7 febrero, 2025
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El Ingenio de Pedernales: una fuente de empleo más allá de lo económico…

Lic. Pedro Gómez Ayala

27/06/2023.-Durante la Conquista española se introdujo el cultivo de la caña azúcar a México a través de las encomiendas. Estas consistían en la asignación, por parte de la Corona, de un grupo de indígenas aborígenes a un súbdito español, el cual los evangelizaba y recibía los beneficios obtenidos producto de sus jornales.

La unidad de producción en donde se desarrolló este trabajo fue la hacienda. En estos lugares se introdujo una gran variedad de cultivos con algunos traídos de Europa, como el caso de la caña de azúcar. Tiempo después, las órdenes religiosas comenzaron a poseer una importante influencia económica, social y cultural sobre la sociedad de la época, adquiriendo también este tipo de fincas. En esa tesitura, en el año de 1765 aparece la hacienda de Pedernales, propiedad de la orden de los Agustinos, dedicada a la industrialización del azúcar, gracias a que ésta contaba con un trapiche azucarero.

Fue con la desamortización de los bienes eclesiásticos, ocurrida en la segunda mitad del siglo XIX, que llegó una oleada de inversionistas extranjeros a México, adquiriendo buena parte de los bienes que antes pertenecieron a la iglesia. En ese tenor, apareció la familia Bermejillo de origen español, que compró y modernizó a la hacienda de Pedernales, en 1877.

Fueron tres generaciones de Bermejillo quienes tuvieron a su cargo la finca azucarera, en periodos como el Porfiriato, la Revolución Mexicana de 1910, La Guerra Cristera, la Repartición del ejido de Pedernales en 1938 y la compra por parte del gobierno de la fábrica para convertirse en paraestatal, en 1975. Con ello finalizó el legado Bermejillo en la región.

Como se observa con antelación, el cultivo y producción de la caña de azúcar está íntimamente ligado a la población de Pedernales. Aunque no sólo en el aspecto económico, sino también en lo cultural: se generó una cultura cañera que mediante sus costumbres y tradiciones logró desarrollar una identidad cultural local propia. Pero, ¿qué pasaría si el ingenio azucarero de Pedernales cerrara sus puestas?

En el aspecto económico se perderían miles de empleos causando un grave problema de estabilidad económica y social en toda una vasta región. Y por lo que refiere al tema cultural, se perderían más de tres siglos de identidad. Las costumbres y tradiciones se olvidarían, y la población entraría en una terrible crisis de identidad. Se perdería el amor por el pueblo, el amor por el prójimo, el amor por la tierra y sería imposible pensar en generar una cultura de paz.

Tristemente la narco-cultura se apoderaría de nuestros jóvenes. Por esa razón, más allá del ámbito económico, que no es poca cosa por supuesto, en lo cultural un posible cierre de la fábrica azucarera sería terrible.

La población de Pedernales deberá de cuidar su fuente de empleo, y con ello honrar a las generaciones de pedernalenses que dejaron toda una vida en el hermoso trabajo de la caña de azúcar. Bisabuelos, abuelos y padres dejaron un bello y único legado: el amor por el trabajo de la tierra. Honremos su memoria. ¡Pedernales se defiende!

 

-Referencia bibilográfica: Gómez Ayala, Pedro, Historia y Cultura de la Comunidad de Pedernales, Michoacán, Morelia, Mich., Ed. Morevalladolid, 2023, P. 176.