Lic. José Antonio Guillén V. CRONISTA
2024.-El jueves 31 de octubre, después del Desfile de las Calaveras, dentro del Festival
Noche de Muertos en Tacámbaro, se llevó a cabo un gran “desfile” de motociclistas, con
mucho ruido, varios con exceso de velocidad, música también con desmesurado volumen y
temas ligados con el narco y violencia, algunos llevaban costales simulando cadáveres o
similares, algunos iban tomando, otros exhibían armas simuladas (¿o reales?).
Según parece hubo una convocatoria espontanea de jóvenes para recorrer las principales calles de
la población, todo esto llamo la atención y curiosidad de los vecinos. A primera vista suena
llamativo en el contexto del ánimo del Día de Muertos, a pesar de que poco o nada estaba
relacionado con esta festividad. Sin embargo, se antojan varias reflexiones:
Deben respetarse las normas de buena convivencia no molestando y poniendo en
riesgo a los ciudadanos, la música y las imágenes grotescas y agresivas hacen apología de la
violencia y actividades ilícitas y prepotencia. Qué bueno que exista la alegría, el ánimo y la
diversión, pero… ¿a costa o pretexto de nuestras tradiciones ancestrales?, ¿qué mensajes, qué
ejemplos viven en familia?
Afortunadamente no se reportaron accidentes o hechos que lamentar, pero las
autoridades ¿dónde estaban?, ¿qué medidas tomaron para evitar posibles accidentes?, ¿qué
está haciendo la escuela para promover valores e inculcar sólidos proyectos de vida?, ¿dónde
están los medios masivos de información comprometidos con el bien común?
En fin…
imaginémonos toda esa energía de los jóvenes encauzada al deporte, bellas artes, a obras
sociales a favor de la comunidad, como por ejemplo reforestar o apagar incendios, se vale
soñar…
Queremos, deseamos un mundo para los jóvenes de hoy más esperanzador, más
optimista y feliz.
Empecemos hoy en casa, en la escuela, en los medios, que las autoridades
se responsabilicen y se preocupen por sus gobernados. Lo que sembramos hoy será lo que
cosechemos mañana.