuestro secretario de Hacienda se atreva a salir a la calle a lucir en la solapa su corcholata de Ministro de Finanzas 2014.

No, estoy pensando en otro tipo de estadistas. De esos precisamente que no se dan en maceta, pues los que saben de esto dicen que en todo el siglo pasado sólo hubo uno, que es don Lázaro Cárdenas del Río. Aunque en su artículo Lázaro Cárdenas o cuando había estadistas (Reforma, 28/02/2008), el doctor Lorenzo Meyer reconoce dos: Venustiano Carranza y el propio general michoacano.

En él nos dice que “la última vez que hubo un estadista en la Presidencia de México fue hace casi setenta años. Y los resultados fueron estupendos…” Y abunda: … “En materia internacional, la Revolución Mexicana propició que personajes con poca educación formal y sin experiencia en asuntos del gran contexto mundial, pero con convicciones y voluntad política, actuaran como auténticos estadistas. Y ése fue justamente el caso de Venustiano Carranza –orientado hacia la derecha- y Lázaro Cárdenas, con una visión de izquierda… Y no obstante sus escasos elementos de poder material, ambos lograron imponer el interés nacional mexicano por sobre el de las grandes potencias extranjeras…”

Entonces, el estadista que conviene a los mexicanos es aquél que sirva a nuestros intereses soberanos, nacionales. Había leído, sin recordar la fuente, que también se les reconoce como estadistas a Álvaro Obregón y a Elías Calles, junto a Lázaro Cárdenas, sobre el cuál nadie pone en duda este perfil.

Si nos situamos en Michoacán en la búsqueda de estadistas en el más remoto pasado, encontramos al rey Tariácuri, primer estadista michoacano por ser nada menos que el creador del Estado moderno purépecha, pues antes que él sólo había en este territorio pequeños grupos guerreros que se combatían entre sí. Nada mejor para ilustrar esta aseveración que el libro La conquista divina de Michoacán, del escritor francés Jean Marie Le Clézio, premio Nobel de Literatura 2008 (edición de El Colegio de Michoacán).

Le sigue en el tiempo a Tariácuri el obispo Vasco de Quiroga, que también hizo una efectiva labor de estadista al reconquistar a los tarascos que, dispersos por los montes por la crueldad del conquistador Nuño de Guzmán, con su estilo conciliador repobló comunidades y pueblos, y les dio organización, trabajo y rumbo bajo la inspiración de la Utopía de Tomás Moro. Nada mejor para documentar esta época michoacana que la lectura de La Cuerda floja, de Enrique González Pedrero (Fondo de Cultura Económica), en el capítulo dedicado al obispo de Utopía.

Qué decir de don José María Morelos y Pavón, el estadista que nos dio patria a todos los mexicanos por la acción de su arrojo y genio militar como general de los ejércitos insurgentes, complementada por su visión de hombre de Estado con Los sentimientos de la nación, y que fue capaz de legar a los mexicanos la Constitución de Apatzingán, la primera Constitución de México como nación independiente y soberana.

Grandes políticos nacionales que dieron lustre a Michoacán como hombres de Estado, también fueron gobernantes de la entidad: Melchor Ocampo, Lázaro Cárdenas y Francisco J. Múgica, cuya acción política en Michoacán como gobernadores habrá que estudiar en lo ya escrito y/o propiciar nuevos estudios, a la vez que sobre los demás gobernadores para conocer a fondo nuestra historia política.

El asunto es, que necesitamos un estadista para poner las cosas en su lugar en este territorio de 58 mil 599 kilómetros cuadrados, con grandes recursos naturales: suelos, bosques, agua, minerales; con un amplio y rico patrimonio natural, cultural e histórico; con recursos turísticos diversos: de playas, ecoturísticos, culturales; con un pueblo trabajador que históricamente viene salvando la situación económica desde la práctica de diversos nichos económicos (tradiciones artesanales e industriales en pequeña escala, tradiciones agrícolas, dulceras, culturales, musicales, etcétera), sobreviviendo a gobernantes que no han tenido la visión de potenciarlos para dar pasos sólidos en el camino de su consolidación como fuentes importantes de empleo y de ingresos.

Con todo eso a su favor, Michoacán no merece ocupar los lugares más desventajosos en las estadísticas e indicadores de cuanto tema se nos ocurra, con respecto de la situación que priva en las entidades vecinas: Colima, Jalisco, Guanajuato, Querétaro, Estado de México y Guerrero. Sólo haga una prueba el lector y dese de topes…