15 abril, 2025
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El poder tras el trono…

Lic. Alfredo Castañeda Flores     ANALISTA

6 ABRIL 2025.-México es un país de farsas, burlas, mentiras y manipulación, solo aquellos que de verdad tienen la mente cerrada, lo dudan y lo seguirán dudando. Que tristemente con la mayoría.

 

Pero centrémonos en la política que es la rige todo lo que sucede en el país, al ser un régimen presidencialista, se ha manejado que han salido unos más canijos que la mayoría y estos, una vez sentados en la silla embrujada de Palacio Nacional, esa que posee una águila dorada y construida del mejor material, les cuesta trabajo dejar de ser los mandones, por lo que han colocado a sus alfiles, como sucesores en el cargo, eso, debido a la prohibición de la reelección, que curiosamente, ninguno ha tocado, para modificarla. Quizás porque estando detrás de los peleles que los han sucedido en el cargo, es mejor, porque la ciudadanía, al tener su mentalidad tan pobre, no lo cree, aunque se les explique con peras y manzanas, aunque vean las evidencias, lo continúan dudando. Por eso es que esta forma de gobierno les ha sido tan útil a los que han ocupado el máximo cargo político del país, aunque la mayoría, solo sea de membrete. Pero así se sienten felices y contentos.

 

Me voy a referir a lo sucedido después de la revolución, es decir iniciando el siglo veinte, pasado, mi abuelo, un hombre sabio, me comentaba que el primer cacique, que se engrío con el poder, fue Plutarco Elías Calles y debe serlo, porque le creo, además de que la historia lo plasma en los libros como el Maximato. Luego de la revolución (1910-1920), México se debatió entre diversas tendencias políticas, cada una encabezada por un “hombre fuerte” de la política local. El más importante de ellos fue Álvaro Obregón, militar que había participado en la guerra civil de los años revolucionarios y que fue elegido presidente para el periodo de 1920 a 1924.

 

Como la reelección no era posible, eligió como sucesor a su secretario de Gobernación, Plutarco Elías Calles, quien ganó las elecciones presidenciales y gobernó entre 1924 y 1928. En su gobierno proliferaron las iniciativas nacionales modernas: se creó el Banco de México, se expandió la red de carreteras, se construyeron presas y sistemas de riego y se construyeron numerosas escuelas rurales.

 

Por otro lado, la decisión del gobierno de reducir el número de sacerdotes y establecer reglamentaciones en materia religiosa alimentó las tensiones entre el Estado y la Iglesias, que dieron origen a la guerra cristera entre 1926 y 1929.

 

El expresidente Obregón tenía todavía influencia en la política y promovió una modificación de la Constitución nacional para permitir una reelección. Así, Obregón fue reelecto en 1928 pero no logró asumir debido a que fue asesinado en julio de ese año. Por esta razón, asumió el gobierno interino Emilio Portes Gil (1928-1930), elegido por el Congreso y fuertemente influido por las decisiones políticas de Calles, quien llegó a elegir a los miembros de su gobierno.

 

Este fue el inicio del Maximato, durante el que gobernaron también Pascual Ortiz Rubio (1930-1932), quien fue elegido en elecciones extraordinarias y renunció al cargo, y Abelardo L. Rodríguez (1932-1934), presidente sustituto debido a la renuncia del anterior. Los tres gobiernos anteriores estuvieron sometidos a la voluntad de Calles, un político y militar que fue apodado el “jefe máximo de la Revolución”, fue una figura central en la historia política mexicana después de la Revolución.

 

En ese lapso político se creó un partido que unificó a los sectores que se identificaban con los principios de la Revolución mexicana y que funcionó de hecho como un partido único: el Partido Nacional Revolucionario PNR (antecedente histórico del PRI). De este modo, Calles logró disciplinar a los diversos grupos políticos y caudillos (líderes carismáticos que tenían sus propios seguidores) mediante su integración en un partido dirigido por él mismo. Así, el Maximato es recordado como el gobierno tras bambalinas de “un hombre fuerte” que, a su vez, puso fin a la era de los caudillos en México. Además, fue un periodo en el que el impulso revolucionario de cambio social empezó a disminuir, en parte debido a la crisis económica mundial de 1929 (conocida como la Gran Depresión). Sin embargo, la consolidación institucional tuvo efectos modernizadores y favoreció la estabilidad financiera, lo que tuvo consecuencias importantes para la historia posterior de México. ¿Se necesita suspicacia para creer quien se deshizo de Obregón? Simple duda razonable.

 

El siguiente, fue el paisano Lázaro Cárdenas del Río, quien, gracias al Maximato, fue el que inauguró el periodo presidencial de seis años, que se mantiene hasta nuestros días. La historia de México está marcada por figuras clave que moldearon su rumbo político y social en el siglo XX. Entre estos personajes, Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas del Río se destacan no solo por sus trayectorias individuales, sino también por su compleja relación, que abarcó desde la colaboración hasta confrontación. A través de sus decisiones y estrategias, ambos lideres dejaron una huella profunda en la política mexicana, reflejando las tensiones y desafíos de una nación en transformación.

 

El contexto en el que ambos operaron fue fundamental para entender sus acciones y motivaciones. La Revolución Mexicana, con sus ideales de justicia social y reforma agraria, creó un terreno fértil para que surgieran líderes carismáticos como Calles y Cárdenas. Sin embargo, a medida que el país buscaba consolidar su identidad, las luchas internas por el poder dentro del, hoy PRI y las diferentes visiones sobre el futuro de México llevaron a un choque inevitable entre estos dos hombres, cuyas trayectorias se entrelazaron de manera intrincada.

 

A medida que se profundizaba la crisis política, el papel de la política agraria se volvió un punto focal en su confrontación. La ambiciosa reforma agraria de Cárdenas, destinada a redistribuir la tierra y empoderar a los campesinos (ajá), se encontró con la resistencia de Calles, quien defendía un enfoque más conservador. Las repercusiones de estas batallas políticas no solo alteraron el paisaje político, sino que también impactaron de manera significativa en la vida cotidiana de los mexicanos, generando opiniones diversas sobre ambos líderes que perduran hasta nuestros días. La edad, también fue un elemento importante, Calles era 18 años mayor que Cárdenas, le quitó el control del partido, al grado de llegar a expulsarlo a él y a sus más cercanos. Incluso le cambió el nombre de PNR a PRM Partido de la Revolución Mexicana. Así se mantuvo, gracias a sus cuestionados logros de la reforma agraria y la Expropiación petrolera, hasta su “misteriosa” muerte en 1970. Según una leyenda urbana.

 

El siguiente patriarca fue Luis Echeverría Álvarez, presidente de la República (1970-1976) entre sus principales aportes se mencionan los siguientes:

 

  • Logró crear el instituto Mexicano de Comercio Exterior.
  • Creó nuevas vías para el comercio visitando países en América Latina, Japón, China, Francia y la Unión Soviética, entre otros.
  • Liberó gran cantidad de prisioneros que habían sido arrestados en el año 1968.
  • Redistribuyó grandes cantidades de terrenos entre campesinos.
  • Mejoró y amplió los programas de vivienda, de seguridad social, transporte y de educación.
  • Inició un programa nacional para poder reducir el crecimiento desproporcionado de la población.
  • Defendió y preservó el patrimonio histórico del país, así como zonas arqueológicas y monumentos.

 

Para finales del siglo XX, el siguiente, fue Carlos Salinas de Gortari, presidente de la República (1988-1994), puso en marcha el Programa Nacional de Solidaridad (PRONASOL), objeto de numerosas críticas. En diciembre de 1992, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) fue firmado por Salinas, el presidente de Estados Unidos, George Bush y el primer ministro canadiense, Brian Mulroney. Entró en vigor en enero de 1994.

 

Durante su mandato se garantizó una mayor transparencia y representatividad a los partidos de oposición. Entregó la primera gubernatura (Baja California) al PAN en 1989.

 

En enero de 1994, tuvo que enfrentarse a una rebelión del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en el estado de Chiapas.

 

Asimismo, tiene que cargar con la muerte del Luis Donaldo Colosio Murrieta, quien fue asesinado en plena campaña presidencial en 1994. Y después el de su cuñado José Francisco Ruiz Massieu, que era secretario general del PRI nacional.

 

Eso siempre lo ha mencionado el actual, poder tras el trono, Andrés Manuel López Obrador, presidente de la República (2018-2024), que para algunos no es un secreto que el que manda en Palacio Nacional en la actualidad es él, que según las leyendas urbanas, la actual presidenta, además de ser dócil a sus deseos, fue su nuera, de forma ilegítima, pues se comenta que tuvo sus amoríos con su hijo mediano Andrés Manuel López Beltrán el famoso “Andy”, de ahí tanta preferencia por ella, a tal grado de que pasará a la historia como la primera mujer en ocupar la silla embrujada. Es la manera más simple de las mujeres para alcanzar el poder, aunque solo sea un simple mandato.

 

AMLO, desde el inicio de su mandato, decidió eliminar programas sociales mediante los cuales el Estado mexicano ofrecía ayuda y servicios de calidad a grupos vulnerables y, en cambio, privilegió la entrega de dinero como herramienta para provocar el incremento en el consumo de los pobres. Incrementó los montos para los adultos mayores, creó becas para distintos sectores poblacionales, cada año, aumentó de forma considerable el salario mínimo, todo eso, sin exigir nada a cambio, es decir, las becas para estudiantes no pedían mejores promedios, ni esfuerzos extra, sino simplemente con que estuvieran inscritos, los recibían. Y los costos, como sociedad, están a la vista. Cada uno tiene su opinión al respecto, lo que es un hecho, que los que han sido el poder tras el trono, necesitan manipular a las masas, a los más vulnerables, ofreciendo diferentes cosas para mantenerse vigentes y mandando tras bambalinas, sin tener que preocuparse de lo malo que llegue a pasar, pues los que ocupen el poder de membrete, serán los que pasen a la historia como los responsables y no aquellos que mueven en realidad los hilos de sus marionetas. ¡Vaya, vaya!