20 abril, 2025
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El papel del hombre frente a la mujer…

Desde siempre se ha mencionado que vivimos en una sociedad de machos, machista, sobretodo, a nivel mundial así se cataloga al mexicano, por las películas del siglo pasado donde aparecían los charros, los hombres rudos, con pistola, machete, un grueso bigote y a su lado mujeres sumisas, incluso, que sufrían maltrato sicológico y físico por parte de su hombre, su pareja, su marido.

Pero la realidad cotidiana, en lo corto, es completamente diferente. No quiero generalizar al hombre como un ente único, sino que voy a referirme al nacional, al mexicano, al que convive día con día con cada uno de nosotros.

No quiero hablar de lo que la historia oficial menciona, porque es tan falso como verdadero, quiero, como siempre hago en mis análisis, referirme a los hechos reales vividos, observados, porque para mí eso es más importante que comentar o vivir de un pasado que no conocí.

Hay contradicciones fuertes, porque se señala que vivimos en una sociedad machista, donde el hombre es el que manda, que las mujeres no valen (en razón de género) igual, que son agredidas física, sicológica, social y laboralmente, que son vistas como un objeto, que no tienen las mismas oportunidades, etcétera.

Asimismo, recuerdo que desde niño se nos decía que a la mujer no se le toca ni con el pétalo de una rosa, que no se nos olvide que venimos de una mujer, etcétera.

Pero siendo realistas, sinceros, honestos, reflexivos y sobretodo, aplicando nuestro razonamiento, las mujeres han manejado al hombre a su antojo, lo hacen como a ellas mejor les conviene. En casa, cuando hay peleas de pareja, el hombre, generalmente, prefiere guardar silencio, lo que enciende más a las mujeres, porque a ellas, les gusta discutir, hablar y hablar, aunque repitan lo mismo de las discusiones anteriores, es sabido que la mujer en el día habla cuatro veces más que el hombre, por lo que sienten esa ansiedad, esa necesidad de sacarlas de su cuerpo, y mas en las peleas con la pareja; si hay hijos, se ponen a contraponerlos con su padre, metiendo en sus cabezas ideas falsas y negativas, que a corto o largo plazo generan alteraciones sicológicas en los adultos del futuro.

Hay hombres que cuando se ven rebasados en su tolerancia, llegan a agredirlas físicamente, pero no es porque así lo quieren, si no porque llega un momento en que son agredidos ellos primero y llegan al clímax de su aguante, pero raro es aquel que golpea a una mujer al primer insulto, la mayoría lo hace después de minutos, incluso horas de aguantar, retahílas de tonterías, insultos a diestra y siniestra e incluso hasta de esquivar o recibir cachetadas o lanzamiento de objetos (platos, vasos, cuchillos, hasta la plancha, etcétera)

La trillada equidad de género solo la esgrimen cuando les conviene, y los hombres que aún no conocen el carácter o temperamento real de la mujer, son los que aparecen como portavoces en los medios informativos, asociaciones, fundaciones, pero no debería ser así. Equidad o igualdad de oportunidades las hay, yo no conozco de ningún trabajo, público o privado, que les pague más a los hombres que a las mujeres y esta frase la utilizan mucho para denostar a los hombres, en las escuelas hay igual número de oportunidades para uno y otra, que ellas no las aprovechen porque salen embarazadas, porque no les da su capacidad intelectual para terminar una carrera universitaria, esa es otra historia, (la nana Goya dixit), la falta de recursos económicos es igual tanto para unos como para otras, no es exclusivo de ellas.

Y sin embargo en la realidad laboral, económica, profesional, hay muchas mujeres con título académico, incluso con posgrados, hay muchas mujeres laborando en puestos clave dentro de la administración pública o privada y con jugosas remuneraciones, pero aquí se da otro fenómeno, la mayoría de las mujeres que trabajan, se olvidan de la equidad que tanto pregonan, que tanto anhelan, de la que tanta alharaca hacen cada ocasión que pueden, y en su hogar, cuando hay pareja, pretenden que el hombre solvente todos los gastos de la casa, de los hijos, incluso de ella y no utilizan ningún peso de lo que ellas ganan para apoyar en el hogar, señalan que es obligación del hombre y que lo que ellas ganan es solo y exclusivo para ellas, lo mismo sucede con las que no tienen pareja, pero que si tienen hijos, explotan al máximo al padre de estos y muchas veces los hijos están mal alimentados, andan mal vestidos, están mal atendidos, pero ellas, todo lo contrario.

Y cualquier dinero externo se les hace poco, porque ellas se sienten hechas a mano, unas bellezas que nadie las merece, cuando realmente no es así. Nadie es más que el otro, ni el hombre vale más, ni la mujer vale más, somos iguales, los que piensan así, son unos débiles mentales que se dejan influenciar por las apariencias, por las emociones, y no por la razón. La grandeza no está en la ropa de marca, en las joyas más valiosas, en el maquillaje caro, en los autos, residencias, en lo material, la grandeza y la riqueza están en la mente, una mente fuerte, rica, es aquella que se acomoda y vive con lo que tiene, que es feliz con lo que tiene, pero sobretodo que hace feliz a su familia y por consiguiente, ella es feliz y no infeliz, aunque así lo crea y lo niegue, porque pasa como lo indica la sabiduría popular: Es tan pobre que lo único que tiene es dinero.

La vida es única, nadie sabe cuánto tiempo va a vivir, por ello lo mejor y más importante es ser feliz, cada día serlo y hacerlo con nuestra pareja, con nuestros hijos, agradecer que tenemos un tesoro valioso que ningún dinero o bien material, puede cambiar, para qué vivir desdichados por tratar de estar apegados a lo material. Eso es solo inseguridad y debilidad emocional. ¿No lo crees?