Lic. Alfredo Castañeda Flores Analista
6 noviembre del 2020.- Por naturaleza humana, hay dos géneros, hombre y mujer, (las orientaciones o desviaciones sexuales son otra historia) en esta ocasión, hablaré concretamente de las féminas, las débiles mujeres que conviven a diario con nosotros.
Desde la antigüedad, ha existido una notable diferencia entre ellas mismas, pero en la actualidad, debido a la libertad, la tecnología, las políticas de equidad e igualdad, etc., podemos observar más ejemplos de lo que indicaré a continuación.
La mayoría de mexicanos somos criados por una mujer, llámese mamá, abuela, bisabuela, tía, hermana mayor, etcétera. Por lo tanto, los aciertos o defectos que durante el transcurrir de la vida, de cada quien, mostramos, tiene que ver precisamente con el tipo de convivencia adquirido durante la infancia.
Durante el siglo pasado, hay y hubo muchas parejas que no tenían un vínculo jurídico que los uniera, es decir, no estaban casados por la ley civil, muchos vivían en unión libre o unidos por la ley de Dios, que para adquirir derechos, no significa mucho, sin embargo, duraban años juntos, incluso hasta la muerte de alguno de los dos. Una minoría sí estuvo unidos por ambas leyes.
Claro que había mujeres que no querían tener obligaciones con una pareja y prefirieron quedarse solas, sin haber entregado su amor a nadie, otras sí tuvieron alguna pareja que las (dicen) decepcionó, otro segmento, quedaron solas, pero tuvieron uno o más hijos y aunque no es lo mismo, el resultado es igual, pero sicológicamente es peor, porque su carácter se amargó, sobre todo cuando su pareja se unió libre o legalmente, a otra mujer, y su coraje se convirtió en veneno para sus hijos. A la mayoría de las mujeres les encanta hacer quedar mal al papá, vivan juntos o no, frente a sus hijos, para ellas, somos el villano favorito y la plática no grata, de toda reunión de mujeres, habiendo motivos, la cosa es peor.
Esto y la necesidad de tener dinero, sin el menor esfuerzo, ha propiciado que en la actualidad, haya mayoría de mujeres que juegan con los hombres, que los utilizan para sus objetivos personales, dejando de lado el amor, el cariño, la comprensión de antaño. Hoy en día, es más difícil que una pareja, sea unión libre o matrimonio, dure varios años juntos. Ahora lo que prevalece es la economía, algunas mujeres han tenido hijos para que el papá las mantenga el resto de sus días, incluso hasta los buscan con ese propósito, a hombres exitosos, con dinero (aunque muchos solo sea de apariencia), no les importa si son casados o no, esos son los que más recursos les pueden proporcionar, debido a su situación marital.
Otras, jovencitas aún, al haber nacido en una cuna humilde, buscan quién las patrocine y por lo mismo, no tienen ningún sentimiento noble para sus víctimas, simple y sencillamente les ven el signo de pesos en la frente y siempre tienen la vista puesta en quien les puede aportar más. De ahí el término acuñado en la actualidad, sugar daddy (papá dulce), porque las estadísticas hablan de cerca del 80 % de jóvenes menores de 23 años, que tienen, han tenido o quieren tener un patrocinador para seguir estudiando, para vivir bien sin trabajar, para tener lujos que han soñado, para mantener a su padrote, etcétera. Obviamente, no están dispuestas a tener un hijo, lo cual en términos sociales, familiar, de salud, está bien, porque así no echan a perder su vida, y mucho menos traen a este mundo a seres humanos sin amor, que llegan por accidente, por interés, por cualquier causa, pero no con planeación.
Este tipo de jovencitas, para llamar la atención, empiezan a vender sus fotografías en diferentes poses, obvio, sin ropa, mostrando su cuerpo, que por la edad, se ven turgentes, firmes y atractivas, esto lo hacen sin ningún pudor en las redes sociales, ahí señalan un número de celular (whatsapp), además de eso, implícitamente, están ofreciendo sus servicios sexuales, (claro que hay muchas que abiertamente así lo hacen), los precios varían, según la oferta y la demanda, el físico, el estatus social, la cultura y la fortuna de que sean descubiertas por alguien que las regentee y puedan ganar más, aunque ahí ganan otros también, pero esa ya es decisión individual, si trabajan solas o para otros.
Sobra decir que estás mujeres tienen su novio, pero se acuestan con muchos por dinero, ante su familia y amistades cercanas, dan una apariencia, pero su realidad es otra, aunque en apariencia tienen lo que desean (dinero, cosas materiales), en la intimidad de su vida, sufren un drama mayúsculo, no son felices, porque se dan caso que algunas se llegan a enamorar de algún cliente frecuente que las trata bien, que las protege (a su manera), pero que no dejarían a su esposa o pareja para vivir con ellas, y los que lo hacen, más del 90 %, fracasan, porque ese tipo de mujeres no tienen sentimientos, además, aunque las tengan como reinas, tarde o temprano caen en los brazos de algún ex, porque están acostumbradas a la vida fácil, al desorden social, al libertinaje, lo que finaliza la relación.
Muchas incluso, al abusar indiscriminadamente de los métodos anticonceptivos, no pueden embarazarse, perdiéndose la oportunidad de trascender con un nuevo ser. Que es el principal objetivo de todo ser humano.
Hay mujeres con parejas estables, que no pierden la oportunidad de relacionarse con los jefes (si trabajan), con compañeros de trabajo, de profesión, vecinos, etc., pero que necesitan algo íntimo, que según ellas, no tienen en su casa, aquí la situación es distinta, sus parejas las tienen descuidadas en el ámbito sexual, por tener que trabajar en exceso para darles lo que necesitan, y buscan en otros, lo que les falta. Todo esto tiene que ver con la falta de una buena comunicación entre parejas, pero, como decían las abuelas, perro que come excremento, aunque le rompan el hocico.
Hay, en menor cantidad, mujeres que realmente valen la pena, que se dan su valor como novias, como parejas, como esposas, y estas son las que al adquirir una responsabilidad de vivir juntos, de tener familia, van a durar hasta que la muerte los separe. Solo es cuestión de buscar, de analizar detenidamente la conducta humana, para encontrar a mujeres completas, felices y sin complejos, que llenarán de felicidad a cualquier hombre que lo merezca. ¡Ánimo!