Lic. Alfredo Castañeda Flores ANALISTA
2 SEPT. 2022.-Pese a las mezclas de razas, de sangre y culturas, la mexicana es la más rechazada a nivel mundial, ni dentro del país nos soportamos, mucho menos otras que están más avanzadas en todo y, por lo mismo, tienen más valores positivos que negativos.
Así es, amable lector, es tan difícil la diaria convivencia mexicana, ya sea en la propia familia, en el área laboral, la escuela, la calle y en cualquier ámbito que tenemos que recorrer, según sea la actividad realizada por cada uno de nosotros.
Desde el hogar, los padres, juntos o separados, intentan imponer su voluntad, la que en la mayoría de casos está equivocada, pero por la edad, ignorancia y respeto que merecen, no se es capaz de contradecirlos, permitimos que siempre y en cualquier momento, tengan la razón, sin razón.
Los que ahora son abuelos, bisabuelos y más atrás, no tuvieron la oportunidad de estudiar más allá de la primaria y/o secundaria, dejándolas inconclusas, eso porque en los años en que eran adolescentes no había tantas escuelas, además de la economía, siempre precaria en el país, lo que impedía que lo siguieran haciendo, situación que en la actualidad se está repitiendo, pero ahora las circunstancias son distintas, ahora es por la vagancia y la flojera, que las actuales generaciones juveniles, ya no quieren estudiar, lo que redundará cuando sean padres, abuelos y más, en detrimento de un país que cuando parece que va saliendo de su mediocridad e incultura, vuelve a retroceder, a pesar de los avances en muchas cosas.
Como en otras entregas he señalado, la riqueza de un país es la educación, por eso en México apenas sobrevive la población, porque aunque haya tantas escuelas públicas y privadas de excelencia inventada, la realidad es que no cumplen las mínimas expectativas para formar mejores seres humanos, simplemente son un enorme negocio para los dueños y el modus vivendi de quienes se ostentan como profesores de educación pública, porque tanto unos como otros obtienen grandes beneficios económicos para vivir bien, haciendo muy poco.
Retomando el tema, sin una preparación eficiente es difícil educar a los hijos, nietos, etc., pero el mexicano está acostumbrado a tener siempre la razón, y como es algo que se aprende desde el hogar, los patrones se repiten, desafortunadamente, pocos, muy pocos seres humanos tienen la capacidad de identificar cuando es verdad o ficción lo que se dice, la mayoría, creen ciegamente lo que sus padres, profesores o adultos les dicen y es tan complicado hacerlos cambiar de opinión, principalmente para que se den cuenta de lo que es correcto. Así crecen, hablando mal, haciendo mal, pensando (si así se le puede llamar) mal, pero creyendo que los que tienen la razón son ellos.
El mexicano no lee, se escuda en que jamás tienen tiempo, aunque siempre prefieran perderlo en cosas sin importancia. Los pocos que leen o por lo menos les explican de X o Y libro, se ponen a la defensiva, porque les hacen ver sus errores que diariamente cometen en su actuar, en su proceder. Señalando que el autor y el libro no sirven, son falsedades, que no tienen ni idea de lo que hablan. Pero en el fondo saben que están exhibidos en el respectivo género literario. Y eso no les agrada, que les digan sus errores, sus defectos, sus pobrezas. Lo mismo sucede entre pares, no lo toleran y se pierden amistades por este “pequeño” detalle.
En cualquier espacio o lugar, podemos observar diariamente, cómo se comporta la gente, cuanta estupidez se encierra en cada mexicano, y lo peor, que no se dan cuenta de eso.
La gente está acostumbrada a obtener beneficios, ganancia de todo y de todos, a diario está buscando como apropiarse de lo que no es de él, de como sacar lucro a costa de los demás, y no les importa ir perdiendo oportunidades de mejora, quedando mal con los vecinos del lugar donde vive, y gente conocida, está claro que entre más pequeño es un poblado, mayor es la estupidez de los sujetos que se aprovechan de cualquier error, creyendo sacar provecho, abusando y robando a la gente, sin darse cuenta que en realidad están perdiendo, porque poco a poco, se van dando a conocer y cada vez hay menos gente que les presta, regala o permite que los envuelvan en sus mentiras, lo que va en detrimento de ellos mismos, porque independientemente de la edad que logren vivir, sus opciones parasitarias se reducen con los días.
Esto es algo tan común en la ciudadanía, no quieren trabajar porque cualquier salario se les hace poco, además, si dentro de un empleo, están cargados de actividad, se sienten abusados y si por el contrario no tienen actividad, se aburren, la queja es permanente, lo que no quieren es hacer las cosas correctas, es más fácil delinquir, recurrir a la tranza, al timo, en la actualidad, recibir dinero del gobierno, aunque se quejen de que no les alcanza, dejan de hacer lo que sea para perder el tiempo, eso, por supuesto trae malas artimañas, pero es lo que les agrada.
Por eso es que existen tantas vidas perdidas en el país, y las pocas que sí tienen un objetivo en la vida, tienen que soportar una difícil convivencia con este tipo de individuos, lo que va en detrimento de todos, porque los mediocres buenos para nada son mayoría, como decía Albert Einstein, ubicados estratégicamente para que todos los días y por el lugar que pases, te encuentres a más de uno de estos parásitos. Y al ser tantos, se apoderan de todo, lo que nos afecta como sociedad, como país. ¿En qué extremo te encuentras?