5 febrero, 2025
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El negocio del futbol…

Recién culminó el vigésimo campeonato mundial de futbol, cuya sede fue el país más grande del mundo: Rusia; el campeón fue, por segunda ocasión, Francia. País de la élite triunfadora en este deporte, junto a Brasil, Alemania, Italia, Uruguay, Argentina, Inglaterra y España. Así es, amable lector, en este nivel solo 8 naciones han podido levantar la tan ansiada copa del balompié. 3 de América y 5 de Europa.

 

Muchos sabemos el gran negocio que representa el deporte, pero sin duda, el soccer es el que más dividendos deja a sus dirigentes, dueños de equipos, marcas deportivas y a los jugadores. Y este año, no fue la excepción.

 

En todo lo que ocurre a nuestro alrededor, influye el dinero, la política, los acuerdos, las negociaciones, y el futbol, como ningún deporte que se practique, está exento de ello. Ingenuos los que se apasionan con el deporte de los goles, por no usar un adjetivo más agresivo, hay que verlo como un espectáculo por el cual pagamos un boleto para presenciarlo, en este caso, sirve para conocer en vivo a las grandes figuras mundiales de la actualidad, porque eso representa un mundial, una pasarela de futbolistas para alcanzar un mejor contrato salarial, que beneficia a muchos. Pero no un simple deporte, donde gana el mejor preparado, eso es la falacia más grande.

 

Este año desfilaron por la alfombra verde, por el color del pasto de las canchas, las viejas glorias que posiblemente vimos por última ocasión en un mundial, o por lo menos en aptitudes óptimas: Cristiano Ronaldo y Lionel Messi, las que están en edad promedio: el gran actor Neymar Jr., Marcelo, Robert Lewandowski, Manuel Neuer, Mezud Özil, Thomas Müller, Luca Modric, Sergio Ramos, etc., y las que han sobresalido, en el último año deportivo: Mohamed Salah, Courtois, Pogba, Edén Hazard, Harry Kane, etc., y la presentación de la nueva joya Kilian Mbappé, el francés de 19 años que asombró a muchos con su velocidad y técnica depurada, heredero de los que van de salida.

 

Eso es un mundial de futbol, amable lector, en muchos países, sobre todo los de economías emergentes, sus aficionados se apasionan, creen que en verdad sus equipos ganan o pierden porque son buenos o malos, pero no es así. Un equipo gana un partido por el número de aficionados que logra ingresar al partido X, muchos dirán que eso no se sabe, pues se equivocan, porque en un mundial se comienzan a vender los boletos desde antes de que estén los países clasificados, por lo tanto, esto también influye para que algunos equipos clasifiquen a la justa o no. Asimismo, los conflictos de riesgo que puedan ensombrecer el evento, impiden que X o Y nación participe mediante una eliminación en el campo de juego. En esta ocasión no llegó Estados Unidos (porque resultaba pieza clave para un acto terrorista) y en su lugar asistió por primera ocasión Panamá, que terminó siendo el último lugar del certamen.

 

Continuando con el tema del número de aficionados, en México, un país donde internamente se acostumbra inflar las cifras y resultados, se habló de que más de sesenta mil mexicanos harían presencia en Rusia, pero la realidad fue menor.

El mundial de futbol es un negocio, el mayor negocio que te imagines, de ahí que los practicantes de este deporte ganen tan bien, además de que resulta así, porque compran el silencio de estos, ya que tienen que acatar el resultado que en la mesa sus dirigentes, dueños de equipo, presidentes de federaciones, director técnico, presidente de la República, patrocinadores, etc., lograron para ellos. De ahí que observemos en la televisión, fallas garrafales y jugadas inverosímiles. Precisamente este mundial se hizo notorio que los equipos que dominaban la mayor parte del juego o tenían en posesión más tiempo el balón, terminaban perdiendo. Cuando se tiene la capacidad de asistir a un partido en vivo, se puede dar cuenta con mayor facilidad de lo que hacen los equipos en la cancha y con ello, fácilmente, se puede predecir, sin ser mago, brujo o chamán, el resultado de ese cotejo. Además de mirar a los asistentes y darse cuenta de qué país hay más connacionales.

 

Actualmente, un mundial de futbol consta de cuatro etapas o vueltas, la primera que son tres partidos obligados de todos los asistentes, la llamada etapa de grupos, de ahí, sigue los octavos de final, en la que acceden la mitad, después los cuartos de final, y las semifinales, donde solo llegan cuatro equipos, quienes obligadamente juegan dos partidos cada uno. Pero, ahí, solo llega una cenicienta, como en esta ocasión fue Croacia. ¿Casualidad, excelente desempeño deportivo? No.

 

Muchos conocemos a grandes deportistas del llano, que no tienen oportunidad de llegar a jugar futbol de manera profesional, y nos hemos preguntado la causa. Si analizamos detenidamente, no es difícil de dar con ella, es como en todo, falta de recomendación, carecer de dinero o de una mente abierta (open mind), varios ex futbolistas, han escrito libros o participado en entrevistas, donde han externado parte de lo que ocurre en un vestidor, en una oficina, en una concentración, etc., cómo se arreglan los partidos de las ligas locales y un mundial, obviamente, no es la excepción, aunque ahí intervienen otros factores.

 

El dinero, la recomendación y hasta un nombre comercial atractivo, intervienen para convertir a un mediocre en figura mundial del balompié, y a un país en campeón.     

 

Francia, actualmente, está desembolsando grandes cantidades de dólares por futbolistas profesionales, recordemos el año anterior que pagó la mayor cantidad, hasta el momento por Neymar Jr., tuvo que pagar la cláusula de rescisión porque aún tenía contrato vigente con el Barcelona, y eso también influye para llegar a la supremacía mundialista, además de contar con la nueva joya de este deporte. Difícil de creer, ¿verdad? Pero así vivimos, en un mundo donde nada es fortuito, casualidad, ni mucho menos aislado, todo está perfectamente encuadrado, todo está perfectamente planeado y nada ni nadie se sale de control. Ese es el mundo que nos tocó vivir.