22 junio, 2025
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El estrés mata, comprobado por la ciencia

No es una novedad, el estrés afecta terriblemente nuestra vida y no sólo tiene efectos negativos en nuestro estado de ánimo, sino también contribuye a acortar nuestra vida llegando a alterar nuestra actividad genética.

Esto lo ha revelado un estudio hecho en la Escuela de Medicina de la Universidad de Indiana, en Estados Unidos, y el Instituto de Investigación Scripps, especializado en Biomedicina. Para llegar a esta conclusión fueron utilizados gusanos Caenorhabditis elegans (o C. elegans), los cuales son unas lombrices transparentes que poseen un entorno bioquímico similar al de los humanos, y 700 muestras de sangre de pacientes diagnosticados con estrés y depresión.

En el experimento se hallaron una serie de genes relacionados con el envejecimiento humano y que pueden modular los efectos del estado de ánimo y una respuesta positiva o negativa para manejar el estrés en nuestra vida diaria.

El gen conocido como ANK3 fue el hallazgo más impresionante pues es el jugador clave de la longevidad: “Estábamos buscando los genes que pudiesen estar en la interfase entre el estado de ánimo, el estrés y la longevidad. Hemos encontrado una serie de genes implicados en los trastornos del estado de ánimo y trastornos de estrés que también parecen estar implicados en la longevidad”, aclara Alexander B. Niculescu III, líder del estudio.

Luego de varias pruebas con genes humanos asociados a síntomas depresivos, se halló que aquellas personas que habían muerto a causa de suicidio los niveles de expresión del gen ANK3 eran significativamente más altos que en otros participantes del estudio.

Así, nuestro estado de ánimo y forma de manejar el estrés se convierten en un biomarcador de nuestra esperanza de vida.

De acuerdo a los investigadores, las personas que tiene mucho estrés en su vida diaria, muestran un cambio en los niveles de expresión de estos genes que están asociados al envejecimiento prematuro y a la reducción del tiempo de vida.

El estado de ánimo puede convertirse en un interruptor de vida controlado por el estrés.

¿Y los gusanos?

Luego de haber encontrado el mismo gen del estrés y el envejecimiento en los gusanos, se les fue administrado un antidepresivo llamado mianserina –utilizado en tratamiento del estrés y trastornos de estado de ánimo- lo que aumentó su esperanza de vida.

Por tanto, nuestro ánimo y el estrés son controladores de la cantidad de años que estamos predestinados a vivir de acuerdo a la genética.

El estudio fue publicado en la revista Molecular Psychiatry.